Sonny León cabalgó en el circuito de segunda categoría hasta llegar a la gloria

Sonny León se prepara para montar en Belterra Park, en Cincinnati, Ohio, el 3 de junio de 2022. (Maddie McGarvey/The New York Times)
Sonny León se prepara para montar en Belterra Park, en Cincinnati, Ohio, el 3 de junio de 2022. (Maddie McGarvey/The New York Times)

El programa de carreras de Best of Ohio no fue amable con Sonny León. Había montado siete veces al que consideraba un contendiente tan solo para perder por dos, cuatro o seis cuerpos. La mejor oportunidad que tenía León para ganar en Belterra Park el viernes pasado era sobre Rumble Strip Ron en la Green Carpet Stakes con una bolsa de 100.000 dólares.

Al igual que lo hizo en una carrera el primer sábado de mayo, León permitió que su potro galopara a grandes zancadas detrás de otros once caballos durante kilómetro y medio antes de darle rienda suelta. Rumble Strip Ron salió disparado más o menos en la última curva y rebasó a ocho rivales en el tramo final.

Por desgracia, León y su potro quedaron a un cuello del ganador.

No es mi día”, comentó León con un gesto de desdén, al cual lo remplazó una sonrisa cuando su esposa, Cryss, y su hija de 3 meses, Paula, se acercaron para abrazarlo.

No eran los únicos que estaban esperando en el potrero. Lo rodearon jóvenes de veintitantos años, padres con niños pequeños y una pareja mayor con monedas que habían ganado en los tragamonedas y tintineaban en un vaso. Querían selfis o programas firmados por el jinete ganador del Derbi de Kentucky de 2022.

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León sabía muchos de sus nombres, así como ellos sabían el suyo, mucho antes de ganar el derbi con una oportunidad 80 a 1 llamada Rich Strike. Durante seis meses al año, este hipódromo con casino a las orillas del río Ohio es su sala de estar.

Esta es mi gente”, comentó el venezolano León. “Este es mi hogar”.

Para todos menos para los expertos en carreras de purasangres, León es el jinete poco conocido de un circuito de segunda categoría que, durante dos minutos apasionantes en Louisville, Kentucky, cabalgó una obra maestra en una carrera de primer nivel: un viaje que merece una lágrima de aprecio de la Mona Lisa en el que León esquivó oponentes y voló al lado del riel.

Gente asiste a una carrera en Belterra Park en Cincinnati, Ohio, el 3 de junio de 2022. (Maddie McGarvey/The New York Times)
Gente asiste a una carrera en Belterra Park en Cincinnati, Ohio, el 3 de junio de 2022. (Maddie McGarvey/The New York Times)

Fue una belleza, la carrera de su vida”, comentó Jeff Perrin, el representante de León, un australiano que, al igual que su jinete, estaba debutando en un derbi.

Los cimientos de ese momento se pusieron en pistas como Belterra Park, con su óvalo recortado en una pastura. Su explanada está salpicada de mesas y sombrillas y poblada de peones, entrenadores y dueños que han dedicado sus vidas a los caballos y de entusiastas y jubilados que pueden darse el lujo de matar el tiempo una tarde entre semana.

A 30 metros hay un mundo completamente distinto. El casino con aire acondicionado está a reventar y el repiqueteo de las máquinas tragamonedas y las avalanchas de monedas cayendo llaman tanto a los ganadores como a los perdedores.

Durante siete años, León, de 32 años, ha cruzado Ohio, Kentucky, Indiana y Virginia Occidental para disputar hasta 1100 carreras al año en hipódromos con casinos como Belterra, donde compite frente a decenas de personas, no miles, y pasa noches solitarias lejos de su familia.

No obstante, es muy bueno en lo que hace. El año pasado, ganó 226 carreras, el décimo primer jinete con más triunfos en el país.

León es un jinete que se hizo desde abajo. Creció en La Victoria en el estado de Aragua cerca del Caribe. No sabía mucho sobre carreras de caballos, pero sí vio a jóvenes que se parecían a él —bajos y ligeros, con brazos que parecían formados por jalar cables de acero— y competían en los hipódromos del país.

Después de ir a la escuela de jinetes, trabajó desde abajo para llegar al circuito local, donde ganó carreras y la admiración por su conducta profesional. Había dos jinetes que le llevaban algunos años de ventaja y habían hecho una transición exitosa a Estados Unidos: Javier Castellano y Ramón Domínguez.

“Sabía que debía ir a Estados Unidos si quería montar como profesional”, comentó León.

En junio de 2015, León llegó a Gulfstream Park en el condado de Broward, Florida. El plan era galopar la mayor cantidad posible de caballos en la mañana, para la mayor cantidad de establos que le pagaran, con la esperanza de llamar la atención de un representante. El problema era que Gulfstream es la puerta de entrada de los jinetes latinoamericanos que llegan con planes similares a los de León.

No llamé la atención de ningún agente”, mencionó León. Sin embargo, un par de entrenadores lo dejaron competir y ganó suficiente dinero como para llegar hasta Turfway Park en Florence, Kentucky, cerca de la frontera con Ohio.

“No sé quién me dijo que fuera”, comentó León. “No conocía a nadie aquí, pero manejé dieciséis horas y encontré un apartamento cerca de la pista y me fui a trabajar”.

León demostró de inmediato ser un jinete fuerte y refinado y, para 2018, después de superar más de 1,2 millones de dólares en ganancias, llamó la atención de su representante.

Al trabajar con Perrin, León obtuvo acceso al entrenador Eric Reed, quien opera una potencia de establo que es tanto antiguo como totalmente moderno. Su granja de 24 hectáreas a las afueras de Lexington, Kentucky, el Mercury Equine Center, tiene puestos para 160 caballos, pasturas abiertas y una pista de entrenamiento de un kilómetro de largo.

En Europa, llaman campo de entrenamiento a esta configuración y se considera que tiene las condiciones óptimas para que un caballo sea un caballo.

Con más de media docena de pistas en cuatro estados a tan solo un par de horas de distancia, Reed y Perrin pueden adaptar los caballos a las condiciones. León suele ir con ellos: en los últimos dieciocho meses, ha montado caballos de Reed en 280 ocasiones, con un ritmo de victorias del 20 por ciento.

“Es una estrategia muy enfocada al equipo”, comentó Reed. “No puedo decirte cuán importante fue Sonny para llevar a Rich Strike adonde está ahora”.

En septiembre pasado, Reed y el dueño de caballos Rick Dawson compraron a Rich Strike por 30.000 dólares después de una carrera en Churchill Downs. El hijo de Keen Ice era un potro alto y corpulento que fue criado para competir en los clásicos 2 kilómetros. Su bueno ojo quedó en evidencia el mes siguiente cuando Rich Strike terminó en tercer lugar en una carrera de kilómetro y medio en Keeneland, en Lexington.

Rich Strike, con Sonny Leon a bordo, gana el Derby de Kentucky en Churchill Downs el sábado 7 de mayo de 2022. (Foto: AP/Jeff Roberson)
Rich Strike, con Sonny Leon a bordo, gana el Derby de Kentucky en Churchill Downs el sábado 7 de mayo de 2022. (Foto: AP/Jeff Roberson)

León no montó al potro ninguna de esas veces. Sin embargo, Reed y Dawson creían que su talentoso potro se beneficiaría de un jinete fuerte que pudiera trabajar con Rich Strike y serle fiel. Los jinetes exitosos, en especial cuando se acerca el derbi, pueden ser volubles y dejarte por un caballo de un mayor perfil.

León montó a Rich Strike por primera vez en diciembre en la carrera Gun Runner Stakes en Fair Grounds en Nueva Orleans. Acabaron en quinto lugar, muy por detrás de Epicenter, el potro que terminaron por rebasar en las últimas zancadas del derbi.

Tenía talento, pero estaba muy verde”, dijo León para referirse al potro. “Seguía creciendo”.

En la primavera, los mejores caballos viajaron a Florida, Arkansas o Keeneland para ganar puntos que los calificaran al derbi. Reed, Dawson y León eligieron, correctamente, un camino alternativo a través de Turfway Park. Turfway, con su pista sintética, es atractiva para los entrenadores y dueños en el invierno. La superficie es consistente en todas las condiciones climáticas y por lo tanto es considerada más segura para los caballos.

En su última carrera de preparación, la Jeff Ruby Steaks en Turfway el 2 de abril, Rich Strike estuvo detrás de otros diez caballos durante poco más de un kilómetro antes de que León le pidiera al potro que encendiera los quemadores auxiliares y corriera a lo largo del riel. Sin ningún problema, terminó en tercero.

Ahora tenemos un caballo de derbi”, le comentó León a Reed.

No fue tanto así.

Rich Strike necesitó la eliminación de Ethereal Road en los minutos finales del plazo del viernes para llegar a la pista. Necesitó separarse del vigésimo puesto, recorrerse a la izquierda hacia el riel, pegársele como un imán y rebasar a catorce caballos en los últimos 400 metros.

El resto es, bien, un cambio de vida. ¿No es así, Sonny?

León meditó bien su respuesta. Tenía diez carreras más en Belterra y una en Horseshoe Indianapolis el jueves antes de llegar a Nueva York el viernes.

Gané la carrera más importante de Estados Unidos y, sí, es un honor”, comentó León. “Pero debo ser inteligente y humilde. Debo ser justo con Eric y el equipo. Me han apoyado, todos los dueños y los entrenadores de aquí me han dado mi vida. Tal vez cambie de aire en el futuro, pero por ahora quiero quedarme en Ohio”.

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