Diego Alonso, el DT que Rayados botó y ahora estará en Qatar 2022 con Uruguay

Diego Alonso durante el amistoso entre Uruguay y Estados Unidos de 2022. (Bill Barrett/ISI Photos/Getty Images)
Diego Alonso durante el amistoso entre Uruguay y Estados Unidos de 2022. (Bill Barrett/ISI Photos/Getty Images)

Diego Alonso se marchó de Rayados con la mirada baja y por la puerta de atrás. El gran reto de su carrera había terminado en un fracaso rotundo. Ya no tenía nada más qué hacer. Aunque logró el pase al Mundial de Clubes venciendo a Tigres, el gran rival, la afición de La Pandilla no se cansó de exigir su salida. Entrenador y equipo se encontraban a la deriva y el paso fue natural: hacer a un lado a Alonso del banquillo rayado en octubre de 2019.

Su nombre no dejó de rondar cada espacio vacío que había en el balompié nacional. Que si Pumas, que si Chivas, que si un regreso a Pachuca. Había labrado un prestigio desde que fue entrenador de los Tuzos y los sacó campeones del Clausura 2016 con jugadores como Hirving Lozano, Rodolfo Pizarro, Érick Gutiérrez y Víctor Guzmán. Como a todo novato, se le vio con ojos de sospecha. Un experimento más de Grupo Pachuca, ese consorcio afecto a usar y desperdiciar jóvenes entrenadores. No fue así. Además de la Liga, les dio la Concachampions de 2017, a costa de Tigres, que se tradujo en un honroso tercer lugar para el Mundial de Clubes del mismo año.

El Tornado, como se le conoce desde su época de jugador, viajó a la MLS para tomar el control del Inter de Miami, el megaproyecto futbolístico de David Beckham. Quizá esa etapa no fue tan fructífera, pues apenas tuvo una efectividad del 33%, pero fue el respiro ideal, el punto de encuentro entre el Alonso del pasado y el del futuro. Tenía que tomar una pausa para retomar los retos que de élite.

Al mismo tiempo que Alonso deambulaba, la selección de Uruguay pasaba por las horas más bajas de los últimos años. Su asistencia al Mundial peligraba a un nivel dramático. Necesitaban ganar todos los partidos restantes de las Eliminatorias de Conmebol. El ciclo de Óscar Washington Tabárez, maestro de tres Copas del Mundo, ya no daba para más. La Celeste encontró sangre joven en Alonso. El agua estaba al cuello y el nuevo entrenador de Uruguay no se arrugó. Hizo lo que lucía imposible: sacar doce puntos en las últimas cuatro jornadas. Paso perfecto.

Alonso calificó a su país al Mundial. Pero ahora las expectativas están por las nubes y nadie es más consciente de eso que él mismo. "El primer partido te marca: si lo perdiste, no podés fallar más. Esa es la importancia de ganarlo o de no perderlo, seguir con la chance. Creo que cualquiera de los tres es importante, el cuarto es importante, el quinto es importante, el sexto y el séptimo son importantes. Hay que prepararse bien para tener la suficiente capacidad de afrontar todo", dijo en entrevista con La Diaria Deportes.

Alonso celebrando la Concachampions con Rayados. (REUTERS/Daniel Becerril)
Alonso celebrando la Concachampions con Rayados. (REUTERS/Daniel Becerril)

El mandamás charrúa ha asumido una responsabilidad que implica la mirada implacable de tres millones de uruguayos. Y su camino ha sido largo hasta llegar al día de hoy, con Qatar en el horizonte. "Es arduo, es duro, te tenés que preparar todo el tiempo, exigirte. Si querés ser te tenés que preparar: tiene que ver con eso. En mi caso, quiero ser técnico de la selección, me tuve que preparar; como selección queremos llegar a lo máximo, tenemos que entrenar duro, soportar ese proceso para poder disfrutar"

No habrá tregua para Alonso y sus pupilos en el primer mundial disputado en el mundo árabe. En el partido de presentación, como parte del Grupo H, deberán medirse con los siempre enérgicos surcoreanos. Después, se verán las caras con la Portugal de Cristiano Ronaldo, selección a la que echaron de Rusia 2018 en octavos de final. Y cerrarán la fase grupal contra Ghana, ese recordado rival al que eliminaron en Sudáfrica 2010 con polémica y épica al por mayor.

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