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Estuvo al borde del suicidio por sus adicciones y hoy es uno de los mejores atletas del mundo

AP Photo/Marco Garcia)
AP Photo/Marco Garcia)

Corre de una forma extraña, Lionel Sanders. Parece que estuviese siempre lesionado, arrastrando una pierna, pero no lo está. Corre con un estilo agresivo, ataca todas las lógicas de la mecánica perfeccionista del running. Pero lo que más sorprende de este triatleta de 29 años es cómo después de un pasado turbulento, de adicción al alcohol y las drogas que lo pusieron al borde del suicidio, se convirtió en uno de los mejores competidores del circuito Ironman internacional. Tal es así que este fin de semana, Sanders lideró el Campeonato Mundial de Ironman, en Hawai, hasta los últimos kilómetros, cuando fue superado por el alemán Patrick Lange, que finalmente se llevó el título.

Lejos está de ser la típica historia de un atleta de elite la del nacido en Windsor, que supo ostentar el récord mundial de la distancia Ironman con un tiempo de 7 horas, 44 minutos y 29 segundos. Pero todo comenzó mucho antes, y debió recomenzar poco después. Sanders era un buen deportista en la escuela secundaria, destacándose sobre todo en carreras de largas distancias, por lo que fue becado por la Universidad de Windsor. Allí comenzó el calvario, debido a que sus actividades durante esa etapa estaban más vinculadas a las fiestas que a los compromisos deportivos o las opciones curriculares.

Las oscuras noches de Lionel Sanders

Largas eran las noches, a veces se convertían en días, en semanas. Lionel se hundía en un laberinto de alcohol y drogas, caminaba sobre arenas movedizas, sin conocer el riesgo de la dimensión en la cual se estaba introduciendo. Estuvo al borde del suicidio más de una vez durante los largos meses que atravesó derrumbado por una depresión profunda. Sin embargo, hay una fecha clave en su calendario, el día en que decidió volver a vivir o, mejor dicho, el día en el cual el triatlón le salvó la vida.

Kailua-kona (United States), 14/10/2017.- Lionel Sanders of Canada runs up Palani Road to start the marathon leg of the 2017 Ironman World Championship Triathlon in Kailua-Kona, Hawaii, USA, 14 October 2017. (Maratón, Estados Unidos) EFE/EPA/Bruce Omori
Kailua-kona (United States), 14/10/2017.- Lionel Sanders of Canada runs up Palani Road to start the marathon leg of the 2017 Ironman World Championship Triathlon in Kailua-Kona, Hawaii, USA, 14 October 2017. (Maratón, Estados Unidos) EFE/EPA/Bruce Omori

Un 5 de noviembre de 2009, Sanders decidió volver a correr. Era eso o dejarse arrastrar hacia el fin. “Nunca me voy a olvidar del día que pensé en que volvería a correr”, contó el atleta. En aquella ocasión, a los 21 años y sin experiencia previa, decidió inscribirse en el Ironman de Louisville, Kentucky. Su madre tuvo que cargar la inscripción en su tarjeta de crédito, y hasta que no vio a su hijo en la línea de largada pensó que se trataría de un truco para comprar alguna otra cosa.

Nadie creía en él, hasta que completó aquella competencia en poco más de 10 horas. “Le debo mi vida al triatlón. Estaba en un lugar de mi vida muy oscuro cuando descubrí este deporte, que me dio la oportunidad de encontrar algo positivo en lo cual concentrarme. Ahora creo que ya superé esa etapa negra”, dijo años atrás, recordando todo aquello.

Lionel Sanders y el gran salto de su vida

Los entrenamientos comenzaron a ocupar gran parte de su día, mientras sus vicios comenzaban a quedar en el pasado. Entrenó pesado, a lo loco. Obsesionado, se convirtió en profesional y, en 2014, todos conocieron su nombre: con apenas 25 años, ganó tres pruebas del circuito mundial Ironman 70.3 (en Racine, Steelhead y Muncie). Semanas después, disputó su primer full Ironman, en Florida y, oh, sorpresa, también ganó la competencia. Su adicción a los podios continuó y, en 2016, tras varios éxitos, consiguió el que fue el récord hasta este año (7h44m29s).

El pasado fin de semana, Sanders estuvo al borde de vencer en Kona, el Campeonato Mundial de Ironman, donde estaban los mejores atletas del mundo, como los alemanes Jan Frodeno, Sebastian Kienle y Patrick Lange, quien acabó llevándose la prueba tras superar al canadiense cuando faltaban apenas cinco kilómetros para terminar la maratón. De todas formas, el atleta de Windsor fue uno de los grandes personajes en Hawai, un candidato eterno.

La Cueva del Dolor: el laboratorio de Sanders

Más allá de su pasado y sus resultados, otra peculiaridad en la ya por demás peculiar vida de Sanders es su metodología de entrenamiento. Cansado de sufrir accidentes en las carreteras que rodean Windsor, donde reside, y a veces obligado por el clima hostil de esa región, el canadiense realiza la mayoría de sus entrenamientos bajo techo, en una bicicleta fija o una cinta de correr. A ese cuarto, donde se somete a largas sesiones de sufrimiento, lo bautizó como La Cueva del Dolor.

Para simular las condiciones climáticas de las competencias que prepara, La Cueva del Dolor muchas veces pasa de los 40 grados, un infierno parecido a aquel del cual Lionel consiguió escapar en 2009. “Tengo esta habitación que está 100% acondicionada a mi entrenamiento. Tengo rodillos donde instalo la bicicleta, mi trotadora, mi equipo de sonido, un televisor con pantalla plana y para emular los climas más cálidos y húmedos, tengo un sauna y una estufa”, contó Sanders a Espn. “De esta forma, no me tengo que preocupar de ser atropellado por un auto en la calle. Estoy convencido que la calidad del entrenamiento está por sobre la cantidad y puedo hacer muchas horas realmente de calidad con esta sistema indoor. Corro un ironman completo cada semana”, agregó.

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