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Vicepresidenta Harris destaca el apoyo de EEUU de $100 millones para asuntos climáticos y de seguridad en el Caribe

La administración del presidente Joe Biden tiene previsto ayudar a Haití a hacer frente a la lacra del tráfico ilegal de armas y municiones invirtiendo en una unidad de investigación penal en colaboración con la Policía Nacional Haitiana.

La vicepresidenta Kamala Harris, quien pasó el día reuniéndose con líderes caribeños, entre ellos el primer ministro haitiano Ariel Henry, durante una histórica visita a Nassau, Bahamas, anunció el jueves la iniciativa como parte de los más de $100 millones en compromisos que la administración de Biden está asumiendo en la región en los ámbitos de cambio climático, energía limpia y seguridad.

“Demasiadas personas en todos nuestros países están muriendo a causa de la violencia armada”, dijo.

Antes de la visita, la Casa Blanca anunció la creación de un nuevo puesto dentro del Departamento de Justicia para la persecución de las armas de fuego en el Caribe, con el fin de maximizar el intercambio de información entre Estados Unidos y la región. Pero al término de una reunión bilateral con el presidente de la República Dominicana, el secretario general de la Comunidad Caribeña de 15 miembros (CARICOM), y la mayoría de sus líderes —los primeros ministros de Antigua y Barbuda y San Vicente y las Granadinas no se presentaron—, Harris anunció esfuerzos adicionales.

Estados Unidos, dijo, apoyará también la recién creada Unidad de Inteligencia sobre Armas de Fuego contra el Crimen en el Caribe, con sede en Trinidad y Tobago, para capacitar a los agentes y ayudar a llevar a los delincuentes ante la justicia. La administración creará una Unidad de Investigación Penal Transnacional en Haití en colaboración con la Policía Nacional de Haití para facilitar las investigaciones y el procesamiento de extranjeros y el tráfico de personas, que afecta a toda la región.

“Nuestra administración se ha comprometido a interrumpir el tráfico de armas. Nos hemos comprometido a interceptar los envíos de armas y municiones y a exigir responsabilidades a los traficantes”, declaró Harris.

La vicepresidenta no entró en detalles sobre cómo funcionará la ayuda. Aunque los líderes caribeños afirmaron en un comunicado que acogen con satisfacción el aumento de los recursos, quieren que Estados Unidos gestione mejor sus porosas fronteras para controlar el flujo ilegal de armas que sale de sus costas.

El aumento de la exportación ilegal de armas desde Estados Unidos, subrayaron los líderes caribeños, “contribuye significativamente a la delincuencia y la violencia en la región, causando muertes y discapacidades, y comprometiendo la seguridad y la democracia”.

Según un estudio reciente, la fácil accesibilidad a las armas de fuego y municiones en algunos países vecinos, incluido Estados Unidos, combinada con un control inadecuado de los envíos postales y de carga, “socava los controles, a menudo sólidos, de armas de fuego y municiones adoptados por muchos países caribeños”.

Además, la mayoría de las armas de fuego que se trafican desde Estados Unidos se rastrean hasta estados con puertos marítimos como la Florida.

El mismo estudio concluyó que las exportaciones estadounidenses de armas de fuego ilegales contribuyen significativamente a la delincuencia violenta, incluidas las muertes, en los Estados miembros de la CARICOM. Estas últimas casi triplican el promedio mundial y las armas de fuego se usan en más de la mitad de los homicidios de toda la región. En algunos países, esa proporción alcanza 90%, según el estudio encargado por la Oficina de Implementación de la Comunidad del Caribe para el Crimen y la Seguridad en Trinidad y el Sondeo de Armas Pequeñas.

Durante la visita, Harris destacó la inversión estadounidense de más de $100 millones, incluidos $98 millones de nuevos fondos de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), para hacer frente al cambio climático clima, la energía, la seguridad alimentaria y la ayuda humanitaria en el Caribe.

Harris es la funcionaria estadounidense de más alto rango que visita Bahamas desde que el país se independizó de Gran Bretaña hace casi 50 años, que se cumplirán el mes próximo. El momento no pasó inadvertido para el primer ministro de Bahamas, Philip Davi, ni para otros líderes caribeños que volaron a Nassau para su cuarta reunión multilateral con ella. Las reuniones llegan tras años de quejas de los líderes regionales por haber sido ignorados por varias administraciones estadounidenses.

“No estamos empezando de nuevo. Estamos construyendo sobre el trabajo y el diálogo de la Cumbre de las Américas de junio pasado en Los Ángeles y en las reuniones regionales celebradas desde entonces”, dijo Davis al inaugurar la reunión poco después de las 3 p.m. en una sala de conferencias del resort Atlantis, en Paradise Island. “Reunidos aquí en Bahamas, aprovechemos el momento: para acelerar y profundizar nuestro compromiso y para trabajar juntos con el fin de producir resultados tangibles”.

Davis afirmó que los líderes están encantados con la decisión de Harris de viajar a la región y le dijo que cree que “todos sienten y agradecen la profundidad y sinceridad de su compromiso con la región y con nuestra gente”. A continuación enumeró los temas que se abordarían: energía y hambre, resiliencia climática, financiamiento para el desarrollo y oportunidades económicas, y cooperación y seguridad regionales.

Harris dijo que, como vecino, Estados Unidos comparte lazos e intereses comunes con el Caribe y cree que la asociación “es esencial para nuestra seguridad y prosperidad mutuas”.

“Fortalecer la relación entre Estados Unidos y el Caribe es una prioridad para mí, como lo es para el presidente Joe Biden”, dijo. “Estas reuniones han demostrado ser muy importantes y esenciales para la fortaleza de estas relaciones”.

Harris también señaló que en todos los compromisos que ha encabezado con los líderes regionales, han discutido las prioridades e identificado áreas específicas de colaboración”, dijo Harris. “Desde la última vez que nos reunimos, creo que hemos hecho avances significativos”.

La mayor parte de ese progreso se ha producido en el ámbito de la “crisis climática”, dijo, señalando que “las naciones caribeñas están en primera línea”.

Estados Unidos puso en marcha el año pasado una nueva asociación destinada a ayudar a la región en su transición hacia la energía limpia y a promover la seguridad energética y la resiliencia climática. También han trabajado juntos para ayudar a crear capacidad de preparación ante desastres.

“Desde que nos reunimos por última vez, también hemos trabajado para traer inversionistas al Caribe con el fin de identificar nuevas oportunidades de infraestructura de energía limpia, incluso a través de misiones comerciales, hemos proporcionado $28 millones en ayuda a la seguridad alimentaria”, dijo Harris, quien también añadió que Estados Unidos liderará una campaña diplomática sobre la reforma de los bancos multilaterales de desarrollo para ayudar a las naciones caribeñas a acceder a financiamiento de bajo costo.

Siempre en sus conversaciones, los líderes caribeños hicieron hincapié en la necesidad de un enfoque equilibrado para abordar algunos de los asuntos que Estados Unidos considera prioritarios.

“Los líderes reconocieron que para abordar el reto de la seguridad energética, debe haber un enfoque equilibrado para desarrollar los recursos de hidrocarburos de la región y maximizar el potencial de las energías renovables”, dijeron en un comunicado. “Acordaron que el compromiso Caribe-Estados Unidos debe continuar examinando áreas para profundizar la colaboración donde haya oportunidades”.

También pidieron un mayor compromiso por parte de Estados Unidos para ayudar a la región a hacer frente al hambre y apoyar los esfuerzos regionales en este sentido, especialmente cuando los países dependientes del turismo enfrentan el aumento del costo de los alimentos y enormes facturas de importación.

“Los compromisos ya adquiridos deben llevarse a la práctica, y las dos partes deben examinar formas adicionales de abordar este reto, que afecta a la región y a la comunidad mundial”, señala la declaración de la CARICOM.

Otra área en la que no es probable que ambas partes coincidan es cómo abordar el asunto de la seguridad en Haití. Mientras que la República Dominicana ha presionado para que se despliegue una fuerza de seguridad exterior en Haití, los líderes de CARICOM se negaron en febrero a apoyar dicho plan y en su lugar afirmaron que se centrarían en ayudar a la asediada policía nacional haitiana.

Durante su reunión, Harris presionó para que una fuerza de seguridad multinacional acudiera en ayuda de Haití.

También señaló que el país sigue sufriendo una crisis humanitaria y de seguridad cada vez más grave. Esta semana Haití sufrió desastres consecutivos: inundaciones mortales y un terremoto que, en conjunto, han causado más de 50 muertos y miles de desplazados.

“Diré que nuestros corazones están con quienes han perdido a sus seres queridos y con todos los que se han visto afectados esta semana por las inundaciones y el terremoto. La comunidad internacional debe seguir apoyando al pueblo haitiano a la luz de la devastadora crisis humanitaria y de seguridad en ese país”, dijo Harris. “Estados Unidos apoya el desarrollo de una fuerza multinacional para Haití y hoy me complace anunciar $53.7 millones en nueva ayuda humanitaria para Haití”.

La visita de Harris ocurrió tres días antes que más de tres docenas de “partes interesadas” haitianas vuelen a Jamaica para celebrar tres días de reuniones centradas en intentar negociar una “solución haitiana” a la paralizante crisis política y la creciente inestabilidad del país.

La CARICOM designó a tres ex primeros ministros caribeños para dirigir las negociaciones. Los ex dirigentes de Bahamas, Santa Lucía y Jamaica se reunieron recientemente en Miami antes de la reunión de Jamaica.