Verstappen superó el error, el caos, las banderas rojas y la polémica del Gran Premio de Australia

Nada lo detiene a Max Verstappen, que exhibe el trofeo que lo premia como ganador del Gran Premio de Australia de Fórmula 1
Nada lo detiene a Max Verstappen, que exhibe el trofeo que lo premia como ganador del Gran Premio de Australia de Fórmula 1 - Créditos: @Quinn Rooney

Nada lo detiene a Max Verstappen. Si comete un error, se repone y avanza. Si el caos se desata en el pelotón, detrás suyo, se enseña imperturbable. Si los comisarios sacan banderas rojas, en ocasiones innecesarias, porque favorecen al show más que a la competencia, se resetea para ensayar un nuevo acto y ofrecerse dominante con un auto que marca el pulso. Si la controversia lo envuelve, luego de ser escrutada la ubicación del auto en el último relanzamiento, no se desgasta en situaciones insustanciales y acelera. Si el arrollador RB19 presenta una anomalía, como ocurrió con los frenos a falta de diez giros, administra el contratiempo con la serenidad que imponen los grandes campeones y se erige como un verdadero rey. El desorden, el desconcierto y la confusión que rodeó al Gran Premio de Australia de Fórmula 1 no afectaron al neerlandés, que sube peldaños: ganó dos de las tres carreras del curso, abrió una brecha de 15 puntos con su compañero Sergio Checo Pérez en el Mundial de Pilotos y la distancia se extiende a 24 unidades si se piensa en Fernando Alonso, el rival que asoma con otros colores.

La supremacía de Red Bull Racing, con Verstappen como bandera, generó rispideces internas en la estructura de Milton Keynes. Los chisporroteos entre MadMax y el mexicano Checo Pérez no son nuevos, aunque peligrosamente los episodios se repiten cada vez con mayor frecuencia. El desenlace de la temporada pasada tuvo un momento álgido cuando el tapatío se quejó porque el neerlandés –ya consagrado bicampeón- no le cedió a posición, cuando Pérez pulseaba por el segundo lugar en el Mundial de Pilotos con el monegasco Charles Leclerc, que finalmente ganó el duelo por apenas tres unidades (308 a 305).

El comienzo del nuevo calendario desató la polémica en su segundo capítulo, cuando el Gran Circo visitó el circuito de Jeddah, en Arabia Saudita: el mexicano ganó, Verstappen señaló la vuelta rápida y las órdenes de equipo fueron puestas bajo la lupa por Pérez. Despejada la tormenta, el liderazgo y favoritismo que enseña Madmax –indudablemente es por jerarquía y resultados el piloto principal del equipo- provocó que su compañero de garaje cerrara la disputa y hasta se inculpara como el actor del error. “La comunicación que tuve fue probablemente malinterpretada con mi ingeniero. Me arrepiento de no intentar la vuelta rápida. No es que me dijeran algo y el mensaje a Max fuera diferente, así que todo dependía de nosotros”, estableció Checo, que finalizada la carrera en Arabia Saudita increpó al bicampeón: “¿Tuviste la vuelta más rápida? ¿No te dijeron que mantuvieras el ritmo?”, apuntó, después de conocer que el neerlandés le había quitado el punto extra en el último giro.

La largada en Albert Park, una partida fallida de Max Verstappen: el neerlandés fue superado por los Mercedes de George Russell y Lewis Hamilton antes de completar la mitad de la vuelta
La largada en Albert Park, una partida fallida de Max Verstappen: el neerlandés fue superado por los Mercedes de George Russell y Lewis Hamilton antes de completar la mitad de la vuelta - Créditos: @Dan Istitene - Formula 1

La rispidez fortaleció aún más a Verstappen, que en Melbourne se alzó con la pole y destrozó los nervios de Pérez, que durante las pruebas y el qualy no dominó el auto, al extremo de despistarse en la clasificación y largar desde la calle de boxes en Albert Park. Esa tranquilidad y absoluta superioridad de MadMax tuvo una laguna en el comienzo del gran premio: una decepcionante partida provocó que George Russell y Lewis Hamilton –las dos espadas de Mercedes- ensayaran maniobras de sobrepaso y lo retrasaran al tercer puesto antes de cumplimentarse medio giro. Una situación desconcertante, pero que el monarca supo cómo sobrellevar hasta reparar la equivocación. “No fue fácil ganar. Tuvimos una mala salida y tuve cuidado en la primera vuelta, porque tenía mucho que perder y ellos [los pilotos de Mercedes] mucho que ganar. Después el ritmo fue bueno y siempre estábamos a la espera del DRS para adelantar. Las banderas rojas no las entendí: la primera sí, pero después… Fue poco claro”, advirtió sobre el caótico desenlace.

EL RB19 de Max Verstappen, un auto dominante con un piloto arrollador; MadMax logró su primera victoria en el circuito de Albert Park, en Melbourne
EL RB19 de Max Verstappen, un auto dominante con un piloto arrollador; MadMax logró su primera victoria en el circuito de Albert Park, en Melbourne - Créditos: @Robert Cianflone

Verstappen demoró 12 giros en recuperar la solidez. En el medio, el accidente de Alexander Albon (Williams), que provocó la primera bandera roja, el abandono de Russell –falló la unidad de potencia y el auto tomó fuego por unos segundos- y la maniobra para superar y minimizar a Hamilton. Dominante, fue el propio MadMax quien reanimó la carrera cuando pisó fuera de la pista al comprobar que los frenos del RB19 fallaron en las dos últimas curvas a falta de una decena de vueltas. “Con la salida de pista le hice un favor a la ciudad cortando el césped”, bromeó; “Bloqueé un poco el neumático y me fui ancho, pero teníamos buen margen sobre Hamilton”, relató sobre el incidente, que no terminaría siendo el último en su primer triunfo en Australia.

La polémica rodeó a Max Verstappen, que admitió que estuvo en el límite en el cajón de la grilla para la segunda largada de la Fórmula 1 en Melbourne
La polémica rodeó a Max Verstappen, que admitió que estuvo en el límite en el cajón de la grilla para la segunda largada de la Fórmula 1 en Melbourne - Créditos: @James Gasperotti

El accidente de Kevin Magnussen (Haas) en la Curva 2 generó el inicio del caos y la segunda bandera roja: en el reinicio, los españoles Fernando Alonso (Aston Martin) y Carlos Sainz (Ferrari) se enzarzaron y perdió el de Maranello, que recibió una penalización de cinco segundos por el incidente; también los franceses Esteban Ocon y Pierre Gasly, ambos de Alpine, chocaron, y los comisarios apuraron la tercera detención de la carrera, también criticada por Alonso. ¿Quedaba espacio para más? Sí, la suspicacia por la posición de Verstappen en el segundo relanzamiento, ubicado por delante de la línea amarilla –en las carreras anteriores por esa situación penalizaron Ocon y Alonso-, aunque el neerlandés no quebrantó las reglas: el neumático sobresalía de la línea, pero nunca estuvo fuera de la línea de contacto. “Estaba al límite, pero el límite es el límite. No es sobrepasarlo”, apuntó Verstappen, el monarca que reina con mano firme.

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