La cantera de jóvenes de Estados Unidos, la lección que México nunca aprendió y pagará caro

Las selecciones de fútbol deben enfrentarse a una prueba ineludible, el tiempo, que va de la mano de la paciencia del público, medios y directivos, quienes muchas veces son los culpables que dichos ciclos se interrumpan o se modifiquen dando pie a la improvisación y la falta de una adecuada planeación.

Dicha planeación incluye la formación de jugadores desde fuerzas básicas, localización de talentos y arduos entrenamientos para llegar con sus mejores recursos a una etapa profesional que comienza desde los 16 o 17 años, o antes en destacados casos.

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Estados Unidos demuestra una vez más que su trabajo en fuerzas básicas es uno de los mejores del área de Concacaf y que podría igualar lo que México ha hecho en los últimos años en selecciones menores. No olvidemos los campeonatos mundiales.

Prueba de ello es lo que ha logrado esta selección en el Mundial Sub-20 de Polonia, que se puede resumir en el partido contra Francia, pero en realidad refleja planeación, motivación, trabajo y entrenamiento de los cadetes y que arroja un resultado digno de resaltar, cuatro mundiales seguidos en los que califican a cuartos de final.

El partido contra Francia fue el mejor que un equipo de Concacaf haya jugado en esta justa. No es necesario recordar el fracaso de la selección Mexicana o el auténtico desastre que representó Honduras. Panamá sorprendió al sobrevivir la primera ronda, pero cayó 4 a 1 contra Ucrania.

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Estados Unidos se sobrepuso a un 2 a 1 en contra, tras haber inaugurado el marcador. Los jóvenes estadounidenses aprendieron rápidamente cómo recobrar la ventaja y gracias a múltiples factores pudieron llevarse la victoria ante una selección francesa que terminó más sorprendida que derrotada.

Sebastián Soto, héroe de este partido, eligió el mismo camino que su compatriota Christian Pulisic y que en un fútbol como el mexicano, pareciera imposible de pensar, aventurarse desde muy temprana edad al fútbol europeo.

Pulisic, la máxima figura de los Estados Unidos en el fútbol mundial, saltó del fútbol rápido al fútbol alemán cuando tenía 16 años. A principios de 2019 llamó la atención su venta al Chelsea por 64 millones de euros.

Sebastián Soto por su parte, tuvo un breve paso por el fútbol universitario y en la MLS. Fue descubierto a los 15 años cuando jugaba con el San Diego Surf por Martín Vásquez, quien dirigía las fuerzas básicas del Real Salt Lake. Soto dejó San Diego y se fue a Arizona. Sebastían pudo haber optado por el camino universitario y ocupar un lugar en el equipo de Cal-Berkele. Eligió seguir sus sueños y mudarse a Alemania para jugar con el Hannover, equipo con el que debutó en abril de 2019 y con el que culminó la temporada con 17 goles en 24 partidos en la categoría Sub-19.

Sin duda la creación de jóvenes valores en los Estados Unidos parece tener un camino novedoso, poco ortodoxo, pero que logra estas figuras que son disputadas por millonarios clubes y selecciones nacionales. Soto puede elegir el jugar para la selección mayor de Estados Unidos, México o Chile.

Aunque son casos que pueden parecer aislados, la realidad es que figuras como Pulisic o Soto, son el claro ejemplo de la seriedad con la que los Estados Unidos promueve a sus jóvenes promesas, sin que esto implique la relación con el éxito que puedan alcanzar en sus selecciones nacionales.

Pulisic y los Estados Unidos quedaron fuera del Mundial de Rusia 2018.