Yadira Toraya, de Xolas, no entendía porqué sus padres no la apoyaban, pero el tiempo le dio una respuesta

Para sobresalir en el futbol, Yadira Toraya ha aprendido a superar algunas cosas que no entendía de pequeña.

La actual defensa de Tijuana Femenil comenzó su recorrido en el futbol en un equipo llamado Oxnard Stars en el vecindario de La Colonia de Oxnard. A los 13 años, fue invitada por un entrenador que quería tener a Toraya en su club, pero los padres de la pequeña jugadora le advirtieron desde un inicio al coach que no tenían el dinero para pagar los gastos del equipo. El entrenador de aquel club le dijo a los padres que él se iba a encargar de los gastos y la transportación.

Mientras comenzaba a destacar como delantera en el Oxnard Wave de Michael Muñoz, Toraya se daba cuenta de algo que le molestaba profundamente: sus padres no estaban en sus partidos y torneos apoyándola, a diferencia de otras niñas en el equipo.

“Toda mi niñez me la pasé con otra familia y con mi entrenador que me llevaba a todos los partidos y entrenamientos”, recordó Toraya. “De niña nunca entendía porqué mis papás nunca estuvieron en los juegos conmigo”.

Yadira es la última de la familia Toraya de seis hijos, en la que uno de los hermanos era pandillero y era el que se llevaba la mayor parte de la atención en la casa.

La jugadora de Xolas recordó que llegaba a los entrenamientos llorando en ocasiones porque lo único que quería era el apoyo de sus padres mientras jugaba en la cancha.

“No entendía que mis papás no podían porque estaban trabajando", expresó Toraya, cuyos padres trabajaron en los campos de fresa por 25 años. Sin embargo, Toraya sí recibió mucho apoyo de varias personas en su trayectoria para seguir en el deporte, especialmente de Muñoz.

Toraya no tardó en destacar con sus goles en Pacifica High: en sus 68 partidos en esa preparatoria, anotó 59 goles y tuvo 28 asistencias.

Además de jugar con Pacifica, Toraya seguía también perforando redes con el Oxnard Wave. Su entrenador, Muñoz, se dio cuenta que su jugadora podía llegar a un nivel importante durante un partido cuando el Wave enfrentó a Ventura County Fusion, un equipo semi profesional de la región. En ese encuentro, Toraya compitió con jugadoras de Division I y II, apenas a los 14 años de edad.

“Ese tipo de jugadoras no llegan siempre”, declaró Muñoz, actual entrenador asistente de Ventura College, al recordar a su exjugadora.

La entonces delantera de Pacifica High no sabía de las oportunidades que tenía más allá de la preparatoria jugando futbol, como becas para acudir a la universidad, hasta que comenzó a recibir correos de escuelas.

“Mis papás nunca me dijeron que tenía que estudiar. Mis papás eran de que terminas la preparatoria y te vas a trabajar. Así tenían a todos mis hermanos”, expresó Toraya, quien prefirió no tener las comodidades de un carro o tener un celular pues no trabajaba, y se dedicó a estudiar y continuar en el futbol en busca de ser convocada por la selección mexicana.

Durante un partido entre Pacifica y Santa Paula, Toraya llamó la atención de un entrenador y la invitaron a una visoría que la selección mexicana estaba teniendo en Los Ángeles. Acudió a las pruebas y la invitaron a una concentración con el Tricolor.

“Cuando hablé con mis papás sobre la concentración me dijeron que no. Me dijeron que no me podía ir así nada más de la escuela”, indicó Toraya, quien entendió en ese entonces la postura de sus padres.

La futbolista esperó a terminar sus estudios en Ventura College, donde militó en el equipo de esa escuela, conquistando el campeonato de la Western State Conference en 2010, y recibió una beca para estudiar en Kansas Wesleyan University. Entonces, Toraya le avisó a sus padres que se iría a Kansas, algo que no creyeron hasta que la joven estaba en el aeropuerto y le preguntaron “¿Sí te vas a ir?”.

La hija de Miguel Angel y Francisca Toraya, ambos de la Ciudad de México, recordó que desde niña su meta era tener una mejor vida que la que tenía en La Colonia de Oxnard.

“De niña no viví una vida fea, tenía mi propio cuarto, mi cama, mi casita, pero desde chica yo me dije: 'me tengo ir de aquí. Yo quiero algo mejor para mí'”, declaró Toraya. “Cuando vi todas las oportunidades que se me estaban dando con el futbol, eso siempre lo tenía en mi cabeza. Cada día que iba a entrenar, eso tenía en mi mente: 'me voy a salir de aquí. Y lo voy a hacer por medio del futbol'”.

Para destacar en el deporte, Toraya también tuvo que hacer ajustes para tener una mayor oportunidad de tener éxito. Al llegar a Kansas Wesleyan University, dos defensas de ese equipo se lesionaron y la posibilidad para ser titular como defensa se abrió para la mexicoamericana. El entrenador del equipo universitario le pidió a Toraya que si podía jugar esa posición y ella aceptó su nuevo puesto, dejando su zona de confort.

Durante su estadía en Kansas Wesleyan, fue nombrada al Equipo Ideal All American en años consecutivos y fue la defensora del año en Kansas Collegiate Athletic Conference. Tras jugar dos años en Kansas y anotar goles hasta de defensa, Toraya consideró buscar trabajo como policía, pues se graduó en justicia criminal y sociología, pero no se sentía lista para dejar su sueño en el futbol.

Toraya entonces ingresó en 2013 al equipo de Santa Clarita Blue Heat de Carlos Marroquín, con quien jugó en la United Women's Soccer League, competencia en la que conquistó el campeonato nacional al compartir la cancha con alumnas de UCLA y USC, además de jugar a un lado de futbolistas como la venezolana Deyna Castellanos, actual jugadora del Manchester City y nominada a una de las Mejores Jugadoras de la FIFA. Durante su tiempo con el Santa Clarita Blue Heat jugó siete torneos de verano en los que ganó nominaciones al Equipo Ideal de la UWS.

"Es una chica muy entregada, muy luchadora dentro de la cancha. Es una líder, no se le raja a nadie", señaló Marroquín, su entrenador en Blue Heat. "Me gustó su lealtad".

Hizo la pretemporada con el Dash de Houston en 2015, y aunque no entró al equipo, se dio cuenta que era posible obtener un cupo en un club de futbol profesional.

Toraya acudió a una visoría con la selección mexicana en 2016 y estuvo entre las últimas cuatro jugadoras de las 200 que habían realizado las pruebas con el entonces seleccionador mexicano Leonardo Cuellar. Finalmente, fue invitada a concentraciones, logrando un sueño de infancia que había tenido desde sus días en La Colonia.

“Cuando leí la convocatoria llegué a mi casa y comencé a llorar. Todo lo que había pasado, todo lo que me dije a mi misma que iba a pasar, estaba pasando”, comentó Toraya.

Sin embargo, después de que el tiempo pasó, la defensa de Xolas volvió a desanimarse al no encontrar un equipo y hasta llegó a aceptar un trabajo de tiempo completo como asistente de mánager en una tienda de ropa. Trabajó como auxiliar técnico de su universidad y obtuvo una maestría en administración de empresas en 2019.

Ingresó a su última temporada con el Blue Heat en el mismo año en el que la Liga MX le abrió las puertas a jugadoras mexicoamericanas, pues hasta ese entonces solamente aceptada futbolístas nacidas en México. Entonces recibió invitaciones para hacer pruebas en Xolas y Rayadas, aun cuando había aceptado un trabajo en un banco y se había resignado a no ser jugadora profesional. Tras debatir si quería seguir en el futbol, Toraya finalmente se decidió por ir a un entrenamiento de Xolas y recibió una oferta de ese equipo.

“Todo lo bueno y todo lo malo, ha valido la pena”, declaró la actual jugadora de 30 años, quien usualmente visita escuelas en el Condado de Ventura para hablar e inspirar a la nueva generación.

“Es una líder de la comunidad, siempre le ha regresado a la comunidad”, opinó Muñoz, su exentrenador y consejero en su trayectoria en el balompié.

"Es una chica que no se olvida de dónde viene", añadió Marroquín. "Ella es muy profesional, se graduó en sus estudios, ella tiene su futuro asegurado después del futbol".

Toraya actualmente está estudiando su certificado para ser entrenadora y desea seguir su sueño en el futbol, su pasión más grande en la vida, ahora con una mejor perspectiva.

“Qué bueno que ha aprendido que sus papás se tuvieron que sacrificar para que ella pudiera lograr sus metas”, opinó Muñoz.

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.