Fernando Navarro, el futbolista 'maldito' que hizo historia en México perdiendo tres finales seguidas

Fernando Navarro durante un partido con el Toluca en agosto pasado. (Jaime López/Jam Media/Getty Images)
Fernando Navarro durante un partido con el Toluca en agosto pasado. (Jaime López/Jam Media/Getty Images)

Fernando Navarro ha sido campeón del futbol mexicano en cuatro ocasiones. Tres con León y una con Tigres. Pocos jugadores pueden presumir de tener un póker de títulos ligueros en las vitrinas. Pero quizá no sea eso lo que más se recuerde cuando acabe su carrera. La Final entre Pachuca y Toluca entregó un récord que nunca se había visto en el balompié azteca.

Fernando Navarro se ha convertido en el primer futbolista en la historia de la Liga MX en perder tres finales de manera consecutiva. Todas, con diferente equipo. La primera fue hace un año con León, cuando Atlas les venció en penales (él falló uno). La segunda, el semestre pasado cuando jugaba con Pachuca y, de nuevo, cayó ante Atlas. La mala suerte personal de Navarro se ha sellado ayer con el triunfo de Pachuca, su exequipo, contra Toluca.

Este lateral derecho fue campeón con Tigres en 2011 (sin ser titular) y con León en tres ocasiones (2013, 2014 y 2020). Con La Fiera perdió también la final del Apertura 2019 ante Tigres. En total, ha perdido cuatro finales, lo cual ni siquiera le alcanza para meterse en el ranking de jugadores con más finales perdidas. Cata Domínguez, Sambueza y Javier Saavedra (que nunca fue campeón) perdieron cinco. Carlos Adrián Morales cayó seis veces. Y Oribe Peralta perdió siete.

Navarro ha sido durante muchos años uno de los laterales más constantes del fútbol mexicano. Y eso sucedió, justamente, porque sus dominios en el campo excedían el costado del campo. Al estilo de los mejores jugadores todoterreno, Navarrito era capaz de aparecer en cualquier zona del campo. En la época de Nacho Ambriz, el director técnico que más libertad y protagonismo le dio, se volvió normal verlo en el área rival para generar peligro y no pocas veces marcar goles de gran manufactura. Pero el maleficio de ser tres veces subcampeón marcará su carrera. Era inédito.

Se puede decir que el fútbol ha sido injusto con él y no habría mentira en ello. Pero ¿de cuándo a la fecha se ha caracterizado este juego ser justo? Como dice Jorge Valdano en El Juego Infinito, este deporte "no tiene corazón". Por ese motivo, podemos saber que lo que más recordará de Navarro, el día que se retire o cada vez que traigamos su nombre a la mesa, será ese récord funesto.

Además, como para abordar en el desconsuelo y la nostalgia, se tiene que decir que lo mejor de él no está por ser visto. Al revés: lo mejor de él ya ha sido visto. Quizá, a modo de bálsamo, se puede hablar de la vez que sí fue campeón. La última vez fue hace dos años, con León, venciendo a Pumas en la final pandémica que trató de convencernos de que algún día todo volvería a la normalidad y de que al menos el futbol estaba ahí para darnos alegrías.

Navarro llegó a ser el lateral que todo el futbol mexicano quería. Técnico, cumplidor, polivalente, garantía de gol y creatividad. Incluso a sus 32 años podría ayudar bastante a cualquier equipo que requiriera de sus servicios. Pero no faltará la superstición: ¿para qué lo contratamos si ya está 'salado' y tenerlo en el plantel a lo mucho nos garantiza llegar a una final y perderla? Aunque, ciertamente, muchos equipos instalados en la mediocridad ya quisieran tener un amuleto que les garantice llegar a la Final, aunque luego la pierdan.

Navarro, en cierto modo, comparte destino con el Toluca. Los Diablos Rojos, de a poco, empiezan a llenar ese vacío que dejó Cruz Azul como el eterno subcampeón. La última vuelta olímpica para ellos se dio en 2010. Y a lo largo de esos doce años han perdido tres finales de Liga MX (2012, 2018 y 2022), así como una final de Concachampions (2014) y otra más de Copa MX (2018). Bien podría decirse que el futbol le está cobrando a los Diablos aquella polémica final en la que vencieron a Cruz Azul en 2008, con un penal perdonado en una falta evidente que José Manuel Cruzalta cometió sobre César Villaluz (el novato cementero salió conmocionado y nunca volvió a ser el mismo). Y quizá Navarro ha sido el elegido para pagar el monto más caro de esa penitencia.

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