El secreto mejor guardado de Kobe Bryant sobre los 81 puntos

Este viernes 22 de enero se cumplieron 10 años de la marca histórica que Kobe Bryant logró ante Toronto Raptors. Nadie duda de la grandeza que supone anotar 81 puntos o más en una cita, una gesta extraordinaria que ha ocurrido dos veces en la historia de la NBA (la primera gracias a los 100 puntos que logró Wilt Chambelain en 1962). El de 2006 también se trata de un hito inolvidable.

OAKLAND, CA - JANUARY 14:  Kobe Bryant #24 of the Los Angeles Lakers points to a teammate during their game against the Golden State Warriors at ORACLE Arena on January 14, 2016 in Oakland, California. NOTE TO USER: User expressly acknowledges and agrees that, by downloading and or using this photograph, User is consenting to the terms and conditions of the Getty Images License Agreement.  (Photo by Ezra Shaw/Getty Images)

La cifra estratosférica del escolta de Los Angeles Lakers llegó gracias a varias causas. Además del factor suerte, es innegable que su preparación, su estado físico y mental, su carácter ganador, su garra y su talento le acercaron a este récord histórico. Pero Kobe guardó un secreto que pocos conocían.

Durante los días previos al tributo que recibió por aquellos 81 puntos, Kobe recordó el momento. No encontró una explicación clara sobre el acontecimiento, no pudo poner palabras a las razones que le llevaron a romper todos los registros por segunda vez en casi 60 años de historia de la liga. Lo que sí pudo explicar fue a lo qué se dedicó la noche anterior al partido ante los Raptors y el mismo día.

La noche previa celebró junto a su familia y amigos más cercanos el cumpleaños de su hija mayor, que cumplía tres años de edad. Pidieron pizza pepperoni y Kobe formó parte del festín. También bebieron refresco de uva, tal y como comentó el jugador, que se fue a dormir con molestias en la rodilla.

El día del encuentro, Kobe llevó a cabo su rutina habitual. Los dolores en la rodilla le obligaron a tratársela, se concentró en los ejercicios para llegar a tono al encuentro. No es ninguna novedad el que Kobe haya jugado encuentros clave sin estar al cien por cien de sus posibilidades. Sin embargo, hubo un aspecto desconocido, el secreto que mejor guardó durante años, la curiosidad de unos entre bastidores que no dejan de sorprender.

Antes del encuentro, Kobe se comió una hamburguesa con patatas fritas.

"No es broma", prosiguió. 

No deja de ser sorprendente que con lo que importante que es la dieta para los deportistas, el que se ha convertido en uno de los iconos más significativos de la NBA ingiriera comida rápida antes de un juego y cenara pizza la noche anterior a un momento que pasará a la historia gracias a aquellos 81 puntos anotados.

Kobe siempre tendrá secretos bien guardados que seguirán alimentando la leyenda.

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