El vacío que deja Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo / Goal.com
Cristiano Ronaldo / Goal.com

Cristiano Ronaldo ya es historia en el Real Madrid.

El portugués deja el conjunto blanco tras nueve temporadas, habiendo anotado 451 goles en 438 partidos, habiendo levantado tres Ligas, dos Copas del Rey y cuatro Champions Leagues. En ese tiempo, además, Ronaldo le ha robado cuatro balones de Oro y dos The Best a Lionel Messi. A sus 34 años, Ronaldo ha firmado por la Juventus tras dejar en caja 105 millones de euros (costó 96 en lo más hondo de la crisis financiera, en el verano de 2009, cuando tenía 23 años), y su ausencia deja un vacío gigante en la entidad.

Es cierto que se va en lo más alto, tras ganar la Champions League –una más– y tras dejar constancia –también una vez más– de su impronta goleadora. A Ronaldo la crítica lleva cuatro años retirándole, y él lleva cuatro años superándose. Se comenta que el acuerdo de dejarle marchar por 100 millones de euros, cuando su cláusula era de 1,000 millones, se alcanzó en enero de este año, cuando sólo sumaba dos goles en Liga y era el foco de un sinfín de memes. Estos recordaban que Paulinho llevaba el doble de goles que el Balón de Oro. Desde entonces, y como siempre, Ronaldo entró en velocidad de crucero, y volvió a callar bocas por todos lados, con goles importantísimos contra el PSG o la Juve, y llegando a los 26 tantos en Liga –acabó segundo en la tabla de máximos goleadores, sólo por detrás de Messi, y con uno más que Luis Suárez.

La Juve vio una oportunidad de mercado y no dudó. La jugada de su presidente, Andrea Agnelli, ha sido magnífica, quizás sólo comparable a la que hizo con Andrea Pirlo, a quien no renovaron el contrato en Milán por tener los 32 años cumplidos, y acabó por llenar de gloria a la Juve en las siguientes cuatro temporadas. Además, seguro que la cerrada ovación que le dedicó el Juventus Stadium el día de su imponente chilena tuvo que marcar al portugués, que empezó a imaginarse su vida en un lugar en el que le veneraran, en lugar de en la olla presión en que acaba por convertirse el Santiago Bernabéu.

Pero, ¿y ahora qué hará el Real Madrid? Por lo pronto, Florentino Pérez debe buscar un goleador de raza, y con el suficiente tirón mediático, como para cubrir la vacante de Cristiano Ronaldo. No es fácil encontrar 50 goles en el mercado, mucho menos aglutinados en un mismo jugador. Hay quien asegura que Florentino debe tener algo ya muy cocinado —llámese Neymar, Mbappé o Hazard— como para haber dejado marchar a Ronaldo. Sin embargo, ninguno de esos jugadores ha sido capaz de llegar a los números realizadores del portugués. En un equipo que dependía sobremanera de CR7 para perforar la portería contraria, esto parece ser un problema capital.

Luego está todo lo que genera Ronaldo. En el campo, saltar con él en el once significaba un aviso al adversario. Un aviso de que, en un momento dado, en el minuto uno o en el 90, Ronaldo podía hacer explotar un partido. Porque quizás el deporte no haya conocido jamás a un hombre con la dedicación, el carisma, las agallas y el pundonor de Cristiano Ronaldo.

El portugués de 33 años no es el mismo jugador que era cuando tenía 23, aunque desde cierto punto de vista sea mejor. En su segundo partido como jugador blanco, en el otoño de 2009 contra el Villarreal, Ronaldo agarró el balón en mediocampo, dribló a cuanto jugador amarillo se le puso en medio, y batió a Diego López con un cañonazo por bajo. Era un Ronaldo imponente, pero demasiado individualista. Desde ese día hasta que ganó su primera Champions League con el Real Madrid pasaron 5 años. En los siguientes cuatro ganaría otras tres. En gran parte, el cambio en su juego y en su actitud, hizo de Ronaldo un mejor jugador, uno más comprometido con el grupo, y por eso uno que va a dejar un hueco inimaginable en la plantilla blanca.

La vida sigue y seguro que Ronaldo encontrará cotas más altas por las que luchar en la Juventus. El Real Madrid, por su parte, cuenta con una magnífica estructura que ha ido formando en los últimos años, con algunos de los mejores jugadores del mundo, la misma en la que se apoyó Ronaldo para ganar una cantidad inaudita de trofeos todos estos años. Los blancos echaran de menos sus goles, y tendrán que lidiar con el vacío emocional que dejará su partida.

Para hacer frente a esto, de momento, cuentan con 105 millones en el banco.

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