Bad Bunny y el placer de verlo sufrir en el Royal Rumble, pues muchos desean hacer lo mismo

Bad Bunny volvió a lo grande a la lucha libre estadounidense. El cantante puertorriqueño fue la mayor sorpresa del Royal Rumble 2022 y, aunque no ganó el combate, se adueñó del espectáculo al eliminar a dos excampeones mundiales de la WWE. Los números resaltan que su aparición es la más relevante de una celebridad en la historia del pago por evento de la compañía.

El tema Booker T, con el que había ingresado durante sus presentaciones en 2021, resonó ante la expectación de los seguidores de la World Wrestling Entertainment. Entonces, el artista saltó en escena como el gladiador 27 de los 30 involucrados en la contienda. Buscaba salir airoso para retornar a WrestleMania, la función más grande de la empresa, ahora como estelarista.

Tan pronto como entró al cuadrilátero, confrontó a Sheamus, el cuatro veces máximo monarca del emporio. Lo tomó de la cabeza y azotó su rostro ante las cuerdas. Enseguida, subió a uno de los esquineros del ring con tal de aplicar una movida aérea. Así, derrumbó al denominado Guerrero Celta con un lance que lo dejó tendido.

A la postre, sostuvo careos con otros elementos. Kevin Owens, uno de los favoritos para llevarse la batalla real, intentó someterlo. Además, Riddle, otros de los personajes predilectos de la afición, trató de empatizar con él. Sin embargo, ambos quedaron a merced de su poderío, dado que recibieron un par de castigos devastadores al cuello.

Sheamus contraatacó con tal de sacarlo por la tercera cuerda, hecho que habría provocado su eliminación, pero falló; quiso impactar la cara de Bad Bunny mediante una patada. Este aprovechó el descuido y provocó su caída. El siguiente excampeón al que dejó sin oportunidad fue a Dolph Ziggler, luego de una alianza con el ícono mexicano Rey Mysterio, al que pretendió expulsar después.

Su momento conclusivo ante las cámaras se desarrolló al lado de Brock Lesnar, quien se incorporó en el último turno y culminó victorioso en el enfrentamiento. El atleta mejor conocido como La Bestia Encarnada había perdido el Campeonato de la WWE durante un mano a mano anterior en el show, luego de la interrupción de Roman Reigns. Con sed de venganza, salió decidido a ganar la lucha.

Tras su arribo, miró de pies a cabeza a Bad Bunny. No tardó en cargarlo sobre sus hombros y enviarlo directamente a la lona. Así, procedió a tomarlo de la espalda y empujarlo hacia afuera del cuadrilátero. La intervención de Benito Martínez se resume en un total de siete minutos con 40 segundos, la más longeva de una estrella ajena al deporte.

Sólo dos artistas se habían visto involucrados en un Royal Rumble: Drew Carey en 2001 y Johnny Knoxville, 18 turnos previos al cantante. Ninguno de ellos logró eliminar a alguno de sus rivales: Carey se apartó por su cuenta, mientras que Knoxville fue arrojado por Sami Zayn. En suma, tampoco pudieron permanecer más de tres minutos en el ring.

Bad Bunny puede presumir lo contrario. No sólo le costó una contienda de ensueño a dos luchadores de alto renombre en la industria, sino que cautivó a los espectadores y estableció una marca que será difícil de superar con los años.

Los fanáticos del cantante sin duda disfrutaron verlo en un espectáculo de este nivel. Y sus detractores, que quizás igualen en número a quien lo idolatran, también lo hicieron, pero no por las mismas razones. Ver que lo arrojaban desde las alturas después uno que otro castigo corporal seguro les causó placer.

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