La final de Copa búlgara acaba con el campo en llamas y los jugadores apedreados

El Ludogorets se proclamó campeón de Copa en Bulgaria tras vencer por 1-0 al Botev Plovdiv, pero lamentablemente la noticia más destacada de la noche no tuvo que ver con el fútbol. Los titulares llegaron desde la grada ya que el partido tuvo que ser suspendido durante 17 minutos debido al salvaje comportamiento de los hinchas radicales del Botev.

El Lazur Stadion acabó sumido en el caos después de que el típico espectáculo pirotécnico se le fuera de las manos a la hinchada visitante. La cosa pasó a mayores y las llamas llegaron al césped pero no fue lo único intolerable en la noche búlgara.

Los jugadores fueron agredidos con sillas y piedras cuando el pitido final del árbitro provocó el delirio y la invasión de campo. La palabra que mejor define la situación de un fútbol búlgaro en horas bajas vuelve a ser lamentable.

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