Definición infartante: el juego de las estadísticas

El juego de las estadísticas se asimila más a una expresión de deseo que a una realidad concreta. Mucho depende de quien la haga más allá de que la mayoría que se toma el trabajo de hacerlas trata de hacer creer que es imparcial.

El juego de las estadísticas no es más que un motivo más para acelerar el proceso de optimismo por un lado y de desazón por el otro. En definitiva los números pueden ser un factor de análisis pero a la hora de jugar todo queda de lado.

Como bien se dice en la jerga futbolística, cada partido es un mundo aparte y con el pitazo inicial se inicia una nueva historia.

Pero de todas maneras no está mal hacer un planteo numérico de acuerdo a los antecedentes y los favoritismos.

Brasil no tiene nada de qué preocuparse. Su pase al Mundial está asegurado y no pelea por nada en ese sentido, sólo lo hace para seguir sumando y confirmar que es un gran candidato a quedarse con el título en Rusia 2018.

Uruguay, segundo en las posiciones aparece con un alto porcentaje de posibilidades de ser el segundo en sellar su pase. Es casi imposible que no lo logre. Visita a Venezuela y recibe a Bolivia, por lo que la estadística marca que en un 99 por ciento estará en el Mundial de forma directa.

Luego viene Colombia. Otro que debe hacer los deberes en casa ante Paraguay este jueves y visitar a Perú, uno de los que si bien hoy está en zona de clasificación directa, el duelo ante Argentina será clave para su futuro.

En un 85 por ciento Colombia estará en Rusia de forma directa según los porcentajes que plantean las combinaciones de resultados, todo a pesar de sus dos muy difíciles rivales.

Luego llegaría Argentina. Los dirigidos por Jorge Sampaoli deben ganar si o si en La Bombonera ante Perú para poner un pie y medio en el Mundial.

No será nada fácil, por algo la tensión crece y la expectativa domina el ambiente de un país netamente futbolero.

Los números la ponen con un 72 por ciento de chances a pesar de que luego deberá viajar a la altura de Quito, un reducto que siempre le ha sido complicado razón por la cual la victoria en Buenos Aires es clave para calmar los nervios y allanar el camino.

Luego llega Perú. El equipo de Gareca llega entonado a la capital argentina más allá de las importantes ausencias que le generan los suspendidos y lesionados.

Tiene a su favor el hecho de que la presión está del otro lado, aunque hablando de presión deberá soportar la que tendrá en un estadio famoso por lo que genera en ese tema clave a la hora de disputar un duelo de tamaña importancia.

Chile. El doble campeón de América traviesa una situación apremiante. No sólo no dependen de si mismos sino de otras selecciones que están mejor ubicadas. La caída en las últimas fechas ha dejado su huella y hoy por hoy aparece en una posición más cerca de lo imposible que de lo posible. Que finalice entre los primeros cuatro es casi un imposible (apenas un 16 por ciento de posibilidades), aunque aún sueña con ese quinto lugar del repechaje ante Nueva Zelanda.

Luego aparecen Paraguay y Ecuador, casi en la misma situación (7 por ciento entre los cuatro primeros y 2 por ciento en el quinto lugar).

Los Guaraníes deben ganar o ganar en Colombia (un desafío más que complicado) para recuperar la fe, mientras que La Tri debe hacer lo mismo en Santiago y después esperar a Argentina.

Bolivia y Venezuela ya están afuera de toda pelea por lo que en estas dos últimas jornadas sólo jugarán por cumplir con el reglamento, aunque su orgullo hará que no sólo no se entreguen sino que puedan complicarle la vida a sus rivales.

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