Adiós al veterano “cutman” Joe Chávez

Joe Chávez
Joe Chávez

Subió al ring en algunas de las peleas más importantes de los últimos tiempos y fue crucial en numerosas victorias de envergadura. Salvó la vida de muchos y no lanzó un solo golpe, pero los puños también eran su responsabilidad.

Joe Chávez, el curador de heridas y encargado del vendaje de grandes figuras del boxeo de los últimos tiempos, falleció hace unos días luego de una dura lucha contra el cáncer. Tenía 83 años.

Por sus manos pasaron figuras de la talla de Óscar de la Hoya, Miguel Cotto y Manny Pacquiao, por mencionar algunos y dentro de los conocedores del mundo de la fistiana, era considerado el mejor “cut man” de la industria.

“Decir que tuve suerte de contar con Joe Chávez la mayor parte de mi carrera es decir poco. Pero si grande fue como ‘cut man’, mejor fue como ser humano. Humilde y de hablar suave, no importaba a quién estuviera vendando, siempre daba lo mejor de él”, comentó De la Hoya al conocer la noticia.

“El boxeo estará un poco vacía son él. Mi familia y yo perdimos a un amigo”, agregó.

Chávez era natural de Nuevo México, pero su romance con el boxeo inició en Los Ángeles. Fungió como boxeador, manejador y entrenador, pero fue su gran habilidad para vendar los puños de sus boxeadores y su técnica para trabajar con heridas en pleno combate lo que llamó la atención de algunos conocedores del boxeo.

Según un artículo publicado en thesweetsciense.com, Óscar de la Hoya sufrió una fractura en su mano izquierda en el 2000, mientras se preparaba para su combate frente al ruso Roman Karmazin. Su equipo de trabajo buscaba desesperadamente a alguien que trabajara en su esquina.

Y llamaron a Chávez.

Delante de todo su séquito, Chávez vendó a De la Hoya, quien al sentir la firmeza de sus puños, de inmediato lo contrató.

“Hay que proteger las manos. Nadie envía a un soldado al campo de guerra con un rifle defectuoso”, dijo Chávez en una ocasión.

De ahí en adelante, la lista de clientes subió considerablemente.

Pero fue el 13 de junio de 2009 cuando el veterano hombre de boxeo tuvo su prueba de fuego.

Cotto defendía su cetro wélter frente a Joshua Clottey en el Madison Square Garden de Nueva York. Al concluir el tercer asalto, el boricua llegó ensangrentado a su esquina, producto de dos horribles cortaduras sobre su ojo izquierdo.

Fue entonces que Chávez entró en acción. Detuvo inmediatamente el sangrado e impidió que las heridas empeoraran por el resto del combate.

El resultado final fue un triunfo de Cotto por decisión, pero jamás lo hubiera logrado a  no ser por la pronta y efectiva intervención de Chávez.

Por eso, cuando Cotto enfrentó a Pacquiao en su próximo combate, se aseguró de que Chávez estuviera en su esquina. Para el veterano Chávez, era una decisión difícil. Había trabajado en el pasado con Pacquiao y era amigo cercano de su entrenador, Freddie Roach.

Por eso, no aceptó ninguna oferta de Cotto hasta hablar con Roach y preguntar si había alguna objeción por trabajar en la otra esquina

Así era Chávez, y por eso, el boxeo lo extrañará por siempre.

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