Del sueño olímpico a vivir en una caravana infestada de pulgas

En 1988 se ganó el respeto del mundo del deporte al ser la primera atleta afroamericana en conquistar una medalla en unos Juegos de Olímpocos de Invierno, hoy en día vive prácticamente en la mendicidad.

1988 - DEBI THOMAS - SPORTS - First African-American to win a medal at the Winter Olympics (a bronze in figure skating. --- Debi Thomas from USA at the end of her performance in the women's long program of the 1988 Winter Olympics in Calgary, Alberta, Canada on February 27, 1988. (Gilbert Lundt; Jean-Yves Ruszniewski/TempSport/Corbis)

Todo deportista sueña en algún instante de su carrera con tocar la gloria olímpica. Ese momento en el que desde lo más alto del podium suena el himno de su país y sienten que todos sus esfuerzos y sacrificios se ven recompensados. El público celebra con ellos su gran triunfo, les admiran y les convierten en sus héroes, al mismo tiempo que los medios de comunicación centran toda su atención en ellos convirtiéndolos en el foco de la noticia.

Pero un día todo eso desaparece, llegan otros Juegos Olímpicos y otros laureados, algunos acaban convertidos en un mero recuerdo para los más fanáticos, siendo sustituidos por otros nuevos ídolos momentáneos. Pocas veces nos preguntamos qué ha pasado con esos héroes que un día nos hicieron llorar de emoción. Por eso, cuando alguna vez tratamos de saber sobre ellos, nos cuesta asimilar que su vida no haya sido precisamente un camino de rosas.

El último caso que ha dejado conmocionado a Estados Unidos es el de la patinadora artística Debi Thomas, la primera mujer afroamericana en conquistar una medalla olímpica en unos Juegos de Invierno. A finales de los años ochenta era una de las féminas más fuertes sobre el hielo, con una potencia de piernas que le permitía ser la única capaz de hacer una combinación de triple-toe, triple toe.

En 1988 era la gran esperanza estadounidense para hacerse con el oro olímpico en Calgary, aunque ya venía arrastrando sendas lesiones en el tendón de Aquiles de sus tobillos y en frente tendría a una dura rival en la alemana Katarina Witt. Ambas protagonizaron lo que los medios llamaron “La batalla de las Cármenes”, ya que para sus programas largos las dos utilizaron la música de la ópera Carmen de Georges Bizet. El duelo lo ganó la germana al beneficiarse de los fallos y una caída de la norteamericana.

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Su presea de bronce le metía directamente en la historia de un deporte en el que soñaba con triunfar desde que tenía cinco años. Más mérito tienen sus triunfos teniendo en cuenta que entre campeonato y campeonato sacaba tiempo para asistir a clase en la Universidad de Stanford, donde se licenció en Medicina.

Calgary marcó el final de su carrera y decidió centrarse en la cirugía ortopédica. Lo que no se podía esperar es que al mismo tiempo que colgaba los patines a nivel amateur, empezaba una etapa de su vida marcada por los divorcios y por las deudas económicas que alternaba con grandes reconocimientos como entrar en el Hall of Fame del Patinaje Artístico sobre Hielo.

Recientemente, Debi Thomas ha sido protagonista de un programa en Estados Unidos donde ha revelado las sombras de su vida cuando los focos de la atención mediática se apagaron. Un matrimonio frustrado por su popularidad, la quiebra de su clínica privada, la pérdida de la custodia de su hijo de trece años; todo esto le ha llevado a un momento de su vida en que dice sentirse “frustrada”.

De la gloria olímpica ha pasado a vivir en una caravana infestada de pulgas con un prometido con ciertos problemas para controlar su ira y el alcoholismo, cuidando de los dos niños de él sin poder ver a su propio hijo. La desesperación le llevó a pedir ayuda por Internet creando una campaña con la que necesitaba recaudar unos diez mil dólares, no llegó a los cuatro mil.

Este grito de auxilio de Thomas en las televisión estadounidense quiere que además sea un aviso para otras personas para que sean precavidas: "Soy un ejemplo de que esto le puede pasar a cualquiera, en cualquier parte del mundo. Quien quiera que piense que está a salvo y lo tiene todo bajo control, no lo tienen".

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