Chivas, el equipo que hace un mes daba lástima y ahora juega de fantasía

Pavel Pérez, jugador de Chivas, celebra un gol anotado a los Xolos de Tijuana en el Estadio Akron. (Foto: Alfredo Moya/Jam Media/Getty Images)
Pavel Pérez, jugador de Chivas, celebra un gol anotado a los Xolos de Tijuana en el Estadio Akron. (Foto: Alfredo Moya/Jam Media/Getty Images)

La historia de Chivas en esta campaña no es muy distinta a las de otros equipos de la Liga MX, en donde el formato de competencia te permite salvar la temporada jugando bien los últimos cuatro partidos sin importar demasiado lo que hiciste en el resto de ellos.

Los rojiblancos tuvieron un inicio de torneo ríspido y complicado bajo las órdenes de Marcelo Michel Leaño, desplegando un estilo de juego que mostró pocas ideas, generó muchas dudas y que nunca logró convencer ni a los propios jugadores. Con una marca de tres triunfos, cinco empates y cinco derrotas, Leaño fue cesado de Chivas tras ubicarse en la posición 14 de la tabla, fuera de zona de reclasificación.

Marcelo Michel Leaño no pudo construir el equipo que quiso en Guadalajara. (Foto por Refugio Ruiz/Getty Images)
Marcelo Michel Leaño no pudo construir el equipo que quiso en Guadalajara. (Foto por Refugio Ruiz/Getty Images)

Durante su gestión, los mejores futbolistas de Chivas como Alexis Vega, Roberto Alvarado, Jesús Angulo y Fernando Beltrán no fueron capaces de encontrar su mejor versión, aunque gracias a su calidad y a sus destellos individuales Guadalajara pudo cosechar algunos puntos.

El punto de quiebre vino en la fecha 14, cuando Ricardo Cadena apareció como una solución a corto plazo para cerrar el certamen con la mayor dignidad posible y pelear por un puesto de repechaje, pero sorpresivamente los resultados y el funcionamiento del equipo fueron mejores de lo esperado: consiguiendo cinco victorias consecutivas, cuatro en fase regular y una más en la reclasificación frente a Pumas.

El ’Rebaño Sagrado’ mostró un nivel de competitividad y un juego asociativo que no se le veía desde tiempo atrás. Sus triunfos los obtuvo merecidamente, siendo superior a sus rivales en turno y haciendo brillar a sus figuras con actuaciones destacadas.

¿Cómo es posible que un equipo se transforme de esa manera en poco más de un mes? ¿Por qué un plantel plagado de talento y calidad puede cambiar tanto si está integrado por los mismos jugadores?

Chivas ha ganado todos sus partidos desde la llegada de Ricardo Cadena. (Foto por Alfredo Moya/Jam Media/Getty Images)
Chivas ha ganado todos sus partidos desde la llegada de Ricardo Cadena. (Foto por Alfredo Moya/Jam Media/Getty Images)

En el futbol es común escuchar que los procesos llevan tiempo y que los resultados no son inmediatos, pero parece que la fórmula de Cadena no respeta esta idea. Los jugadores lucen diferentes, con mayor sacrificio, entrega, compromiso, y dispuestos a plasmar en la cancha lo que el técnico quiere de ellos.

Quizá la respuesta sea muy sencilla: orden y atrevimiento. A Cadena no le tembló la mano para hacer cambios de fondo en la alineación titular. Pasó de tener una defensa con cuatro elementos a una línea de cinco bien marcada que incluye a jugadores que tenían pocos minutos con Leaño, como es el caso de Carlos Cisneros, Gilberto Sepúlveda o Jesús Orozco.

De mediocampo hacia adelante ha sabido acomodar bien sus piezas para sacarles el mayor provecho posible. La dupla Torres-Beltrán en la mitad de la cancha brinda estabilidad y dinamismo, mientras que el tridente Vega-Alvarado-Angulo con su verticalidad y desequilibrio rompe defensivas con mucha facilidad.

Ricardo Cadena le ha dado a Chivas una nueva cara al equipo. (Foto por Refugio Ruiz/Getty Images)
Ricardo Cadena le ha dado a Chivas una nueva cara al equipo. (Foto por Refugio Ruiz/Getty Images)

Parece que reacomodar las piezas fue la solución, aunque hay quienes piensan que este equipo pudo haber funcionado de esta manera desde antes. Puede que Leaño no haya sido el entrenador ideal, pero, sin duda, resulta extraño que la misma base de jugadores no hayan mostrado siquiera un desempeño cercano al actual.

El caso de Alexis Vega es el más llamativo. Las últimas semanas ha demostrado estar en otra categoría y ser el líder en ofensiva del club; anotando, asistiendo y mostrando gran entendimiento con sus compañeros.

Con Leaño, Vega era un llanero solitario. Luchaba y corría detrás del balón más tiempo que con él en los pies. Consiguió goles, sí, pero fueron gracias a sus grandísimas individualidades. Era quien más intentaba y quien más producía, pero en Chivas no había un juego en conjunto al que pudiera contribuir.

Alexis Vega celebra el gol con el que Chivas amarró su boleto a la liguilla. (Foto por Alfredo Moya/Jam Media/Getty Images)
Alexis Vega celebra el gol con el que Chivas amarró su boleto a la liguilla. (Foto por Alfredo Moya/Jam Media/Getty Images)

Si bien es cierto que el momento que vive Guadalajara es en gran parte responsabilidad de Cadena, hay que tener claro que el sistema de competencia de nuestro balompié fue lo que permitió que las esperanzas rojiblancas se mantuvieran a flote.

En una liga en el que el 66 por ciento de los equipos pueden aspirar al campeonato, es evidente que el nivel de exigencia de los clubes es menor. Cuando sabes que puedes clasificar ganando únicamente 6 de los 17 partidos de la temporada (caso Pumas y Mazatlán), no es necesario ser el mejor o siquiera regular, ya que un buen cierre te da la oportunidad de ser un contendiente, tal como ocurrió con Chivas.

Ahora toca al equipo afrontar la liguilla enrachado y con la motivación a tope. El futuro de Ricardo Cadena todavía es incierto, por lo que la directiva deberá decidir pronto qué hacer con el técnico mexicano, quien parece haber llevado al club a un punto en el que no se le veía hace varias temporadas.

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