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El exceso de dinero, el peor enemigo del fútbol mexicano

No, no es Osorio. Las culpas deben ser repartidas por igual y hay que ir más a fondo y no mirar sólo la superficie para encontrar la raíz del problema luego de la eliminación de México ante Jamaica y del amargo verano que han entregado los dos torneos en los que ha participado el representativo mexicano.

Osorio y el Tri no alcanzaron la Final de la Copa Oro. Foto: EFE
Osorio y el Tri no alcanzaron la Final de la Copa Oro. Foto: EFE

La Confederaciones y la Copa Oro han servido para varias cosas, para darnos cuenta que nada ha cambiado y que mientras el plan y el cambio no sean de fondo, cualquier logro que se coseche será más apoyado en la suerte, en algún error arbitral o en algún gran acierto individual, pero eso no va a modificar el fin. Es decir, si la estructura no cambia, volverán a pasar muchos fracasos antes de consolidar una posición en el fútbol internacional capaz de sobreponerse a estos elementos azarosos y basarse en una forma y un estilo de trabajo y se seguirá señalando a una sola persona, en este caso, Juan Carlos Osorio, como el máximo responsable, pero él no es capaz de cambiar 30 años de malos procesos, debe venir de más arriba.

¿De qué cambios hablamos? Los millones que posee la Federación y la Liga MX sirven para suplir sus propias carencias en la generación de jugadores, el talento en México se compra y no se hace. Tener 15 jugadores en Europa no es garantía de nada mientras en la liga local, salvo Oribe Peralta (33 años), no hay un sólo centro delantero capaz de hacer 7 goles por torneo. En parte motivado por el exceso de extranjeros, provocado por los mismos directivos y por el conformismo. Un jugador mexicano que llega al primer equipo puede tener garantizado un salario muy por encima del resto del continente, lo cual provoca hasta cierto punto comodidad y estancamiento al no ir más allá, al no buscar mejorar en lo deportivo, pues en lo económico, pertenecer a la plantilla de un equipo de Primera es suficiente para vivir mejor que la mayoría.

Al tener mucho dinero, los equipos prefieren la facilidad de comprar lo que sea con tal de resolver problemas inmediatos pero no se trabaja en las bases, se quiere del resultado inmediato a base de cartera, el talento propio pasa a un segundo o tercer lugar cuando además de poner un parche a una plantilla con una nueva contratación, el directivo de ese equipo también puede mover hilos para quedarse con un porcentaje de esa transferencia, y todos ganan, directivos, agentes, jugadores, menos el fútbol mexicano.

Video: México cayó eliminado en semifinales de la Copa Oro ante Jamaica

Que Osorio tiene culpa, sí, pero es el último eslabón de una cadena que incluye a los directivos y jugadores en un primer plano. Los errores del colombiano están claros y a la vista de todos. La mala planeación provocó que el grueso del poco talento que poseé el Tri fuera enfocado en un sólo torneo. Desde el comienzo se sabía que la prioridad era la Confederaciones pero a ella se llevó un exceso de hombres ofensivos y se careció de elementos para contener en el medio campo, cosa que se reflejó en el juego en la conformación de la otra plantilla, la de Copa Oro, donde al contrario del evento de FIFA, se saturó de mediocampistas e hicieron falta hombres de ataque.

Esto, aunado a la falta de rodaje, a los jugadores fuera de posición y al poco entendimiento por falta de minutos en conjunto de cada uno de los equipos de la diferentes copas, provocó que no hubiera un partido donde el Tri de Osorio dejara muestras de un gran juego, un gran estilo o un entendimiento a pleno de su sistema, en todos los partidos se sufrió y en todos hubo algo que mejorar, luego de 10 partidos parece que no se avanzó en la aparte de hacer un equipo homogéneo que juegue a los mismo.

La afición pedía así la salida del entrenador Juan Carlos Osorio

Al ser un fútbol casero, con pocos años con roce internacional real, la Liga MX y la Federación deberán ser más inteligentes en cuidar su producto, tenían un buen plan cuando existía la regla 20/11, que obligaba a los equipos a usar jugadores menores de 21 años mil minutos durante una temporada, eso lo quitaron en 2012 y las consecuencias están empezando a notarse cinco años de su expiración, con la selección del Mundial sub 20, que poco talento aportó y sin jugadores mexicanos a los cuales apuntar como el futuro . Aunque con los millones y lo comercializada que está la Selección, quizá los dirigentes sí sean inteligentes, pues la maquinaria seguirá vendiendo la ilusión mientras este sistema se mantenga.

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