Tacos de cochinita, una tradición que se mudó también al nuevo estadio de los Diablos

Sede de dos inauguraciones y finales de mundiales de fútbol, sede de los primeros Juegos Olímpicos en América Latina, la Ciudad de México cuenta con todo tipo de inmuebles para los espectáculos deportivos, incluido el béisbol, con el flamante estadio de los Diablos, inaugurado el pasado 23 de marzo.

Desde que los escarlatas y los Tigres abandonaron el Parque del Seguro Social, demolido en 2003, ningún lugar exclusivo para la práctica del béisbol que contara con amplio aforo, daba la talla para albegar al menos a un equipo capitalino. Tigres se fue a Puebla en 2002 y a Cancún en 2007, dejando solo a los Diablos como la única novena capitalina que vivió también días memorables en una de las curvas del Autódromo Hermanos Rodríguez o el multi eventos llamado ‘Foro Sol’.

Desde entonces se soñaba con su propio estadio.

En aquel Parque del IMSS o Delta, se vivieron inolvidables momentos entre estas escuadras, la ‘Guerra Civil’ arroja enormes memorias para los aficionados al béisbol profesional en México. Parte de esa historia se enmarcó con un elemento imprescindible en un estadio, la comida.

Hot dogs y tacos de cochinita siempre tuvieron una pacífica convivencia entre el gusto de los aficionados al rey de los deportes en la capital mexicana. Hoy, con el nuevo estadio de los Diablos, oficialmente llamado ‘Harp Helú’, la tradición gastronómica de los tacos de cochinita, se mantiene viva y tuvo un momento caótico, pero simpático en su inauguración.

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Para los dos encuentros inaugurales se prepararon casi 20 mil tacos del manjar yucateco, alrededor de 6 mil 500 órdenes de tres tacos cada una. Alejandro Rojas, encargado del local de tacos, invirtió dos semanas para dejar todo preparado para este momento histórico. Los ingredientes básicos para este platillo, carne, cebolla, chile habanero, listo desde un día antes, el guacamole, preparado el mismo día horas antes, “ese sí lo tenemos que hacer poco antes, porque no aguanta mucho tiempo”.

Rojas es parte de este negocio desde 1995, en los tiempos del Parque del Seguro Social, y empezó a trabajar junto a su padre, quien tenía más de dos décadas dedicándose a esto.

El caos vino cuando el partido vivía la segunda entrada y los aficionados le perdieron interés, pues la tradición de degustar los tradicionales tacos fue más fuerte que el cotejo en el que los locales terminaron apaleados por los Padres de San Diego. “¿Qué importa el resultado cuando se tiene un orden de tacos de cochinita entre las manos?” Comentó Miguel Chaparro, recio aficionado a los pingos, mientras pagaba su orden tras esperar alrededor de media hora por su pedido.

Tradiciones como ésta, al igual que la venta de semillas en la Arena México o los tacos de guisado afuera del Estadio Azteca, entre otras ofertas gastronómicas en otros recintos, hacen la experiencia deportiva única en la ciudad de México, sin mencionar la comida única en su género que se puede encontrar en cada inmueble deportivo de nuestro país.

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Los Diablos tienen nueva casa por fin, moderna, bien planeada, a la altura de los mejores estadios de béisbol del mundo, con la particularidad de los tacos de cochinita, que han estado unidos al béisbol capitalino desde hace casi medio siglo, sin importar la sede.

¿Qué comida disfrutas más y en cuál estadio?