LAFC y "su piedra, papel o tijera" que usó para decidir al cobrador de un tiro libre en la MLS

LAFC y el peculiar método de sus jugadores Denis Bouanga y Kellyn Acosta para decidir quién iba a cobrar un tiro libre. (Captura de Youtube/Major League Soccer)
LAFC y el peculiar método de sus jugadores Denis Bouanga y Kellyn Acosta para decidir quién iba a cobrar un tiro libre. (Captura de Youtube/Major League Soccer)

Los Ángeles Football Club (LAFC) es un equipo glamoroso desde su debut en la MLS, en 2018. Evitaron la grandilocuencia de sus vecinos, el LA Galaxy, que se asumió como la cuna de las estrellas del futbol estadounidense desde su nombre. Ellos prefirieron otros simbolismos: un uniforme totalmente negro, que transpira elegancia; un patrocinio de YouTube, porque todos quieren verlos, y un crecimiento arrollador que encontró su clímax el año pasado, cuando consiguieron el título de la Temporada 2022, primero de su historia, con Gareth Bale, Carlos Vela y Giorgio Chiellini como cerezas de un pastel que aspira a tener rebanadas eternas.

Pero el glamour no está peleado con la vida mundana, y el LAFC ha venido a recordarnos esa premisa con una escena tan divertida como metódica. Denis Bouanga y Kellyn Acosta, jugadores del equipo angelino, discutían quién de los dos debía ser el cobrador de un tiro libre. Esos debates pueden acabar muy mal, como cuando Arjen Robben le dio una cachetada a Thomas Müller por no dejarlo tirar o cuando Neymar se enojó con Edinson Cavani (y lo dejó de seguir en Instagram como venganza).

Pero aquí hubo un método civilizado: un piedra papel o tijera. Nada mejor para dirimir al cobrador, porque si hay dos jugadores de calidad similar y con las mismas ganas de anotar gol, ¿qué se puede hacer? ¿Recurrir a métodos autoritarios y que el entrenador decida quién tira y quién no? ¿Rotarse los cobros? Pues no. Acosta y Bouanga recordaron la esencia del futbol de la calle, cuando se juega por gusto y cada tiro libre es de vida o muerte, y algo tan importante por supuesto que tiene que decidirse a través de un salomónico piedra, papel o tijeras. Es lo justo, y en este caso el vencedor fue Bouanga, a quien le ha salido todo bien. O casi todo bien, porque su disparo pegó en el poste. Se quedó cerca y nada se le puede reclamar (porque, se sabe, si su cobra hubiera sido infame, ni haber ganado el derecho a tirar le habría salvado de los reclamos).

Pero la felicidad abunda en la atmósfera de los californianos. La noche fue redonda para el campeón vigente de la MLS. Cuando Timothy Tillman se internó en el área, a los 13 minutos, y fue derribado, el partido definió a su ganador. Bouanga definió desde el manchón. El portero visitante, Djordje Petrovic tuvo una noche de espanto, pero no por él, que hizo todo lo que pudo y que con atajadas de gran nivel evitó que la goleada fuera todavía más escandalosa. Simplemente su defensa es frágil y con esa realidad deberá lidiar durante todo el año.

Tillman tuvo el combustible para aparecer de nuevo, ahora sí con un gol y poner el 3-0. El último gol fue obra de Stipe Biuk. El balón alcanzó a superar la línea de cal por muy poco, pero el tanto fue legítimo en el reglamento y también en el ambiente: había que cerrar a la perfección un partido festivo, la confirmación de que LAFC es un equipo imponente. Bouanga, gabonés nacido en Francia, ha tenido una semana inmejorable: le marcó tres goles al Alajuelense en la Concachampions y selló un doblete ante New England que lo confirma como el hombre gol del equipo. Su misión es hacer olvidar a Cristian Arango, goleador del club hasta el año pasado y que fue vendido al Pachuca.

LAFC ha confirmado que van por el bicampeonato. Pero antes deberán afinar algunos detalles. Nadie puede dudar de su poder ofensivo: lo tienen todo. Por algo se dan el lujo de arrancar el partido con Carlos Vela en la banca. Sin embargo, New England, un equipo pasivo y sin ánimos de causar daños, no puede ser un parámetro: será contra los equipos potentes de la Conferencia Oeste cuando se vea qué tan lejos pueden volver a llegar los pupilos de Steve Cherundolo. Contra Portland Timbers, tuvieron una ventaja de 3-0, que era cómoda y merecida, para encontrarse con un 3-2 que los presionó en los últimos minutos. Eso no debe pasarle a un campeón. El glamour lo tienen desde el primer día. El oro tardó en llegar, pero lo han conquistado y a pocos les brilla más que a ellos. Ahora falta la confirmación. Es un año de graduación para el equipo que destila clase en su futbol.

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