¿Censura? "Desaparece" una noticia crítica con el Atlético de Madrid en el ABC

Enrique Cerezo (centro), presidente del Atlético, y Miguel Ángel Gil (derecha), consejero delegado, con otro accionista del club: el empresario chino Wang Jianlin (izquierda). REUTERS/Jason Lee
Enrique Cerezo (centro), presidente del Atlético, y Miguel Ángel Gil (derecha), consejero delegado, con otro accionista del club: el empresario chino Wang Jianlin (izquierda). REUTERS/Jason Lee

Estafas contra su propio club, apropiaciones indebidas, intervenciones de la Guardia Civil en las oficinas, todo tipo de operaciones irregulares en materia de fichajes, sanciones sin fichar de la FIFA, gestiones deportivas tan calamitosas que llevan al equipo a no ganar títulos en 14 años e incluso a pasar dos temporadas en Segunda, generación y multiplicación de deuda hasta niveles inconcebibles. De una dirigencia como la que sufre actualmente el Atlético de Madrid, que oscila entre la incompetencia y la negligencia, es difícil esperar algo positivo. Lo que no se sospechaba es que, pese a todo, los mandatarios pudieran tener poder en ámbitos como la prensa.

Hay abundantes ejemplos más o menos sutiles en la cobertura mediática cotidiana de la actualidad rojiblanca, aunque pocas veces se ven casos tan sospechosos como el sucedido este martes 6 de febrero. El diario ABC publicó en su versión digital una nota muy crítica, pero que no hacía más que reflejar un hecho real. Como especie de compensación por el traslado forzoso al estadio Wanda Metropolitano, el club había prometido a los socios que recibirían en sus domicilios el asiento en el que se sentaban en el viejo Vicente Calderón. Tras décadas acudiendo allí al ver al equipo de sus amores, para muchos hinchas no se trataba de una simple silla de plástico, sino que este objeto tenía un valor sentimental difícil de calcular. De hecho, el Atlético anunció esta medida en mayo, al comprobar que, tras los últimos partidos y conciertos a orillas del Manzanares, no eran pocos los seguidores que directamente arrancaban por sus propios medios sus localidades y se las llevaban sin pedir permiso. En ocasiones con ánimo de revenderlas, como se pudo comprobar en diversas páginas de internet en las semanas posteriores a la clausura.

El problema es que el club prometió que la entrega de los asientos a los socios que lo hubieran solicitado se haría antes de que acabara 2017; es más, también aseguró que los no reclamados se pondrían a la venta para cualquier colchonero que estuviera interesado. Y sin embargo, más de un mes después, no hay novedades al respecto: los asientos no se han repartido ni se están comercializando, ni hay explicaciones al respecto. El enésimo ninguneo de Gil y Cerezo indigna a los hinchas; alguno incluso dijo que, de haberlo sabido, no habría hecho caso a los “cauces legales” y se lo habría adueñado por su cuenta.

Todo esto, con buen criterio, lo contaba ABC en un artículo que salió ayer de madrugada en su web… pero que, sorprendentemente, apenas horas después había desaparecido. La URL publicada redirige a una página con un mensaje de error (y un ocurrente y bonita caricatura de Mingote). No obstante, conocemos el contenido de la información, firmada por A.S.M., gracias a los usuarios de las redes sociales que estuvieron rápidos para hacer capturas de pantalla.

Se ignora el motivo de la desaparición del texto, toda vez que los hechos relatados son ciertos y siguen vigentes: a día de hoy los asientos siguen sin haberse entregado a quienes los pidieron. El Atlético de Madrid no se ha pronunciado al respecto y, hasta el momento, el ABC no ha contestado a las preguntas de Yahoo! sobre este asunto. Dados los antecedentes de los más altos directivos rojiblancos, que incluyen sentencias judiciales firmes que acreditan varios delitos, ninguna hipótesis se puede descartar.

Por otra parte, el estadio Vicente Calderón, aunque cerrado al público y sin uso, sigue en pie junto al río, en perfecto estado. Su fecha de demolición se mantiene incierta, puesto que las negociaciones entre el club y diversas inmobiliarias para la venta de los terrenos aún no se han concretado; parece poco probable que se cumpla la previsión inicial de proceder al derribo el próximo verano. Mientras tanto, el campo nuevo, la antigua Peineta que se inauguró a toda prisa, sufre de defectos poco justificables en un recinto de última generación. Las recientes lluvias y nevadas han embarrado los accesos y han generado goteras, y la falta de un sistema de calefacción en la grada han causado no pocas molestias a los aficionados.

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