Padres de niños de 4 años a puñetazos durante un partido de fútbol

Momento de la pelea entre los padres. (YouTube)
Momento de la pelea entre los padres. (YouTube)

Los entrenadores de fútbol base no se cansan de repetirlo. Su trabajo, que consiste en inculcar los valores del deporte a los más pequeños mientras, de paso, consigue que se diviertan jugando, es maravilloso… hasta que se meten por medio algunos padres. Por desgracia, demasiados progenitores piensan que sus hijos tienen potencial para convertirse en el nuevo Messi y vuelcan en ellos todas sus esperanzas y frustraciones, lo que en demasiadas ocasiones da lugar a situaciones lamentables.

La última se ha visto el pasado fin de semana en Valencia, en el barrio de La Luz (al oeste de la ciudad), e implica a niños nacidos en 2012 y 2013, es decir, que tienen entre 4 y 5 años. La categoría se conoce como “querubines”, y debido a su cortísima edad los equipos no están federados, es decir, los partidos no tienen carácter competitivo. Sin embargo, en el encuentro entre el Atlético Barrio La Luz-Xirivella y el Marítimo-Cabanyal la tensión llegó a niveles insospechados.

Según informa el portal especializado Esportbase, el detonante fue que el equipo de casa sacara al campo a un jugador especialmente talentoso y más desarrollado físicamente que los demás. Esto hizo sospechar a los padres visitantes, que acusaron de tramposos a los de La Luz. El árbitro (que, como suele ser habitual en estos torneos no competitivos, era el entrenador local) tuvo que parar el partido al producirse una invasión de campo de gente que se gritaba e insultaba. A partir de aquí las versiones difieren, pero parece ser que fue uno de los que jugaban en su propio campo el primero en sacar los puños a pasear.

Miembros más sensatos de ambas aficiones (muchos de ellos, justo es reconocerlo, también padres de jugadores) intervinieron para separar a los energúmenos que se agredían. No obstante, uno de ellos resultó herido por los golpes, lo que obligó a intervenir a las fuerzas del orden, que terminaron de parar la pelea y tomar los datos del agresor.

Ambos clubes implicados lamentaron sin reservas el espectáculo tan lamentable que protagonizaron estos padres y que, una vez más, deja en muy mal lugar el valor del fútbol como formación para los más pequeños. A todo esto, el niño en torno al cual se originó la discusión no incumplía ninguna regla, ya que nació en abril de 2012. El hecho de que fuera más grande que los demás se debe a que en esta competición los chicos son, mayoritariamente, querubines de segundo año (es decir, 2013), pero la normativa permite a cada equipo tener dos jugadores de primer año, algo que, al tratarse de una liga no federada, probablemente los padres no sabían. En cualquier caso, no puede justificarse de ninguna manera reaccionar con violencia, y menos habiendo menores presentes.

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