Macri-Riquelme: La Reconciliación

Macri-Riquelme: La Reconciliación

No es que hayan tenido una relación conflictiva grave. No es que hayan peleado, discutido o tenido encontronazos de esos irreparables.

Pero son bien conocidas algunas diferencias que hubo entre Mauricio Macri (en su etapa como presidente de Boca Juniors) y Juan Román Riquelme, en aquella primera etapa de su carrera cuando se ganó con su magia incomparable el corazón de los hinchas Xeneizes.

Esos encontronazos, producto de la tirantez que siempre provoca la renovación de contratos con las grandes figuras no sólo en Boca Juniors sino en la mayoría de los grandes equipos del mundo, generó hace ya quince años aquel recordado gesto del Topo Gigio que le dedicó Román a su presidente tras un gol a River Plate en plena Bombonera, parándose frente al palco oficial.

La mayoría lo atribuyó a un claro reclamo por un aumento de sueldo, como diciendo, “espero escuchar lo que quiero escuchar”. Claro, que el propio Román no tardó en aclarar que eso no tenía nada que ver y que el gesto fue dedicado a su hija que amaba al famoso personaje infantil.

Obviamente nadie le creyó y a partir de ahí de generó una oleada de historias respecto a la mala o tirante relación entre ambos.

Luego la historia conocida. Riquelme se fue a España. Luego regresó a Boca, volvió a ganar la Copa Libertadores (2007) y en cada regreso renacían esas viejas rencillas que los medios se encargaban de acrecentar acerca de la renuencia de Macri respecto a su vuelta a pesar de que en un par de ellas ya no era el presidente del club. (Ver video con las polémicas declaraciones de Macri a partir del minuto 2 con 45 segundos. En ese momento Jorge Amor Ameal era el presidente de Boca, Basile el técnico y Bianchi el Manager)

Hoy todo es diferente. Román ya es un jugador retirado y Macri presidente, pero de la Nación. Y este miércoles, en un gesto “reconciliador”, visitó al máximo mandatario para invitarlo a la fiesta de su despedida, que será recién dentro de un año (en junio de 2017) en La Bombonera, el “Patio de su Casa”, como suele llamarlo él mismo, al tiempo que le regaló una camiseta con el tradicional 10 y el nombre Román.

Todo transcurrió en un clima distendido, lejos de aquellos desencuentros típicos del ídolo con el expresidente, disfrutando de un momento que esperan coronar cuando el día del adiós definitivo llegue.

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