Hugo Sánchez, el mejor Director Técnico del mundo, pero del mundo de la televisión

Hugo Sánchez como espectador de un partido entre el Betis y Atlético de Madrid en marzo de 2022. (David S. Bustamante/Soccrates/Getty Images)
Hugo Sánchez como espectador de un partido entre el Betis y Atlético de Madrid en marzo de 2022. (David S. Bustamante/Soccrates/Getty Images)

Las narraciones de Televisa de finales de los 90, cuando jugaba la Selección Mexicana, cuentan con un grito muy peculiar cada vez que hay un tanto tricolor. Se trataba de Hugo Sánchez que, en su estrenada faceta como analista, se desgañitaba con cada anotación mexicana. Daba la impresión de que no había nadie más patriota en todo el país que ese hombre que gritaba los goles incluso antes de que cayeran. Y cómo no: si era el Penta, el mejor jugador mexicano que haya existido.

“Si me llaman y me dicen que lo sacan (Gerardo Martino). Si lo toman en serio, yo tomo a la Selección Mexicana 45 días del Mundial”, dijo Hugo Sánchez en el programa Futbol Picante. En realidad podría faltar un día para el Mundial y Hugo Sánchez seguiría diciendo eso: cada cierto tiempo se encarga de recordar que si lo hubieran dejado trabajar (su proceso debía durar 12 años, según él), México hubiera alcanzado el campeonato del mundo.

Lo irónico es que Hugo Sánchez siempre ha creído que puede hacer campeón del mundo a México como entrenador, pero tampoco ha dudado en decir que, como jugador, si hubiera jugado con otra selección habría logrado eso mismo (aceptando que como jugador no pudo). El ilógico postulado no puede sino dar lugar a la risa: si convertido en una estrella mundial en el Real Madrid, Hugo no pudo hacer nada con la Selección, ¿por qué lo lograría como entrenador, si lleva diez años inactivo, vive de un bicampeonato de 2004 y ha sumado más fracasos que éxitos?

Durante su paso por la Selección Mexicana, Hugo Sánchez apenas pudo presumir de un tercer lugar en la Copa América 2007. Y no pierde oportunidad para recordarlo. Según él, esa fue la prueba de que México sólo estaba detrás de Brasil y Argentina —aunque un mes atrás haya perdido con Estados Unidos en la Copa Oro—. Tampoco se ha olvidado de la goleada (6-0) que su equipo le propinó a Paraguay en Cuartos de Final, principalmente porque Gerardo Martino era el entrenador de los guaraníes. La conclusión de Hugo es sencilla: si le ganó a Martino hace quince años, es mejor director técnico que él y merece una oportunidad en el Tri a la voz de ya.

En sus frecuentes recuentos, el Penta justifica su fracaso en el Preolímpico de Carson diciendo que él no debía ser el responsable de aquel equipo. Lo que todo líder debería hacer, vaya: quitarse responsabilidades y culpar al jugador de los fiascos. Porque, bueno, Hugo no tuvo suerte en la sub-23, pero tampoco hizo gran cosa en el Almería ni en el Pachuca, aun cuando en este último equipo le habían armado un plantel de lujo. Eso fue hace diez años. Desde entonces, no se ha visto otra vez a Hugo Sánchez en los banquillos mexicanos. Primordialmente, se ha dedicado a ser director técnico en la televisión: ahí siempre sabe qué es lo que deberían hacer todos los entrenadores, y también los jugadores, pues nadie podrá alcanzar jamás la sabiduría que a él se le desborda.

Hugo Sánchez celebrando un titulo junto a la afición de Pumas. (Francisco Estrada/Jam Media/Getty Images)
Hugo Sánchez celebrando un titulo junto a la afición de Pumas. (Francisco Estrada/Jam Media/Getty Images)

En realidad, los juicios de Hugo Sánchez padecen de memoria selectiva. Olvida que Martino, después de ese 6-0, encabezó un sólido proyecto que culminó con Paraguay alcanzando el Quinto Partido en Sudáfrica 2010. Y previamente, la Albirroja se había calificado como tercer lugar en Sudamérica, muy cerca de Brasil y encima de Argentina. Y mientras Hugo Sánchez se peleaba con Faitelson, el Tata era campeón con Newell's, elegido por el Barcelona y por la Selección de su país. Podría demeritarse el título que ganó en la MLS con el Atlanta, pero sigue siendo un mérito infinitamente superior si se compara con rogarle, en televisión, a Florentino Pérez una oportunidad para dirigir al Real Madrid —Florentino ni se habrá enterado—.

Ese es el mundo que se ha construido Hugo Sánchez. Y quién sabe, después de tantas pruebas, valdría la pena darle su proceso de doce años. Así, en el Mundial de 2038, México por fin podrá ser campeón. Y si no lo hace, al menos emocionaremos a todo el planeta con los conmovedores gritos de Hugo. Él podrá decir lo de siempre: que si hubiera dirigido a otra Selección durante doce años, entonces sí habría sido campeón del mundo.

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