El secreto mejor guardado del equipo femenino de Gales para ganar el Seis Naciones

El rugby femenino juega en estos momentos uno de los torneos más importantes de la temporada, el Seis Naciones, que enfrenta a las todopoderosas selecciones de Francia, Escocia, Reino Unido, Italia, Irlanda y Gales hasta el 29 de abril en diferentes estadios europeos. Por primera vez en la historia de esta competición, que empezó a jugarse en 2001, uno de los equipos, el de Gales, utiliza una tecnología pionera que, esperan, sea clave para llevarse la ansiada copa a casa. Lo que llama la atención de la noticia es que a nadie se le haya ocurrido antes emplear la citada tecnología en una competición de esta envergadura. Pero vayamos por partes.

Hablamos de una aplicación que permite monitorear el ciclo menstrual de las jugadoras galesas para analizar cómo impacta en su rendimiento, en su salud y en el riesgo de lesiones. La plataforma recopila datos a partir de un dispositivo GPS que rastrea variables físicas, mentales y psicológicas en tiempo real que luego combina con información que las propias jugadoras proporcionan diariamente sobre su estado físico, anímico y síntomas de su menstruación, como dolores, fatiga y calambres. La aplicación cruza todos estos registros y genera un informe sobre el estado de las jugadoras que permite al entrenador y resto de equipo técnico adaptar los entrenamientos y tomar decisiones sobre la configuración del equipo partido a partido.

Partido del torneo de rugby Seis Naciones que enfrentó a Inglaterra (de blanco) y Gales (de rojo). Menstruación en el deporte. Foto: Steven Paston/PA Images via Getty Images
Partido del torneo de rugby Seis Naciones que enfrentó a Inglaterra (de blanco) y Gales (de rojo). Menstruación en el deporte. Foto: Steven Paston/PA Images via Getty Images

“Para nosotros normalizar la conversación es clave para aumentar el talento y hacer crecer el juego. Conocer y entender cómo afecta el ciclo menstrual al desempeño y recuperación de cada deportista nos permite ayudar a que saquen su mejor versión en el césped. Que hablen y sean abiertas con su menstruación nos permite seguir creciendo”, indica el seleccionador de Gales Ioan Cunnigham en un video oficial. Para Caerys Hale, que juega en la posición de pilar, monitorear su menstruación ha sido clave para mejorar su desempeño: “Te brinda información útil para saber en qué fase estás y así poder adaptar desde la alimentación hasta tus capacidades y entender cómo afrontar los síntomas. Me ha dado más confianza para saber en qué punto está mi cuerpo y, de esta manera, rendir mejor”.

De acuerdo con una investigación publicada en el British Jorunal of Sports Medicine, el 93% de las jugadoras de rugby experimentan síntomas durante su ciclo menstrual y, de estas, el 67% considera que afecta negativamente a su rendimiento. “El deporte femenino está creciendo masivamente en todo el mundo y la mayoría de mujeres tienen la menstruación. Es algo que nos sucede cada mes; son 12 veces al año. Es importante que los órganos de gobierno deportivos empiecen a abordar esta realidad y hagan todo lo que puedan para apoyar a las atletas”, comenta la medio apertura galesa, Elinor Snowsill.

Desconocimiento: faltan estudios y visibilización

El uso de una tecnología de monitorización de ciclos menstruales es un hito en la historia del Seis Naciones, pero no es la primera vez que una selección profesional se vale de una para asegurar su éxito dentro de una competición. La selección femenina de fútbol de Estados Unidos usó en 2019 un programa similar durante el Mundial de Francia. La información recabada permitió al equipo técnico personalizar las dietas, las cargas e intensidad de los entrenamientos, los hábitos de sueño y otras tantas variables que se tradujeron en un juego mejorado. La seleccionadora Jill Ellis y las propias futbolistas reconocieron que conocer su estado físico y psicológico antes, durante y después de la menstruación fue determinante para ganar la competición.

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Los efectos del ciclo menstrual en el rendimiento de las deportistas de élite es un tema pendiente en el deporte en general: poco se habla y poco se estudia. Solo un 6% de las investigaciones en el ámbito de la ciencia deportiva se centra en el estudio de las mujeres, una brecha que impacta de lleno en el desarrollo profesional de las deportistas. Por poner solo un ejemplo: conocer cómo afecta el cambio hormonal en el cuerpo de las atletas es imprescindible para evitar lesiones. De acuerdo con otro estudio, este realizado por la Universidad de Navarra (España) en 2014, las deportistas tienen hasta ocho veces más posibilidades de sufrir una rotura de ligamento cruzado que sus homólogos hombres. Esto se explica por el incremento de estrógenos durante los días 14 y 28 del ciclo menstrual que, por un lado, aumenta sus capacidades físicas, pero también empeora ciertas habilidades motrices, como la estabilidad.

Si bien es cierto que cada vez más equipos y deportistas hablan con total naturalidad a la menstruación, ni son la norma ni es suficiente para romper con el tabú que todavía se cierne sobre esta cuestión. En 2016, la nadadora china Fu Yuanhui fue noticia mundial por referirse abiertamente a "ese momento del mes" tras disputar los relevos 4x100 metros en los Juegos Olímpicos de Río. Se retorcía de dolor en el suelo y, cuando una reportera le preguntó por su desempeño, reconoció que no había nadado especialmente bien porque “me vino la regla ayer y estaba cansada”. La tenista británica Heather Watson también estuvo en boca de todos cuando en 2015 atribuyó su derrota en el Abierto de Australia a los mareos y náuseas que sufría debido a los síntomas menstruales. Antes que ellas, la número uno del tenis mundial Steffi Graf se atrevió a hablar de la menstruación cuando nadie lo hacía. Fue en 1989 después de su derrota frente a una jovencísima Arantxa Sánchez Victoria de 17 años en la final del Roland Garros. “¿Por qué me fui antes del partido? ¿Realmente quieren saberlo? Porque tenía la menstruación”, dijo contundente. 34 años después parece que todavía no estamos preparados para abordar algo tan natural y evidente como que las deportistas de élite sangran cada mes.

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