Pacquiao: Entre urnas, amenazas y boxeo

El futuro de Manny Pacquiao está sobre una balanza.

La gran estrella filipina tendrá otra cita con la historia el próximo lunes, 9 de mayo, pero en esta ocasión se presentará en un escenario más brutal, sanguinario y despiadado que el boxeo: será en los cuadriláteros de la política donde tendrá que mostrar sus quilates.

Ya Pacquiao ocupa una silla en la casa de las leyes como Representante de la provincia sureña de Sarangani, pero ahora, sus aspiraciones senatoriales han recibido varios golpes de gancho que no vio venir y ha tenido que exhibir su mejor boxeo político para defenderse contra las cuerdas.

Por un lado, sus fuertes convicciones cristianas le han ganado la simpatía de esa comunidad en su país, pero también detractores.

Pacquiao se convirtió al evangelio en el 2010. Su campaña política ha estado matizada por su discurso conservador y en más de una actividad proselitista se ha presentado con una biblia.

Hace unos meses, la máxima figura deportiva de ese país se vio involucrado en una disputa pública por comentarios vertidos en contra de la homosexualidad.

“Es de sentido común. ¿Ves a animales del mismo sexo apareándose? Los animales son mejores porque pueden distinguir los machos de las hembras. Si los hombres se acuestan con hombres, y las mujeres con mujeres, son peores que los animales", expresó en febrero en una entrevista televisiva.

Sus comentarios le ganaron una ola de críticas de diversos sectores, al punto de que tuvo que disculparse públicamente por sus expresiones, aunque dejó claro que se opone al casamiento homosexual.

AMENAZA TERRORISTA

Como si fuera poco, tan reciente como la semana pasada el presidente de la nación, Benigno Aquino III, denunció que miembros del grupo terrorista Abu Sayyaf planificaban secuestrar a Paquiao y miembros de su familia, además de colocar bombas en la ciudad de Manila, capital de Filipinas.

Si bien podría tratarse de una estrategia para tratar de levantar su maltrecha popularidad, lo cierto es que Abu Sayyaf es una organización extremista que desde la década del 1990 busca crear un estado independiente en el sur de Filipinas regido por la Sharia (Ley Islámica). La agrupación ha secuestrado y ejecutado varias personas en su intento por ser aceptado por el Estado Islámico.

La última víctima fue el turista y experiodista canadiense John Ridsdel, quien fuera decapitado por Abu Sayyaf por no recibir el pago de una recompensa que había exigido.

Pacquiao, sin embargo, no dejó de hacer campaña en la recta final pre eleccionario. El ocho veces campeón mundial pidió seguridad para su familia, pero no dejó de caminar las calles de su provincia.

“Yo vivo cada día como si fuera el último. No tengo miedo. Dios está conmigo”, dijo el “Pac-Man” a la prensa filipina.

Así, a pesar de que las encuestas aseguran que todavía tiene el empuje para ganar la silla senatorial, el nivel de popularidad y aprobación casi unánime que había ganado como boxeador, ha descendido dramáticamente ahora como político.

¿Y EL BOXEO QUÉ?

En contraparte, su futuro en los cuadriláteros dependerá expresamente de estas elecciones.

Si bien el reconocido púgil anunció su retiro luego de su última pelea en abril frente a Timothy Bradley, las ofertas para que vuelva a pelear no faltan y tampoco descansan los esfuerzos del promotor Bob Arum por celebrar la revancha frente a Floyd Mayweather, Jr.

Sus 37 años, su gran desempeño frente a Bradley –a quien dominó ampliamente por decisión unánime- dejó claro que todavía le queda boxeo y son miles los que quisieran verlo en plenitud de condiciones en una secuela frente al estadounidense, ya que, según el propio Pacquiao aseguró, en su primer encuentro frente al “Money Man” tenía un hombro lastimado.

A pesar de que es muy probable que alcance el escaño senatorial, una sorpresiva derrota policía podría abrirle la puerta a un posible regreso al ring y, claro, la esperada revancha con Mayweather.

Habrá que esperar a que se cierren los colegios electorales el lunes y se cuenten los votos de los filipinos para saber qué pasará.

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