Julio César Chávez, el dolor de un legado que no pudo mantener a través de Chávez Jr.

Julio Cesar Chavez y su hijo Julio Cesar Chavez Jr. antes de una pelea en 2011. REUTERS/Danny Moloshok
Julio Cesar Chavez y su hijo Julio Cesar Chavez Jr. antes de una pelea en 2011. REUTERS/Danny Moloshok

Uno de los mejores boxeadores en la historia, Julio César Chávez, dio la noticia que su hijo estaba, de nuevo, internado en una clínica de rehabilitación

El apellido Chávez está lejos de ser lo que un día fue; las polémicas, el bajo rendimiento del actual defensor del nombre y más circunstancias se han encargado de “ensuciar” lo que un día construyó El César del boxeo.

En una nueva edición de polémicas, se dio a conocer que Julio César Chávez junior se encuentra en un proceso de rehabilitación (otra vez), al menos así lo informó su padre a través de redes sociales.

“A todos mis amigos que han preguntado por mi hijo Julio, quiero decirles que mi hijo está en buenas manos; quiero decirles que está en un programa de recuperación. Primeramente Dios va a estar muy bien y él va a poder hablar con todos ustedes. Para todos los que están preguntando dónde está mi hijo, si está secuestrado, si está perdido, nada de eso. Mi hijo está recuperándose y muy pronto él dará información.”

Evidentemente, salir a dar una noticia de este tipo no es nada grata para uno de los más grandes pugilistas de todos los tiempos. Especialmente cuando su hijo decidió seguir sus pasos como peleador profesional.

A cualquier padre le llenaría de orgullo que sus hijos construyan un legado en la misma profesión o en un espacio en el que se sientan felices; sin embargo, el cinturón a llenar y la presión son demasiado grandes y no todos pueden con el paquete.

En dónde queda esa ilusión de grandeza cuando los descendientes se inmiscuyen en un mal camino, uno plagado de vicios y que termina con romper con toda pizca éxito deportivo. A veces al grado de la ridiculización.

Julio Cesar Chavez Jr peleó por ultima vez en diciembre de 2021 contra el peruano David Zegarra. Ganó por decisión unánime. (Foto: Manuel Velasquez/Getty Images)
Julio Cesar Chavez Jr peleó por ultima vez en diciembre de 2021 contra el peruano David Zegarra. Ganó por decisión unánime. (Foto: Manuel Velasquez/Getty Images)

Como padre duele ver el dolor de tus hijos, y en el caso de Julio César Chávez, duele contemplar como el legado no continúa. Pero es más lastimoso observar como su futuro se va en picada cuando se tenía “todo”.

Del orgullo al dolor pueden haber distancias muy cortas, especialmente cuando alguien cercano toma caminos que trajeron tristezas propias. Todo aquello que cuida Chávez en sus hijos no es algo que él mismo no haya experimentado.

Y no, la existencia de roces y críticas con su hijo no quiere decir que el multicampeón haya sido un modelo a seguir como padre o incluso como deportista. De hecho, él también tuvo que lidiar con las adicciones y abiertamente lo ha reconocido.

“Sinceramente gané muchísimo dinero, más de 100 millones de dólares; sin embargo, me sentía solo, vacío y qué fue lo que busqué, pues lo más tonto y estúpido: la droga. Eso sucedió después de pelear con el ‘Macho’ Camacho. Ahí cometí la estupidez de probar la cocaína por primera vez. Cuando la pruebas una vez tienes que probarla otra vez y otra más. Por eso dicen que es un suicidio, porque te arrastra a hospitales, a la cárcel y a la muerte”, afirmó en una entrevista para Telemundo.

La pelea de Chávez contra Camacho fue un parteaguas en su carrera y en su vida.  (Photo: The Ring Magazine via Getty Images)
La pelea de Chávez contra Camacho fue un parteaguas en su carrera y en su vida. (Photo: The Ring Magazine via Getty Images)

El otro lado de la moneda

Las comparaciones son odiosas, y lo son aún más cuando resultan ser entre familiares. Desafortunadamente, el Junior tiene encima de él la losa más pesadas para un boxeador, ser hijo de uno de los mejores en todos los tiempos. Aunque eso sí, oportunidades no le faltaron para demostrar que no solo existió un buen Chávez.

Esperar los triunfos y cinturones es sencillo para todo aquel que no cargue con “Chávez” en la espalda, pero qué hay de quién sí, qué hay de aquel joven que tuvo, tiene y tendrá que atravesar las eternas y odiosas comparaciones.

Toda esa presión por solamente ser parte de una dinastía puede ser perjudicial en la carrera de alguien que se quiso aventurar en el deporte de los guantes y el encordado. Desde que lo llamaron “Julio César” aquella autonomía desapareció, pues en lugar de esperar cosas de él, se esperó algo del "Hijo de la Leyenda".

Julio Cesar Chavez Jr. y su padre en una pelea en 2005 contra Rubén Galván.  (Foto: Al Bello/Getty Images)
Julio Cesar Chavez Jr. y su padre en una pelea en 2005 contra Rubén Galván. (Foto: Al Bello/Getty Images)

Por lo mismo, así como un padre sufre al ver el futuro trunco de una posible estrella, un hijo lo hace por no cumplir con expectativas que él ni siquiera pidió.

La alta exigencia, no solo de su entorno, sino de toda la opinión pública fue un factor que terminó por truncar la carrera del pugilista de 36 años. Cómo actuar cuando cargas en tus hombros uno de los legados más preciados para el boxeo mundial; imitar a papá y ser lo más parecido a él, o forjar un camino propio sin la necesidad de alcanzar ese altísimo límite. Las respuestas han ido surgiendo con el pasar del tiempo.

Hay heridas que aunque se perdonen nunca desaparecen, en alguna ocasión, contó un capítulo de su vida respecto a cómo es ser hijo de la leyenda del pugilismo.

“Deportista y lo que quieran, pero ¿cómo se portó con nosotros, con mi familia cuando era joven? Mal. Consumía más que yo, nos golpeó, le pegó a mi mamá. Ya lo perdonamos, pero ahora qué dice, que yo estoy peor que él”, dijo en redes sociales.

Para muchos, el legado de
Para muchos, el legado de "El César" es imborrable a pesar de sus plémicas fuera de los cuadriláteros. (Foto: Focus on Sport/Getty Images)

Sin embargo, esas huellas no borraron el cariño que como hijo le tiene a su padre y el respeto que le tiene como deportista.

“Es una leyenda y yo lo respeto, el respeto que yo le tengo es de verdad, yo nunca lo ocupé para nada, pero yo siempre lo admiro, pero mejor de lejitos, yo adoro a mi papá, pero que no me hable de mi familia. Nadie lo quiere como yo".

En historias tan íntimas no hay villanos o héroes, más bien existen culpas compartidas, y lo que en la actualidad es el apellido Chávez es responsabilidad de ambos; eso que representó antes, hoy tiene que compartir con el legado -bueno o malo- que construyó el Junior del boxeo.

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