No solo Menez: cinco golazos de tacón que nos regaló el Calcio

De vez en cuando aparece algún futbolista con la suficiente capacidad como para cambiar el guión de un partido con un gesto artístico. Uno que decide abrirse paso en los titulares usando elegancia en lugar de fuerza pura. Y lo bueno de estas jugadas, como el golazo de tacón de Jérémy Menez ante el Parma, es que nos hacen evocar gestas similares. Por eso, allá van cinco taconazos puramente italianos que nos hicieron levantarnos del asiento en el pasado.

Nicola Zanini (Genoa-Empoli, 2004)

Zanini, perro viejo de la medular con experiencia en dieciséis clubes diferentes a lo largo de toda Italia, se las sabía todas. Hasta la de golpear de tacón cuando era absolutamente prescindible. Contra el Empoli en 2004 levantó del asiento a la grada de Marassi con el taconazo lujoso por antonomasia.

Stefano Okaka (Roma-Siena, 2010)

Okaka fue un hombre de destellos breves en la Roma, con más bajos que altos, pero todavía le recuerdan en el Olímpico por la obra de arte que cinceló ante el Siena. La plasticidad hecha remate.

Zlatan Ibrahimovic (Inter-Bolonia, 2008)

Un taco de Ibra solo podía ser así: potente, sublime, casi abusivo para el defensor que intenta en vano abortarlo. Es lo que podríamos llamar el taconazo karateca.

Roberto Mancini (Lazio-Parma, 1999)

Antes de ser un entrenador eternamente discutido por sus planteamientos conservadores (por decirlo de manera agradable), Mancini fue el futbolista con más talento del futbol, italiano. Grácil, dotado para el gol y el pase, agraciado con regate demoledor y una visión de juego tremenda. Y también con el don de hacerlo elegante como en este remate genial ante el Parma.

Alessandro Del Piero (Juventus-Borussia Dortmund, 1997)

Para el último taconazo glorioso en nuestra lista, nos permitimos la licencia de abandonar la Serie A. La jugado lo merece, hablamos del espectacular remate de Del Piero en la final de la Champions League del 97 contra el Borussia Dortmund, a la postre campeón. Alguno, desconociendo profundamente el funcionamiento de este deporte, alegará que aquello no sirvió de nada...

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