El último nueve (9)

“No vengo al Camp Nou a ver a Messi”, le dije a un furibundo hincha del Fútbol Club Barcelona que, cuando la pasión de forofo le deja tiempo, trabaja como periodista en un diario deportivo de la capital catalana.


Le dije eso y sus ojos se engrandecieron. Sus mofletes o cachetes se inflaron de aire y su voz puso un tono de incredulidad. Compartíamos la misma mesa de trabajo, en la tribuna de prensa, en el entretiempo de un lánguido Barcelona-Athletic Club, por la jornada vigésimo primera de la Liga Santander.

“Con tanta hagiografía que se escribe del 10 culé, con tanto adjetivo que se dice sobre el jugador nacido en Rosario (Argentina), estoy empachado de Messi”, le expliqué y pasé a decirle que si me dieran la oportunidad de escoger un futbolista del equipo azulgrana, por encima de todos, ese sería, sin dudarlo, ¡Luis Suárez!

Sin vacilar, el 9 uruguayo. “Ese es el tipo de futbolista que vengo a ver”, le remarqué y mi colega se llevó las manos a la cabeza. Un nueve (9), quizás el último de su especie, que no se amilana ante ningún defensa. Un delantero centro hecho a la antigua. De meter lomo, cuando hay que hacerlo. De correr, si es necesario y la pelota se va larga. De anotar un gol a un toque, de pared, de cabeza, con pierna derecha, con pierna izquierda. Y hasta de hincar el diente a su marcador, si este lo atosiga demasiado y no le da espacio para cazar. Un depredador natural. Un 9. Como diría Osvaldo Soriano: “un centroforward”.


El fútbol cambia con los años. Y las posiciones fijas desaparecen. Ya no hay diez (10), y el enganche, ese invento de futbolista que teje el juego en la mitad del campo y conecta con los delanteros, también cedió su paso al “todocampista”. Y no hay ala y menos wing derecho ni izquierdo. Existen los extremos o los interiores. El fútbol evoluciona y con él los términos. Además del portero, el 1, el arquero, el cancerbero, o el cuidapalos; del nueve, el delantero centro, posición por antonomasia del anterior, quedan residuos. Uno que otro. Pocos. Están en vías de extinción.

Quizás, viniendo al Camp Nou, para ver a Luis Suárez, estemos asistiendo y siendo testigos del último nueve puro. En el Barça-Athletic de esta tarde, en Barcelona, no los pudimos disfrutar. Por decisión de Luis Enrique, el uruguayo se ha quedado en el banquillo de suplentes, descansando para el juego de vuelta de la semifinal de la Copa del Rey, contra el Atlético de Madrid. Domando su hambre de gol.

Mi colega, en la mesa de la tribuna de prensa del Camp Nou, no puede asimilar mi punto de vista. Y paso a decirle que si hay quienes se jactan repitiendo el trillado y cansino “yo le contaré a mis nietos que vi jugar a Messi”; este servidor, como el abuelo que espero ser en un futuro, le contará a los hijos de mi hijo otra historia. Siempre hay otra. Y comenzaré diciendo: “Yo vi jugar a Suárez, el último nueve”.

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