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¿Por qué viajó a Rusia el ex espía cubano líder de la Red Avispa?

Un espía cubano que fue capturado y encarcelado en Estados Unidos, y luego liberado en un intercambio de presos con Cuba, ha estado haciendo visitas oficiales al exterior, incluso a Rusia, lo que ha llamado la atención sobre su rol en el gobierno, especialmente porque su viaje siguió los pasos del jefe de los servicios de inteligencia y seguridad de Cuba.

Durante un viaje de dos semanas que comenzó a mediados de mayo, el Ministro del Interior de Cuba, Gral. Lázaro Alberto Álvarez Casas, se reunió con el Ministro de Seguridad Pública de Vietnam, Gral. To Lam, el Ministro de Seguridad Pública de China, Wang Xiaohong, y el Secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolay Patrushev, con quien se había reunido previamente en La Habana en marzo.

Siguiendo de cerca al general Álvarez Casas con su propia gira por Vietnam, Laos y Rusia estuvo Gerado Hernández Nordelo, quien ahora encabeza en Cuba una organización que no está vinculada a la política exterior. Reportes de medios y comunicados oficiales lo ubican a él y el general Álvarez Casas en Vietnam al mismo tiempo, y posiblemente también en Rusia, aunque sus viajes no han sido relacionados en declaraciones del gobierno.

Hernández era el líder de una red de espionaje cubana desmantelada por el FBI en el sur de Florida en 1998, conocida como la Red Avispa. Fue declarado culpable de espionaje y conspiración para cometer asesinato por su participación en el derribo de dos aviones de la organización de exiliados cubanos Hermanos al Rescate en 1996, en el que murieron cuatro personas. Fue condenado a dos cadenas perpetuas, pero el presidente Barack Obama lo liberó durante un intercambio de presos en diciembre de 2014 después de cumplir 16 años.

Recibido en Cuba como un héroe, fue designado en mayo de 2016 como vicerrector del instituto de educación superior del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, del cual se graduó en 1988. En septiembre de 2020 fue nombrado coordinador general de los Comites de Defensa de la Revolucion, una llamada “organización de masas” creada por Fidel Castro para llevar la vigilancia estatal a cada cuadra.

Pero más allá de la cooperación de los miembros de los CDR con la policía, la organización, financiada a través del presupuesto estatal, carece de recursos y tiene poco poder, lo que otorga a Hernández un papel principalmente simbólico, incluso si, como la mayoría de los presidentes de los CDR, se aseguró un escaño en el brazo ejecutivo de la Asamblea Nacional, el Consejo de Estado.

Oficialmente, Hernández fue invitado por la Cámara Pública de Rusia, una organización creada por el presidente ruso Vladimir Putin para poner a la sociedad civil bajo control estatal, según dicen sus críticos.

Durante su gira, el ex espía ha tenido una agenda mixta de reuniones de alto nivel, por ejemplo, con el viceprimer ministro y ministro de Defensa de Laos, el general Chansamone Chanyalath, y un poderoso senador ruso, Dmitry Kuzmin, y otras actividades ceremoniales generalmente llevadas a cabo por funcionarios gubernamentales de alto rango, como colocar coronas de flores en los monumentos.

Los ex presidentes de los CDR rara vez tuvieron contacto con funcionarios extranjeros, y mucho menos se embarcaron en una gira internacional. Y el hecho de que su viaje incluyera una escala en Moscú cuando los servicios de inteligencia cubanos y rusos se están acercando aún más ha llamado la atención sobre el propósito de la visita.

¿Está el antiguo espía de vuelta en el juego, o simplemente está usando su influencia para avanzar en su carrera política?

Chris Simmons, analista retirado de la Agencia de Inteligencia de Defensa, dijo que es poco probable que se le haya asignado un puesto de inteligencia porque, tradicionalmente, los servicios de espionaje desconfían de los oficiales que han sido capturados. Después de todo, dijo, “el fracaso de la Red Avispa es su responsabilidad”. El hecho de que se le haya dado una “posición no sensible”, como comandar los CDR, apunta a esa dirección, dijo Simmons.

Pero desde el principio, Hernández fue una “anomalía”, escribió Simmons en su libro “Castro’s Nemesis: True Stories of a Master Spy-Catcher”, donde comparte detalles de la red de espionaje y la operación para desmantelarla.

Hernández, un teniente, no solo era un oficial de caso de la Dirección de Inteligencia Militar en una operación dirigida principalmente por la Dirección de Inteligencia rival del MININT, sino que, como líder de la red, supervisaba a oficiales de mayor rango, lo que sugiere que los servicios de inteligencia cubanos tenían “una confianza extraordinaria” en él, escribió Simmons.

“Él es diferente”, dijo Simmons al Herald, y agregó que quizás Hernández pudo haber jugado inteligentemente sus cartas y culpar al MININT por el arresto de los espías.

En todo caso, “lo hicieron héroe nacional, así que ahora no hay forma de que desaparezca tranquilamente”, dijo. Después de cumplir 16 años de prisión y negarse a cooperar con las autoridades de Estados Unidos, como hizo la mayoría de los miembros de la red, “él puede jugar la carta de ‘me debes’ incluso si no es de confianza. La política bien podría ser una forma de cuidar de su familia”.

Abordando directamente las críticas que ha recibido en las redes sociales, donde frecuentemente hace declaraciones inflamadas contra Estados Unidos y los “enemigos” de la revolución, Hernández justificó su gira exterior diciendo que bajo su mando, los CDR ahora pondrán más énfasis en las “relaciones internacionales”.

“En las redes ha habido algunas personas criticando…el que los CDR estemos en una visita de trabajo a Vietnam, a Laos, o ahora que estemos en Rusia,” dijo a Prensa Latina en una entrevista desde Moscú el jueves pasado. “Realmente nosotros nos hemos propuesto atemperar los Comités de Defensa de la Revolución a estos tiempos en que vivimos. Las relaciones internacionales son un elemento importante de nuestro trabajo.”

Las visitas a Moscú del ministro del interior y el ex espía tienen lugar en un momento en que Cuba y Rusia han aumentado la cooperación económica y militar, y los líderes de la isla han expresado más abiertamente su apoyo a la invasión rusa de Ucrania.

El presidente designado, Miguel Díaz-Canel, se refirión recientemente a Putin como “un amigo” y prometió su “apoyo incondicional a Rusia en su enfrentamiento con Occidente”. El sábado, cuando cumplió 92 años, la máxima autoridad de Cuba, el general retirado Raúl Castro, le dijo al vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, en una llamada telefónica que “apoyaba las acciones de Rusia en la situación de Ucrania” y “expresaba certeza en nuestra victoria”, Medvedev dijo en Twitter.

Según la agencia estatal de noticias rusa TASS, el general Álvarez Casas, titular del MININT, viajó a fines de mayo a Rusia para participar en “una reunión internacional de altos representantes a cargo de temas de seguridad” que incluyó al secretario general del Consejo de Defensa Nacional de Venezuela. Consejo, José Adelino Ornelas Ferreira.

“Patrushev discutió la cooperación entre las fuerzas del orden y las agencias de seguridad de Rusia y Venezuela”, indica el reporte, y “las conversaciones con el ministro del Interior cubano se centraron en la estabilidad regional”.

El general Álvarez Casas, quien supervisa la policía y los servicios de inteligencia y está bajo sanciones de Estados Unidos por violaciones de derechos humanos en la isla, también firmó un acuerdo con el general Viktor Zolotov, director de la Guardia Nacional Rusa, para combatir el terrorismo y el crimen de manera más “eficiente”, dijo la Guardia en su canal de Telegram.

El ritmo de los intercambios de alto nivel se ha intensificado tanto que es más difícil seguir el ritmo de las idas y venidas entre Moscú y La Habana. La semana pasada, el director del Servicio Federal de Alguaciles de Rusia, coronel general Dmitry Aristov, firmó en La Habana un acuerdo de cooperación judicial con el Presidente del Tribunal Supremo Popular de Cuba, Rubén Remigio Ferro.

El viernes pasado, Hernández todavía estaba en Moscú, visitando una iglesia y reuniéndose con un cineasta ruso, según sus tuits. Previamente se reunió con cubanos residentes en Moscú y miembros de los “comités de solidaridad” rusos con Cuba, el tipo de actividades que suelen realizar los diplomáticos.

Incluso leyó algo de poesía en ruso durante el evento con los miembros del comité de solidaridad, informó Rossiyskaya Gazeta.

“Los vínculos de nuestros pueblos son históricos,” dijo en la entrevista con Prensa Latina. “Y en estos momentos que estamos viviendo, Rusia es un país también bloqueado...Vivimos en un mundo en el que los los buenos tenemos que ayudarnos”.