Cruz Azul, un equipo que causa vergüenza a su afición, una vez más
El sábado 16 de febrero pintaba para que Cruz Azul retomara el camino de la victoria y se alejaran los fantasmas del fracaso. Ni aficionados, ni directiva quieren ver a una máquina descarrilada, en “mal estado”, nadie quiere retomar el concepto, verbo y adjetivo, “cruzazulear”. Pero no fueron suficientes los “caprichos y lisonjas”, Cruz Azul volvió a ser el mismo de hace algunas campañas.
¿En qué momento se acabó esa realidad celeste?
Ese mismo sábado no se retomó el camino, pese a que el argentino Caraglio por fin anotaba en esta temporada su sexto gol en liga desde que llegó a La Noria. Corría el minuto 23 y los celestes ya ganaban a Santos 1 a 0. La alegría duró poco, al 29, otro argentino Martín Nervo, empataba el marcador.
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El resto del partido el Cruz Azul jugó con ganas que todo terminara ahí, pero faltaba la parte complementaria, y justo cuando ésta inició, el ecuatoriano Ayrton Preciado, aprovechó un craso error de Pablo Aguilar para anotar el gol de la victoria.
Era tan evidente el mal funcionamiento de la Máquina y la actitud pasiva de Pedro Caixinha, que los comentaristas de Televisa Radio se atrevieron a señalar que le “estaban tendiendo la cama” al técnico portugués.
Desde aquella final que perdieron contra el América, la del Apertura 2018, nada fue igual en el seno cementero; ahora las circunstancias golpean a Caixinha:
El flamante refuerzo portugués, Stephen Eustáquio, traído ex profeso por Caixihna, tuvo un desafortunado debut, sufrió una grave lesión que lo dejó fuera de las canchas por el resto de la temporada.
La salida de Marcone, jugador desequilibrante y líder en la delantera, quien fue fundamental en la campaña anterior para que Cruz Azul figurara en los primeros lugares de la tabla, regresó a Argentina con declaraciones de inconformidad sobre su paso porel fútbol mexicano.
Los refuerzos, todos ellos traspasos, no han funcionado como se esperaba: Orbelín Pineda, procedente de Chivas, y el delantero uruguayo Jonathan Rodríguez, de Santos, entre otros.
La gota que derramó el vaso fue la eliminación en el torneo de Copa MX ante los Alebrijes de Oaxaca, club que no tiene siquiera un estadio que cubra los requerimentos de la FMF para jugar en Primera División. Caixihna no vistió de traje y corbata como acostumbraba, lució sólo un conjunto deportivo.
Los jugadores no han dado la talla ante la historia de un club ‘grande’.
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Caixinha no tiene nada nuevo qué decir y dejó a un lado las respuestas violentas a reporteros (recibió un llamado de atención, según algunas fuentes). Quien da la cara y pide perdón por el andar del equipo, es Ricardo Peláez, quien fuera elevado a un pedestal por cambiarle el rostro a la Máquina en el Apertura 2018. Ahora deberá doblar esfuerzos para volver a cambiar ese rostro.
“No parece, es un fracaso”, admite el director deportivo, Ricardo Peláez. pic.twitter.com/BKff9CzALB
— Violeta Alva (@Viioletitta) 20 de febrero de 2019
Varios medios y analistas susurran suavemente que Caixinha tiene los días contados y que el relevo será el argentino Matías Almeyda, quien conoce muy bien el fútbol mexicano. Otros ven en Rafael Puente Jr., quien fue técnico de Querétaro hasta la misma fecha 7, el relevo para Caixihna (sin ver una razón auténtica a esto). Y otros más ven que Ricardo Peláez, fiel a su costumbre de sostener técnicos, mantendrá al portugués al frente del Cruz Azul por un buen rato más.
Ricardo Peláez aceptó que la eliminación de @Cruz_Azul_FC de la #CopaMX es un fracaso.
#AsiLoDijo ⬇️ pic.twitter.com/uMGWPuJLLH— Raúl Orvañanos (@RaulOrvananos) 20 de febrero de 2019
Se fueron siete fechas del Clausura 2019 y Cruz Azul se encuentra en la posición 14, en el accionar, sin pies ni cabeza, en el banquillo, un técnico que se tambalea, que vive la otra cara de la moneda, aquella que ningún técnico quiere vivir, aquella que tarde o temprano todo estratega vivirá al frente de un equipo.
Parece realmente, que le están “tendiendo la cama” al técnico.