La epidemia que se expande en la NBA y nadie quiere tratarse

Paul Pierce / Foto: Getty Images
Paul Pierce / Foto: Getty Images

“Más del 40% de los jugadores de la NBA tiene problemas de trastornos de déficit de atención, depresión, bipolaridad y estrés; pero menos del 5% han buscado ayuda profesional. Es una epidemia en nuestra liga y no estoy exagerando”. Son palabras de John Lucas, un ex jugador y ahora asistente del entrenador de los Houston Rockets, a ESPN. Asusta de sólo leerlas.

Cada vez es más recurrente que jugadores expresen públicamente las adversidades que sufren dentro del mundo NBA, el que para muchos puede ser un ‘paraíso terrenal’, con viajes, millones de dólares en la cuenta bancaria, mansiones e infinidades de lujos. “La gente no entiende por qué estás deprimido si puedes comprar lo que quieras. Ojalá todo el mundo fuera rico para darse cuenta de que el dinero no lo es todo”, admite Demar DeRozan, recientemente traspasado a los San Antonio Spurs.

Kevin Love con los Cleveland Cavaliers / Foto: Getty Images
Kevin Love con los Cleveland Cavaliers / Foto: Getty Images

Otras estrellas del mejor baloncesto del mundo que han admitido tener este tipo de problemas son Kevin Love, quien sufrió un ataque de pánico en pleno encuentro y tuvo que ser trasladado a un hospital. Jahlil Okafor, pívot de los Pelicans, también señaló que sufre de ansiedad.

Por su parte, Paul Pierce le indicó a la cadena estadounidense las consecuencias sociales de sufrir 11 apuñadas en un club nocturno en el año 2000, el cual puso en riesgo no solamente su carrera sino su vida. “Me sentía atrapado, no podía ir a ninguna parte. Luché contra la depresión durante un año y lo único que me salvó fue el baloncesto. Tuve a la policía frente a mi casa durante meses. No podía estar cerca de multitudes y si alguien se chocaba contra mí me asustaba. Estaba realmente paranoico“, se sinceró la ex estrella de los Boston Celtics.

Lucas considera que la mayoría de los afectados no busca ayuda profesional hasta que es demasiado tarde por miedo al ridículo por el estigma social en el que se encuentran, y por eso es tan recurrente que caigan en el alcohol o las drogas. En tanto, William D. Parham, director del Departamento de Salud Mental y Bienestar de la Asociación de Jugadores, admite que las cifras de la investigación son reales y que se encuentran trabajando para que ese 5% pueda incrementarse.

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