A 20 años de la noche que Dios “castigó” a Chávez

FILE - In this June 7, 1996 file photo, newly crowned WBC super lightweight champion Oscar De La Hoya poses with the belt he won from Julio Cesar Chavez by TKO in the fourth round in Las Vegas. De La Hoya, Felix Trinidad and Joe Calzaghe head the class of 2014 to be inducted into the International Boxing Hall of Fame. (AP Photo/Lennox McLendon, File)

Era la pelea que todos los mexicanos y muchos fanáticos del boxeo alrededor del mundo estaban esperando: la leyenda frente a la nueva sangre.

Parece que fue ayer, pero hace ya 20 años, un 7 de junio de 1996, Julio César Chávez y Óscar de la Hoya subieron al mismo cuadrilátero en su primer choque.

Dos décadas después, el drama que generó ese encuentro todavía es tema de discusión.

El veterano Chávez, con 33 años en su anatomía y para ese tiempo récord de 96 triunfos en 98 peleas (con un empate y una derrota), puso en juego su cetro junior welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) frente al juvenil De la Hoya, que aunque había conquistado títulos en dos divisiones anteriores, su trayectoria no estaba ni cerca de compararse con la del gran campeón mexicano.

Pero el llamado “Golden Boy”, quien marchaba invicto en 26 salidas, subía como la espuma en el boxeo rentado. Marchaba invicto, era éxito taquillero y atraía a ese público méxico-americano ávido de un héroe de los suyos en los grandes escenarios.

Distinta reacción provocaba en los mexicanos al otro lado del Río Bravo, quienes apoyaban 100% a su “gallo de pura raza sinaloense”.

Así las cosas, el ambiente estaba listo para un mega encuentro en el que podían pasar dos cosas: O De la Hoya demostraba que tenía madera para codearse entre los grandes o Chávez, aquel que había arrasado con todos los que se cruzaron en su camino, le daba un escarmiento al niño bonito y le recordaba que el boxeo era un deporte de hombres.

Como dato curioso, la pelea fue transmitida solamente por circuito cerrado y no por el sistema “Pague-Por-Ver” como ya era costumbre porque Bob Arum, quien para entonces dirigía los destinos de De La Hoya, se quejó de que las compañías de cable no habían tomado medidas contra el uso generalizado de las "cajas negras" para robar señales de “pay-per-view” y se habían negado a pagarle por adelantado garantías para sus promociones.

Lo que ninguna de las 15,283 personas reunidas en el Caesars Palace de Las Vegas ni otras miles que lo vieron por televisión se imaginaban era que exactamente cinco días antes del choque, en su último día entrenamiento, Chávez había sufrido una seria cortadura sobre su ojo izquierdo que requirió puntos de sutura y que nunca cicatrizó bien.

Oscar De La Hoya attacks Julio Cesar Chavez in the first round after opening a cut on Chavez' left eye Friday, June 7, 1996, in Las Vegas. De La Hoya won the bout in the fourth round by TKO because of Chavez' cut eye.(AP Photo/Lennox McLendon)
Oscar De La Hoya attacks Julio Cesar Chavez in the first round after opening a cut on Chavez' left eye Friday, June 7, 1996, in Las Vegas. De La Hoya won the bout in the fourth round by TKO because of Chavez' cut eye.(AP Photo/Lennox McLendon)

Sin embargo, debido a la envergadura del combate, a la cantidad de dinero que corría –se dice que Chávez cobró 15 millones de dólares- y al orgullo que siempre caracterizó a Chávez, el mexicano nunca reveló el incidente y lejos de suspender la pelea, escondió su lesión, maquilló el área afectada y se fue a Las Vegas.

Incluso, nadie en la Comisión de Boxeo de Nevada se dio cuenta de la herida y le dieron el visto bueno para que peleara.

Pero la herida era tal que, según contó Chávez mucho tiempo después, minutos antes de la pelea tuvieron que coserlo nuevamente porque seguía sangrando.

Era cuestión de tiempo para que la herida abriera en medio del encuentro. Y así fue. En el mismo primer asalto, la sangre comenzó a brotar de la ceja izquierda y de inmediato cubrió el rostro y el pantalón de Chávez de rojo.

Como era de esperarse, poco tiempo transcurrió antes de que la lesión brotara y el rostro del mexicano se llenó de sangre.

Chávez apostaba a su alma de eterno guerrero que soportaría la artillería del “Golden Boy”.

Quizás así pudo haber sido. Pero en el cuarto asalto, el árbitro boricua Joe Cortez llamó al médico Flip Homansky para que revisara la lesión y el galeno recomendó que detuvieran el encuentro.

Luego del encuentro, Chávez reveló la lesión que había sufrido en el rostro durante su entrenamiento. Años después, confesó que para ese tiempo también tuvo complicaciones en su vida personal por el consumo de drogas, al punto de que una vez amenazó con quitarse la vida.

La verdad me dejé ir por lo material, porque yo estaba cortado. Tenía una gran preparación física y De la Hoya nunca me hubiera ganado, la verdad, porque a pesar de que ya tenía la adicción a la droga y al alcohol, estaba sumamente bien preparado, bien concentrado, en peso y todo", dijo Chávez hace unos años en una extensa entrevista con el diario El Universal.

Referee Joe Cortez stops the fight due to the cut on Julio Cesar Chavez's left eye in the fourth round Friday, June 7, 1996, in Las Vegas. Oscar De La Hoya took Chavez's WBC super lightweight title by TKO. (AP Photo/Lennox McLendon)
Referee Joe Cortez stops the fight due to the cut on Julio Cesar Chavez's left eye in the fourth round Friday, June 7, 1996, in Las Vegas. Oscar De La Hoya took Chavez's WBC super lightweight title by TKO. (AP Photo/Lennox McLendon)

Fue un castigo de Dios”, aseguró.

Desde entonces, la carrera de ambos cambió para siempre. Chávez se enfrentó una vez más a De la Hoya, pero volvió a morder el polvo. Fue, quizás, su último gran combate pero al finalizar el octavo asalto, decidió no salir.

Fue el primer aviso de que la gloriosa carrera del gran campeón mexicano estaba a punto de llegar a su fin. Se mantuvo activo varios años más con oponentes de poco valor. Una gira de despedida fueron sus últimas presentaciones hasta que en el 2005 se bajó por última vez del ring con los guantes puestos.

De la Hoya, en cambio, ganó la presencia internacional que buscaba y agrandó su resumé con peleas frente a Félix “Tito” Trinidad, Frankie Randall, Shane Mosley, Arturo Gatti y al final de su carrera, frente a Floyd Mayweather y Manny Pacquiao, entre otros.

Hoy día, ambos están ligados al boxeo en otras facetas. Chávez es comentarista en español para algunas carteleras en Estados Unidos y también dirige charlas de rehabilitación para jóvenes que experimentan con sustancias controladas. De la Hoya, por su parte, es propietario y fundador de Golden Boy Promotions, que ha levantado la carrera de grandes pugilistas de estos tiempos, incluyendo a Saúl “Canelo” Álvarez.

¿Qué hubiera pasado si la pelea se hubiese suspendido unos meses y Chávez hubiera peleado sin la herida previa? ¿O sin su oscuro mundo paralelo de drogas y alcohol? ¿Fue realmente un castigo de Dios?

Nadie lo sabe. Tarde o temprano, el padre tiempo y la madre naturaleza alcanzarían a Chávez, pero al menos esa noche habríamos disfrutado del Chávez que nos tenía acostumbrado.

Lo que no cabe duda es que hace 20 años estas dos figuras que hoy están inmortalizadas en el Salón de la Fama del Boxeo en Nueva York, cambiaron sus carreras para siempre.

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