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Brittney Griner y el silencio incomodo en torno a su detencion en Rusia

Brittney Griner, pívot y siete veces seleccionada al Juego de las Estrellas de las Mercury, ha estado bajo custodia de las autoridades rusas desde febrero, luego de que funcionarios de aduana de un aeropuerto en el área de Moscú afirmaron haber encontrado en su equipaje cartuchos de vapeo que contenían aceite de hachís. (Foto: Stacy Revere/Getty Images)

¿Cuándo será liberada Brittney Griner?

Esa dolorosa pregunta se cierne sobre las Mercury de Phoenix, del mismo modo que probablemente se cernirá sobre la próxima temporada de la WNBA.

La semana pasada, en un partido de pretemporada entre Phoenix y las Storm de Seattle, el hiphop sonó a todo volumen y los escuadrones de baile animaron a la multitud. Cuando los equipos salieron a la cancha, los nombres de algunas de las jugadoras más conocidas del baloncesto femenino sonaron a todo volumen por el sistema de megafonía. Sue Bird. Breanna Stewart. Tina Charles. A ellas se les unió la virtuosa de 39 años de las Mercury, Diana Taurasi, quien no llevaba el uniforme en este juego, pero que tiene previsto estar lista cuando comience la temporada regular este viernes 6 de mayo.

Griner, la pívot y siete veces seleccionada al Juego de las Estrellas de las Mercury, no lo estará. Desde febrero, ha estado bajo custodia de las autoridades rusas luego de que funcionarios de aduana de un aeropuerto en el área de Moscú afirmaron haber encontrado en su equipaje cartuchos de vapeo que contenían aceite de hachís.

Su evidente ausencia generó un momento incómodo. En la gigantesca pantalla sobre la cancha en Phoenix, la imagen de Griner apareció en cortes rápidos junto a sus compañeras de equipo en los videos promocionales. Docenas de aficionados en el público llevaban puestas camisetas del Mercury estampadas con su nombre y número, el 42.

Esta fue la primera vez que las Mercury jugaban desde que Griner fue detenida por los rusos. Sin embargo, no hubo ningún reconocimiento oficial de su ausencia por parte de las jugadoras ni un momento de silencio para reconocer la angustia colectiva por una de las atletas más queridas de la liga, quien es conocida por sus compañeras de equipo y los fanáticos como “B. G.”.

El silencio es estratégico

Brittney Griner, pívot y siete veces seleccionada al Juego de las Estrellas de las Mercury, ha estado bajo custodia de las autoridades rusas desde febrero, luego de que funcionarios de aduana de un aeropuerto en el área de Moscú afirmaron haber encontrado en su equipaje cartuchos de vapeo que contenían aceite de hachís. (Foto: Christian Petersen/Getty Images)

La WNBA es quizás la liga deportiva estadounidense más progresista y extrovertida. Sus jugadoras suelen tomar posturas públicas todo el tiempo sobre temas como la raza, la igualdad de género, la política y los derechos reproductivos. En los días posteriores a que un oficial de policía de Minneapolis asesinara a George Floyd, las jugadoras de la WNBA boicotearon los juegos. Durante los primeros días de aislamiento de la pandemia, vistieron camisetas negras con la frase “Di su nombre” en referencia a Breonna Taylor, una mujer negra de 26 años que fue asesinada a tiros por la policía en Louisville, Kentucky.

Pero con la situación de Griner detenida en Rusia, en la que su paradero y detalles específicos sobre cómo le está yendo solo son transmitidos a un círculo íntimo de amigos, familiares y consultores, la liga está adoptando una estrategia más sigilosa.

En lugar de armar un escándalo, las jugadoras están en silencio.

En vez de exigir un cambio, mantienen la boca cerrada.

Están siguiendo el ejemplo de los asesores de Griner, quienes han determinado que es mejor dejar que la diplomacia tras bastidores haga su trabajo. Debido a que Griner enfrenta hasta 10 años de prisión, han llegado a la conclusión de que la estrategia más inteligente es mantener un bajo perfil en este momento. Según el razonamiento, justo ahora tiene sentido no darle al presidente ruso, Vladimir Putin, la ventaja e influencia para usar a Griner como una ficha de intercambio en las negociaciones mientras sus fuerzas militares libran la guerra contra Ucrania.

“Somos muy francas y expresivas sobre prácticamente cualquier cosa”, afirmó la semana pasada Kia Nurse, la base de las Mercury que está entrando a su quinto año en la WNBA, en el centro de entrenamiento del equipo. “Pero también somos muy buenas a la hora de admitir que no lo sabemos todo y que no somos expertas en todos los temas”.

Brittney Griner, pívot y siete veces seleccionada al Juego de las Estrellas de las Mercury, ha estado bajo custodia de las autoridades rusas desde febrero, luego de que funcionarios de aduana de un aeropuerto en el área de Moscú afirmaron haber encontrado en su equipaje cartuchos de vapeo que contenían aceite de hachís. (Foto: Ethan Miller/Getty Images)

“Estamos siguiendo el proceso”, dijo Nurse, antes de señalar la esperanzadora noticia de la semana. El miércoles 27 de abril, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció que un exmarine, Trevor Reed, había sido liberado en un intercambio de prisioneros después de casi tres años de detención rusa.

Entre las jugadoras del Mercury, el regreso de Reed representa una nueva dosis de optimismo de que Griner podría ser la siguiente.

Pero el acuerdo por Reed también provocó nuevos llamamientos por parte de activistas fuera de su grupo que se preguntan en voz alta si se está haciendo lo suficiente para traer a Griner a casa. Se preguntan, ¿por qué no fue incluida en el canje? ¿Por qué todos en la liga siguen siendo tan circunspectos? ¿Realizar manifestaciones ruidosas y visibles por Griner No ayudaría a presionar para que se realice alguna acción?

En Phoenix, una cantidad importante de fanáticos me dijo que creían que el caso de Griner no estaba recibiendo suficiente atención. Creen que si una estrella de la NBA estuviera bajo custodia rusa —esperando una audiencia y enfrentando una posible larga sentencia de prisión, al igual que Griner— las manifestaciones a favor de su liberación serían estruendosas, insistentes e incesantes.

“Que ella no esté aquí se siente como si nos faltara una extremidad en el cuerpo”, sentenció Dacia Johnson, una ferviente aficionada del Mercury que vestía una camiseta de Griner. “Y la forma en la que el equipo y la liga permanecen tan callados empeora la situación. No hubo ni una palabra sobre ella al comienzo de este juego. Estoy realmente molesta por eso”.

¿Qué pasaría si Devin Booker estuviera bajo custodia rusa?, se preguntó Johnson, refiriéndose al gran anotador y escolta de los Suns de Phoenix.

“¿Qué pasaría si se tratara de Booker y no de una mujer negra y gay de más de 2 metros? Si se tratara de alguien en el deporte masculino, creo que habrían preparado algo en su honor, aunque fuera un momento de silencio”.

Brittney Griner, pívot y siete veces seleccionada al Juego de las Estrellas de las Mercury, ha estado bajo custodia de las autoridades rusas desde febrero, luego de que funcionarios de aduana de un aeropuerto en el área de Moscú afirmaron haber encontrado en su equipaje cartuchos de vapeo que contenían aceite de hachís. (Foto: Christian Petersen/Getty Images)

Johnson parecía estar igual de susceptible por Griner que las compañeras de equipo de la jugadora, quienes parecían afligidas por la tristeza cada vez que les mencionaba el nombre de Griner. Aun así, las jugadoras del Mercury se apegaron al guion. Hablaron de cuánto querían a B. G. De cuán especial es. De cómo es parte de su familia y de que siempre está en sus pensamientos y oraciones. Detrás de las palabras cautelosas había dolor puro.

“Es mi hermana, la amo”, afirmó Skylar Diggins-Smith, quien ganó la medalla de oro junto a Griner en los Juegos Olímpicos del verano pasado en Tokio. Las palabras directas de Diggins-Smith fueron ponderadas mientras su voz temblaba de frustración y la angustia brillaba en sus ojos. “Pienso en ella todos los días y espero con ansias que vuelva con nosotros”.

Estamos en territorio inexplorado.

Con el inminente comienzo de la temporada, la WNBA sigue buscando maneras de rendirle honores a Griner sin que perjudiquen su caso. Los equipos de la liga planean expandir la organización benéfica de Griner, Heart and Sole, que regala zapatos a quienes lo necesitan, más allá de Phoenix. También se están considerando otras ideas.

Pero aficionados como Dacia Johnson y su novia, Autumn Gardner, desean ver el arrojo que ha caracterizado a la liga. Cuando el juego de pretemporada con las Storm llegaba a su conclusión (una derrota de las Mercury por 4 puntos), Gardner no solo dijo el nombre de Griner. Lo gritó. “¡B. G.!”, coreó, con la suficiente fuerza e insistencia como para que llegara hasta la cancha. “¡B. G.!, ¡B. G.!, ¡B. G.!”.

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