La falta de clase de Draymond Green nos regala un nuevo episodio

Luego de desperdigar una ventaja de doble dígito el pasado 25 de diciembre ante los Cleveland Cavaliers, los Golden State Warriors quedaron bastante resentidos porque un juego que tenían dominado y en el bolsillo, de pronto, LeBron James y compañía se los extirparon de manera increíble, y eso dejó una marca.

Draymond Green has something to say ... again. (Getty Images)
Draymond Green has something to say ... again. (Getty Images)

Incluso los Cavaliers hasta le dieron un recordatorio a los Warriors de cómo les fue la última vez que los enfrentaron, con un cartel memorable a las afueras del vestidor de Golden State en la Quicken Loans Arena. Otro elemento que sirvió para calentar sobremanera esta rivalidad.

Poster afuera del vestidor de los Warriors el pasado 25 de diciembre en Quicken Loans Arena.
Poster afuera del vestidor de los Warriors el pasado 25 de diciembre en Quicken Loans Arena.

Pues bien, el anhelado partido de revancha sucedió el lunes en el Día de Martin Luther King, cuando los Cavs iban a pagar la visita a Oracle Arena. Y, tal como se esperaba, el partido se puso tenso, ríspido. El momento clave fue cuando LeBron corría por el medio de la duela en un rompimiento contra Kevin Durant y Draymond Green, y en un intento por robarle el balón, el polémico Green puso su brazo para interponerse y quedarse con la bola.

En lugar de hacer el robo de balón, su brazo golpeó el torso de James, quien terminó en el piso. Es cierto, parece que LeBron le puso un toque de actuación, pero hubo un contacto más allá de querer robar el esférico anaranjado, y por un instante surgió la tensión entre los equipos que se supone se verán las caras (por tercera ocasión) en las Finales.

El básquetbol es un deporte de contacto, aunque algunos podrían decir que en los 80 y 90 era más duro el juego, y puede ser que tengan un punto, pero a pesar de los golpes, nunca había burlas, pero es ahí donde entra la escasa naturaleza ética de Green, quien se burló de LeBron, a quien había derribado arteramente.

Es probable que ningún otro equipo se cruce en los caminos de Golden State y Cleveland pero no podríamos asegurarlo. En el hipotético caso de que la lógica se imponga y tengamos por primera vez en la historia una final que se repite tres años seguidos, entonces se estaría cocinando una de las mejores Finales de todos los tiempos, porque además del talento que desborda en ambos equipos, hay una rivalidad que sólo haría mejor este posible enfrentamiento.

¿Los veremos peleando codo a codo en junio?

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