El incorregible Agustín Orion

El domingo en La Bombonera no fue un domingo normal. Todo comenzó en la previa cuando se activó la alarma roja respecto a un posible choque entre distintas facciones de la barra brava.

Por suerte nada grave pasó. Luego, el inicio del partido, con un Boca dominador y que hacía prever un resultado a favor, algo que finalmente no sucedió.

Hasta que llegó la jugada polémica y repudiable al mismo tiempo. Polémica porque el penal a favor de Unión de Santa Fe, si bien fue una falta clarísima, aparentemente fue cobrada por el árbitro central a instancias del cuarto árbitro Rodrigo Sabini, quien habría visto la repetición por la televisión, algo que no está permitido.

Repudiable porque Agustín Orion, arquero de Boca Juniors, volvió a protagonizar una jugada violenta esta vez en contra del delantero santafecino Luis Gamba. Y aquí quiero detenerme.

No es la primera vez que comete este tipo de acciones temerarias. No es la primera vez que sale de forma violenta sin tener en cuenta que enfrente hay un colega, un compañero de trabajo.

Orión sigue sumando motivos para que las críticas lo apunten y para que se deban tomar medidas de extrema severidad respecto al futuro.

Todavía está fresco en el recuerdo cuando le rompió la tibia y el peroné a Carlos Bueno. Eso sumado a una primera expulsión en este torneo (ya lleva 3 en 19 fechas) ante Temperley.

Tampoco se olvida la agresión en contra de su propio compañero de equipo Leandro Paredes en un entrenamiento, al que le quebró el tobillo. Y otras tantas peleas con compañeros de plantel (llámense Ledesma, Riquelme, etc…).

Como se suele preguntar en la jerga del fútbol, ¿es Orión un “mala leche”? ¿Hasta cuándo va a seguir cometiendo ese tipo de infracciones violentas? Y lo peor del caso es que tras hacerlas pone cara de “yo no fui”, de “nene bueno”.

Orión pasó el límite de lo aceptable. Orión debe recapacitar, pero lo más importante es que hay que hacerlo recapacitar. Y eso sólo se logra con una sanción ejemplar, tanto por parte del Tribunal de Disciplina de la AFA como del propio club. Se la merece. Sino seguirá con esta seguidilla de agresiones inaceptables.

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