Gran festejo: anota, se sienta en la grada y se aplaude a sí mismo

Dzimtry Koubas es un genio. No hace desaparecer conejos en su chistera ni lleva una baraja de cartas trucadas en el bolsillo de la chaqueta, pero lo suyo solo puede clasificarse como genial. Es la única conclusión que puedo sacar después de ver cómo festejó este gol ante el Zalgiris en la liga lituana.

Su cabezazo suponía el empate ante el líder para el modesto Trakai. Era un gol importante y Koubas lo celebró como se celebra lo importante. Ceremoniosamente.

Tras anotar se dirigió a la grada no solo literal sino físicamente, tomo asiento y con gesto refinado se aplaudió a sí mismo. Si esto no es sentar un nuevo patrón en lo que a festejos se refiere no sé lo que será...

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