Los Warriors están contra la pared ahora

La narrativa de estas Finales NBA ha cambiado, tanto por parte de los protagonistas como de los aficionados, del termómetro que son las redes sociales y también de los medios de comunicación, es palpable este aspecto.

La efervesencia que se vivía tras la gran remontada de Golden State al reponerse de un déficit de 1-3 ante el Thunder de Oklahoma City en la Final del Oeste y que llegó a su punto climático cuando los Warriors lideraban 3-1 estas Finales, no existe más, el discurso tuvo una inesperada y radical metamorfosis.

 

CLEVELAND 17/06/2016.- El jugador de los Cavaliers LeBron James bloquea la jugada a Stephen Curry, de los Warriors, durante el sexto partido de la final de la NBA entre los Golden State Warriors y los Cavaliers de Cleveland celebrado en el Quicken Loans Arena de Cleveland, Ohio (Estados Unidos) ayer, 16 de junio de 2016. EFE/Ron Schwane
CLEVELAND 17/06/2016.- El jugador de los Cavaliers LeBron James bloquea la jugada a Stephen Curry, de los Warriors, durante el sexto partido de la final de la NBA entre los Golden State Warriors y los Cavaliers de Cleveland celebrado en el Quicken Loans Arena de Cleveland, Ohio (Estados Unidos) ayer, 16 de junio de 2016. EFE/Ron Schwane

 

Sin embargo, no ha sido fácil para los Cavaliers que esto suceda, poder estar donde están ahora mismo, con la posibilidad de ganar el título de la NBA el domingo entrante, por más inverosímil que pueda sonar esto, luego de que estaban en estado de coma, con respirador artificial, casi levantándose del féretro al más puro estilo del Undertaker de la WWE.

 

 

El factor que le dio esperanza a Cleveland fue Golden State sin duda alguna, concretamente el castigo de Draymond Green para perderse el Juego 5 de estas Finales, una sanción de la que ya se había salvado en la serie previa el beligerante delantero de los Warriors. Su ausencia fue magistralmente capitalizada en Oakland, cuando en Oracle Arena todo estaba puesto para el festejo, las botellas de champaña se quedaron enfriándose, el confeti no fue lanzado y el publico fue acallado gracias a una actuación de fábula de LeBron James y Kyrie Irving de 82 puntos.

 

La exhibición de los Cavs en el Juego 6 no sólo era necesaria en un sentido deportivo, pues de perder, ya la serie estaría acabada, sino en un tenor mental, de cambiar la ventaja sicológica al lado de la supuesta víctima, y lo lograron con creces los de Tyronne Lue, se hicieron respetar.

Cleveland empezó con el pie derecho al dejar en 11 puntos en el primer cuarto a los Warriors, su total más bajo en su mágica temporada de 73-9; fue ese 31-11 el mayor déficit con el que acabaron un cuarto esta campaña y su peor porcentaje (22%) de efectividad de tiros de campo en un cuarto en 2015-16. Un severo golpe y con autoridad para los campeones de la NBA y de la Conferencia del Oeste.

 

 

Las cosas se salieron de control ya para Golden State, el equipo habituado a poner el yugo a los demás, a hacer de villano, de reírse al último. Ese papel se está revirtiendo y en el peor momento para los Warriors, quienes pensaban que iba a ser fácil ganar su segundo cetro al hilo.

La expulsión de Stephen Curry, luego de ser descalificado por seis faltas personales, el lanzar su protector bucal a un aficionado, envuelto en ira, y la manifestación de su mujer en Twitter, diciendo que estaba decepcionada y que la NBA está amañada, empañan lo que parecía ser un equipo especial, ejemplar, único. Porque cuando ellos remontaron ante el Thunder, nadie del lado de los californianos se quejó.

 

 

James ha sido el que ha acaparado en los últimos días los titulares. Hay una gráfica que indica cuán dominante ha sido LeBron, al liderar a ambos equipos en prácticamente todo: puntos, rebotes, asistencias, bloqueos, absolutamente casi todo. Y un factor que quizás para muchos sea insignificante, pero que si lo pensamos, puede ser trascendental, es el cómo James ha pasado de ser la víctima al victimario, sobre todo con Curry, al hacerlo pagar caro cada vez que Steph ha tratado de ir uno a uno contra LBJ, ya se ha llevado varios tapones y ha sido intercepado con sus pases en reiteradas ocasiones.

 

 

Steve Kerr, casi siempre ecuánime, con una compostura y temple que sólo dan las victorias, el éxito, también da sus propias señales de desesperación. Al decir que Curry es el MVP y debe dársele trato preferencial, que varias de las faltas que le marcaron en el Juego 6 son ridículas, que no deben olvidarse que Steph es el Más Valioso. El coach del año perdió la cordura, perdió los modos y ya se ganó una multa de 25 mil dólares por criticar abiertamente el trabajo de los árbitros, pero lo que es peor, justifica e incluso avala la conducta de su jugador estrella al haber arrojado a tontas y locas el protector bucal hacia un aficionado, en una clara muestra de frustración y hartazgo. Decepcionante actitud.

No sabemos qué va a pasar el domingo, puede ganar cualquiera de los dos equipos, Golden State es favorito por ser el local y con una atmósfera favorable, pero el factor anímico está del lado del visitante. No cabe duda que el Juego 7 será una encarnizada pelea entre dos equipos hambrientos y urgidos de ponerle las manos encima al trofeo Larry O'Brien y acabar con esta serie que ha sido de las mejores en muchos años, pero lo que es claro es que la narrativa cambió radicalmente.

 

 

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