Yahoo Noticias Kazajistán quiere que sus aficionados escojan al próximo seleccionador nacional
El 16 de diciembre de 1991, Kazajistán declaró su independencia convirtiéndose en la penúltima de las repúblicas soviéticas en decir adiós. Días después Turkmenistán cerró definitivamente la puerta a 69 años de Unión. Un año más tarde, el fútbol kazajo, que apenas había gozado de relevancia en la muy competitiva liga soviética, comenzó a caminar solo con la creación de su propia federación de fútbol. Durante este tiempo, el equipo nacional jamás ha sido capaz de clasificarse para ningún Mundial, Eurocopa o Copa de Asia. 13 entrenadores lo han intentando, 8 nacionales y 5 extranjeros, pero ninguno lo ha logrado. Para cambiar la historia, la federación kazaja ha adoptado un método radical: el próximo seleccionador nacional lo elegirá el pueblo mediante una votación on line.
En la primera fase de la votación, los aficionados podrán decidir si quieren un técnico kazajo o si prefieren a uno extranjero. En segunda ronda, podrán escoger de entre una lista de realista de candidatos. "Básicamente no un Mourinho", bromea Dmitry Nesterenko, portavoz del órgano federativo, en declaraciones para 'Associated Press' La federación, eso sí, se reserva el derecho a tomar una decisión propia si al menos 50.000 usuarios no participan en la encuesta. Algo bastante probable si, como afirma Nesterenko, tan solo han recogido 2.208 votos hasta la fecha.
"¡Valoramos vuestra opinión!", reza el escueto comunicado con el que la federación anunció la iniciativa en su web el pasado 28 de octubre. La frase y el uso de un método tan transparente contrasta con la realidad de un país cuyo presidente, Nursultan Nazarbayev, el mismo desde 1991, ha sido acusado frecuentemente de trucar las elecciones, eliminar a los disidentes y violar los más elementales derechos humanos.
Kazajistán, por extensión el noveno país más grande del mundo, es el mayor productor uranio del mundo y una potencia en recursos naturales pero su fútbol nunca ha alcanzado el protagonismo del fútbol, ruso o ucraniano a pesar de la fuerte inversión estatal en clubes como el Astaná. Ahora intenta un giro de timón de la manera más inverosímil posible.
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