Philadelphia Union y su heroica victoria sobre Atlas que les ofrece una revancha soñada en la Concacaf

Philadelphia Union rescató un empate en el Jalisco y así superó 3-2 en el global al Atlas. (Refugio Ruiz/Getty Images)
Philadelphia Union rescató un empate en el Jalisco y así superó 3-2 en el global al Atlas. (Refugio Ruiz/Getty Images)

Philadelphia Union está en las Semifinales de la Liga de Campeones de Concacaf. Encarnaron una misión de supervivencia que les ha curtido la piel ante el último bicampeón de México. El Atlas apeló a sus mejores noches en el Jalisco y a la explosividad de sus dos pistones, Julián Quiñones y Ozziel Herrera. Con esa velocidad intentó quebrar la desventaja de 1-0 que se llevaron en el partido de ida. Y lo consiguieron al menos al principio, cuando Quiñones encontró una opción de remate a los diez minutos y volcó a todo el estadio en la camioneta de la ilusión: era posible remontar.

Pero, aunque fracasaron en su misión de ser campeones de la Major League Soccer en 2022, Philadelphia tiene el temple necesario para hacer frente a los partidos de todo y nada. Y así quedó evidenciado ayer, porque no se amilanaron ante el rival ni ante el escenario. No es fácil. Se puede decir que Atlas no tiene exactamente el mismo equipo que cuando salió dos veces campeón, pero las bases están ahí y también la esencia de un equipo que remidió su estela perdedora sacan a flote un nuevo orgullo rojinegro capaz de revertir los peores escenarios.

Contra eso jugaba el subcampeón de la MLS. Y supieron reponerse al minuto 29 por una jugada que nació de Jack McGlynn, el mediocentro de 19 años que metió un pase impensable para otro juvenil, Julián Carranza, que entró sin marca, eludiendo el fuera de lugar, para vencer al portero José Hernández. Ese gol obligaba a los de casa a hacer dos más, pues en este torneo marcar de visita tiene valor doble en caso de empate. Atlas se fue al frente tratando de encontrar vestigios de las gloriosas noches de diciembre de 2021 y mayo de 2022, cuando parecía que el futbol les iba a sonreír toda la vida.

Y hallaron respuesta, en el último suspiro del primer tiempo, en los pies de Ozziel Herrera, un extremo de velocidad endiablada y dribles impredecibles. Herrera, seleccionado por México para el amistoso contra Estados Unidos de la próxima semana, se quitó de encima a Kai Wagner y dejó el balón servido a Julio Furch. El argentino definió con tranquilidad y todo quedó puesto para una segunda parte de película, de esas que, de suma en suma, delinean la historia de un equipo en tanto definen su carácter ante los grandes desafíos.

Y fue Philadelphia Union el equipo que demostró estar a la altura del momento. Con un Atlas plenamente esperanzado en dar la vuelta al global, sabedores de que el partido era a todo o nada, Philadelphia supo mantener la cabeza fría para entender que una oportunidad llegaría y que, de hecho, el rival podía equivocarse. Aldo Rocha, capitán y emblema del Atlas, perdió un balón en mediocampo que Mikael Uhre, delantero danés, aprovechó a la perfección: filtró un balón para que Carranza marcara el segundo de su noche y pusiera un 2-2 fulminante, que obligaba al Atlas otra vez a marcar dos goles. No hubo caso.

Philadelphia, equipo fundado en 2008 y que empezó a competir en la MLS en 2010, se ha vuelto protagonista de la MLS pese a su juventud o quizá gracias a ella: tienen una frescura que los hace competir contra quien sea. Desde 2019 hasta 2022, el orgullo de Pensilvania se ha calificado a todos los playoffs y nunca ha bajado del tercer lugar de la Conferencia Este. El punto de la casi gloria llegó el año pasado, cuando perdieron la final nacional en noviembre contra LAFC de Carlos Vela y Gareth Bale. Ahora tendrán revancha. Los angelinos serán sus rivales en las Semifinales de la Concachampions.

La victoria sobre el bicampeón de México, en una mezcla de personalidad y futbol, es todo un bálsamo para un equipo que vive una confusión en la Temporada 2023 de la MLS: apenas han ganado dos de siete partidos y marchan en el puesto 10 de la Conferencia Este, que han dominado durante cuatro años. Más temprano que tarde, el equipo de Jim Curtin, que lleva ocho años en el banquillo, buscará demostrar cuál es su sitio de pertenencia en la MLS. Por ahora pueden gozar de estar entre los cuatro mejores de la región y con la vista puesta en una posible final binacional: la otra llave tiene a León en semifinales, a la espera del ganador entre Tigres y Motagua (que juegan hoy en Nuevo León, con marcador favorable para los mexicanos de 1-0). Las grandes noches se vislumbran como una costumbre venidera para el equipo que se niega a bajar la mirada en la oscuridad.

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