Denis Bouanga y su espectacular hat-trick contra Austin FC que lo ratifica como referente de LAFC

Denis Bouanga celebrando uno de sus tres goles contra Austin FC. (Denis Bouang Jayne Kamin-Oncea-USA TODAY Sports)
Denis Bouanga celebrando uno de sus tres goles contra Austin FC. (Denis Bouang Jayne Kamin-Oncea-USA TODAY Sports)

Denis Bouanga tiene todo para hacer una historia larga en Los Ángeles. Es un delantero con las condiciones fundamentales para habitar un futbol que demanda tener demasiado de todo. El nacido en Francia, pero representante de Gabón, viajó de Saint-Étienne a California en agosto del año pasado. Su impacto fue inmediato: nueve goles y dos asistencias en 16 partidos (y otros cinco goles en la Concacaf Champions League). Bouanga conoce el área a la perfección, aunque se zona de arranque sean los extremos, y tiene la suficiente variedad de remates para despistar a los defensas: cuando crees que por fin lo has alcanzado, se inventa un nuevo truco para demostrar que él va un paso adelante.

El sábado pasado, cuando el partido entre LAFC y Austin FC comenzaba a caer en un pantano de incertidumbres, Bouanga apareció a los 39 minutos para poner orden. Bastó que tomara un balón de rebote, que le quedó acomodado a la derecha: no lo pensó. En una demostración de rapidez mental y, por extensión, física, Denis sacó el remate apenas encontró espacio. No hubo remedio para el portero Brad Stuver. A la velocidad en su definición, el alfil añadió colocación y nada se podía hacer.

Bouanga es una amenaza trepidante para las defensas de la MLS. Puede actuar como extremo por ambas bandas o como referencia en el área. El peligro es el mismo porque se mueve con libertad e ingenio, siempre conocedor de los resquicios que más daño le harán al rival. Y su capacidad de remate lo pone en el escalón de jugador diferente. A los 56 minutos, Bouanga firmó uno de los goles más espectaculares de la temporada. El tiro de esquina cobrado desde la izquierda encontró una secuencia que Denis visualizó como nadie. Primero el balón fue peinado por GIorgio Chiellini; Emiliano Rigoni, de Austin, apenas alcanzó a despejar tímidamente de cabeza, sin darse cuenta de que en realidad había asistido a Bouanga.

El gabonés empalmó el balón con fuerza, pero con la calma suficiente para colocarlo en el rincón exacto. La casa, el BMO Stadium, se entregó a su nuevo referente. Ya era una actuación de diez puntos. LAFC, el equipo perfeccionista que entiende la detección de talento como estilo de vida, rescató a Bouanga de la Segunda División de Francia a comienzos del ciclo 2022-2023, y tiene todo el sentido que haya sido así: ellos vieron en él a un talento que no podía perderse y él encontró un lugar ideal para explotar su mejor versión.

Y diez minutos más tarde, a los 67, Denis Bouanga volvió a firmar un gol de autor, de esos que llevan un sello personalísimo. Sergi Palencia, excompañero del goleador en sus días de Saint-Étienne, envió un centro medido desde la derecha y, sin dejar caer el balón, Bouanga ejecutó un complicado remate con la parte interna del pie derecho. Resignados por la superioridad angelina y por una exhibición individual arrolladora, Austin tiró la toalla.

En ese último gol ni siquiera cuidaron a Bouanga, que había sido el más peligroso durante todo el partido y no solamente por sus goles sino también por una movilidad endiablada y la facilidad para asociarse con sus compañeros. Entró sigilosamente a la espalda de la defensa y dejó una prueba más de que regalarle espacios es imperdonable. Bouanga es el mejor anotador del certamen para LAFC con seis tantos (dos debajo de Jordan Morris, líder general de goleadores de la MLS).

Es un jugador en plenitud. Tiene 28 años y está en el mejor momento de su carrera. Con el ocaso, que no decadencia, de Carlos Vela asomándose, LAFC ha encontrado a un referente en ataque que puede garantizar lo más importante en el futbol: goles y peligro. Pero eso no pasará de inmediato. Aún no deben elegir entre uno y otro. Para Los Ángeles, invictos y terceros de la Conferencia Oeste con un partido menos, el presente es el mejor tiempo: un pasado glorioso que todavía no se va y un futuro ilusionante que ya ha llegado.

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