Las 3 cosas que demuestran que Ricardo Peláez es solo un vendedor de espejitos

TOLUCA, MEXICO - NOVEMBER 25: Ricardo Pelaez, president of America looks on during a match between Toluca and America as part of the Apertura 2012 Liga MX at Nemesio Diez Stadium on November 25, 2012 in Toluca, Mexico. (Photo by Francisco Estrada/Jam Media/LatinContent via Getty Images)
Ricardo Peláez, actual director deportivo del equipo de futbol Chivas de Guadalajara en una foto de 2012, cuando tenía el mismo cargo en el Club América. (Foto: Francisco Estrada/Jam Media/LatinContent via Getty Images)

Las Chivas ficharon a Ricardo Peláez como director deportivo para que los regresara a la grandeza, pero hasta ahora, solo ha sido un vendedor de ilusiones y un derrochador de millones de dólares ajenos.

Más de un año después de llegar al Rebaño, el aura de éxito de Peláez —y que él mismo fomenta— solo se han quedado en inversiones millonarias en jugadores que no han justificado lo que pagaron por ellos, en decepción, y en cero títulos.

Tan solo en el Clásico Nacional más reciente el América humilló y goleó 3-0 a unas Chivas que no mostraron ni amor al escudo.

Pero no es la primera vez que Peláez vende espejitos en un equipo y no triunfa. Él es un directivo que al igual trabaja con el América, con las Chivas o con el Cruz Azul. Vamos, con cualquiera que le compre su "proyecto" y esté dispuesto a gastar millones y millones con tal de que sea exitoso, aunque nunca lo logre..

Peláez llegó a Chivas como el directivo que iba a regresar al Rebaño a su grandeza perdida. Los iba a traer de nuevo a una época de títulos, esa que tanto prometió Jorge Vergara antes de comprar al equipo en 2002.

Ironías de la vida. Peláez llegó al Rebaño por el éxito deportivo que tuvo el América, su odiado rival.

Hubo varios factores que jugaron a su favor.

El primero, y clave, la muerte de Jorge Vergara, en noviembre de 2019.

Su hijo Amaury, quien no tenía experiencia como directivo de un equipo de futbol, tomó el puesto de presidente de las empresas de su familia, y entre ellas, a las Chivas.

El fantasma del descenso rondaba al Rebaño y, la primera medida que tomó Amaury fue contratar a un asesor que lo ayudara a lograr el éxito con las Chivas. Y en el mercado estaba Peláez, el que parecía el mejor candidato porque era el exitoso directivo que regresó al América a la grandeza.

Las primeras palabras de Peláez en su presentación con las Chivas fueron en el sentido de su personaje: “En Chivas se habló de problemas de cociente y de descenso hasta el fin de semana pasado, en esta administración se va a hablar de campeonatos, de liguilla y de éxitos deportivos”.

Hay al menos tres cosas que demuestran por qué nunca pasa lo que promete en sus discursos:

1.- El derroche de millones de dólares (para nada)

El éxito deportivo —como lo visualiza Peláez— no es barato.

Amaury Vergara sacó la tarjeta de crédito y fichó a siete jugadores que pidió Peláez, en los que según el portal Transfermarkt, se invirtieron más de 40 millones de dólares (Víctor Guzmán, quien regresó al Pachuca tras haber dado positivo por doping; Uriel Antena, Cristian Calderón, Jesús Angulo, Alexis Peña, José Juan Vázquez y José Madueña).

Más de un año después, los números no son muy prometedores.

Las Chivas han jugado en tres torneos: Clausura 2020 (que se suspendió por la pandemia del Covid 19), Guard1anes 2020 y Guard1anes 2021, en los que ha ganado el 47% de los puntos disputados. Y lo más que ha llegado es a la semifinales el torneo pasado.

Y para un equipo como las Chivas, que es uno de los grandes equipos de la Liga MX, emocionarse por una semifinal no va acorde a su grandeza y sus 12 campeonatos.

En el torneo actual, el Rebaño ocupa el lugar 13, más cerca del último lugar, que del primer puesto.

La mediocridad futbolística que viven las Chivas desde hace cuatro años —cuando ganaron su último título— los tiene entrampados. El club tiene algunos impedimentos principales para salir de ello:

-No puede fichar extranjeros, lo que los pone en desventaja con el resto de los 17 clubes. Y en un futbol cada vez más global y competitivo, cualquier aspecto que cedas, por mínimo que sea, juega en tu contra.

-No tiene el poderío económico para fichar a los mejores jugadores mexicanos y se conforma con comprar a sobreprecio por futbolistas de calidad regular... cuando los otros clubes aceptan venderles.

-Los jugadores de Chivas se han caracterizado a los largo de los últimos años por las indisciplinas deportivas. Algunos de ellos son amantes de la vida nocturna de Guadalajara.

Algunos de los entrenadores más experimentados del futbol mexicano como Tomás Boy, Luis Fernando Tena y Víctor Manuel Vucetich, apodado el "Rey Midas" por su calidad como DT, (los últimos dos campeones y que han dirigido a la Selección de México) no han podido revertir el declive de la institución.

2.- El América hizo campeón a Peláez, no al revés

Ricardo Peláez siempre ha estado ligado a la presión que implica pertenecer a un equipo grande del futbol mexicano y tener que dar resultados.

Tuvo una carrera como futbolista que fue de menos a más en el América y Necaxa (con ambos equipos fue campeón) y las Chivas. En los tres equipos anotó 187 goles. Su punto máximo fue en el Mundial de Francia 1998, cuando anotó dos de los goles de México en la Fase de Grupos, claves para que el Tri avanzara a Octavos de Final.

Tras su retiro, fue contratado para ser directivo de la Selección de México en 2001, cuando el Tri parecía que no clasificaba al Mundial de Corea y Japón del 2002. Ahí lo apoyó Alejandro Burillo, el entonces presidente de la Comisión de Selecciones Nacionales quien lo designó como Director Deportivo con Javier Aguirre de entrenador. México mejoró en su juego, clasificó a la Copa del Mundo, y logró evitar el ridículo de quedarse fuera de este torneo.

Después se supo reinventar como comentarista deportivo e incluso apareció en los videojuegos FIFA.

Pero su fama como directivo exitoso la logró cuando el América lo fichó en 2011 para revertir la crisis deportiva que vivía. Es suyo el mérito de contratar a Miguel Herrera como entrenador cuando nunca había ganado un título. Los dos lograron regresar a las Águilas al protagonismo... aunque después el egocentrismo de Ricardo no le agradó al "Piojo".

“Los medios y la gente dicen: 'Ya llegó Peláez, vamos a ganar’", advirtió Miguel Herrera cuando Peláez fichó por las Chivas en 2019. “Peláez no trabaja la cancha, no trabaja con el jugador, lo único que consigue es exigirle al técnico y al jugador que den su máximo esfuerzo y los jugadores sí son los que consiguen los éxitos, que estén convencidos de sacar ese logro. La imagen de Ricardo sin ninguna duda (está sobrevalorada)”.

Y el tiempo parece darle la razón.

En 11 torneos en los que Peláez fue directivo del América (del Clausura 2012 al Clausura 2017), las Águilas ganaron los títulos de Liga MX Clausura 2013 y el Apertura 2014. Uno con Miguel Herrera como entrenador y el segundo con Antonio Mohamed como DT —quien renunció el mismo día que ganó el campeonato por diferencias con Peláez—.

Y también fueron campeones de dos Ligas de Campeones de la Concacaf (2015 y 2016).

Para ganar esos campeonatos en esos 11 torneos, el América fichó a 32 refuerzos, que le costaron al club cerca de 100 millones de dólares, según Transfermarkt.

Pero Ricardo vende esos dos triunfos como si fueran inalcanzables, cuando en ese mismo tiempo, tres equipos también ganaron dos títulos de Liga MX (Santos, Tigres y León) y sus directivos se caracterizan por la discreción.

Inclusive, cuando Miguel Herrera regresó al América en 2017, se especuló que una de las condiciones que puso a la directiva para retornar, fue la salida de Peláez.

Se cocinó tu salida desde Tijuana. Se negoció eso, no seas inocente, Miguel Herrera negoció su llegada al América pidiendo a cambio que tú te fueras del América, tan sencillo como eso“, le dijo el periodista deportivo David Faitelson en un programa de televisión y ante esta situación Peláez le contestó que era un "estúpido", un momento que se hizo viral.

Y la coincidencia entre la salida de Peláez y la llegada de Herrera parecen darle la razón a Faitelson. Pero hay razones más profundas.

La primera: Cuando Peláez encontró en Mohamed el reemplazo perfecto de Miguel en el América —quien renunció para dirigir al Tri— terminó peleado con "Toño" porque negoció con Gustavo Matosas mientras el argentino todavía era el entrenador del América.

La apuesta de Peláez no resultó con Matosas ni con quienes llegaron después: Ignacio Ambriz y Ricardo LaVolpe.

También cometió otros errores que minaron su trabajo: En 2016, decidió no darle un homenaje a uno de los ídolos del club, Cuauhtémoc Blanco, quien jugó 38 minutos en la Jornada 9 del Clausura 2016 ante Monarcas Morelia en su último partido en el Estadio Azteca y cuando se encontraron en el programa Futbol Picante, el "Cuau" le reclamó esa falta de empatía.

Y en el centenario del América también fue un desastre para Peláez, quien hizo un partido especial para conmemorar los 100 años del club y, de paso, acusaron a las Águilas hasta de plagiar el himno del Sevilla, lo que fue un ridículo internacional.

En brillo que tuvo Peláez a su llegada con el club se desgastó en los meses finales hasta que decidió renunciar al club.

3.- El fracaso del Cruz Azul

Con esa aura de éxito, Peláez fue fichado por el Cruz Azul —otro de los grandes rivales del América— para acabar con la sequía de títulos que inició en 1997.

Ahí también fue apoyado por la directiva celeste para fichar a los refuerzos.

Tres torneos, 17 refuerzos, 72 millones de dólares gastados), una Copa MX, una Super Copa MX, cero títulos de Liga MX, la maldición de Cruz Azul intacta. Así se resume la etapa de Peláez con La Máquina, donde salió por diferencias por los directivos del equipo.

Y ahora su futuro en Chivas se tambalea

“El presidente sabe que el día que me tenga que ir, me voy sin cobrar un centavo, para que esos que andan pensando en lo que hago no se preocupen por mí. No voy a tirar la toalla, pero asumo la responsabilidad de cómo estamos en el torneo".

Esto declaró Peláez tras la goleada de Chivas ante el América. Sabe que su discurso de ilusión y su modelo de éxito está agotado. Y sabe que su futuro depende de Amaury Vergara, quien en cualquier momento, cuando analice la inversión-resultados, le puede tomar la palabra y terminar con el espejito que le han vendido.

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