El verdadero futbolista con todas las letras: Pablo Miranda jugó en la A, la B, la C y la D

Pablo Miranda, el goleador que recorrió todo el fútbol argentino
Pablo Miranda, el goleador que recorrió todo el fútbol argentino

Nuestro país cuenta con un grupo reducido de futbolistas que pasaron por las cinco categorías. Pablo Miranda integra ese círculo y si armaran un equipo debería ser el capitán. El Pájaro, como se lo conoce en el fútbol, atesora otras particularidades que conforman una carrera extravagante. Una trayectoria única.

La última oración del párrafo anterior no es una exageración. Puede que sea una frase hecha, un lugar común, pero lejos está de ser una falacia. Lo hecho por Miranda es único en serio. Algunos datos sirven para sostener semejante afirmación. Jugó en cada escalón de la AFA: Primera D, Primera C, B Metropolitana, B Nacional y Primera A. Hizo goles en todas las divisiones de ascenso y también en la Copa Argentina. Goleó en la Bombonera a un Boca que tenía a Sebastián Battaglia, Juan Román Riquelme y Martín Palermo. Disputó el primer partido de Copa Libertadores de un club: Godoy Cruz. Llevó sus gambetas al mítico estadio Centenario de Uruguay. Le ganó a Independiente como visitante en el debut del Rojo en la B. Todo su recorrido deportivo (20 años en primera y sigue vigente) lo hizo en el país. Y la mejor apostilla es que tildó todos los ascensos del fútbol argentino: subió de la D a la C, de la C a la B Metro, de la B Metro a la B Nacional y de la B Nacional a la A. Un futbolista con todas las letras.

Pablo Miranda
Pablo Miranda


Pablo Miranda

“A pesar de que me hubiese encantado seguir jugando en primera división, estoy orgulloso de lo que hice en el fútbol. El último ascenso lo busqué y al conseguirlo siento que logré redondear una carrera diferente. Me propuse conseguir el único que me faltaba y por suerte lo pude lograr en 2018, con Defensores de Belgrano”, le cuenta el Pájaro Miranda, delantero de 37 años, a LA NACION.

Se dice que a la suerte hay que ayudarla y él la ayudó bastante. En la final de ese ascenso a la B Nacional –el que completó el álbum– metió el gol en el descuento para estirar la definición a los penales y después ejecutó el último, el que sentenció la serie. Antes de ese logro había conseguido dos ascensos con Villa San Carlos (en 2002 a la C y en 2009 a la B Metro) y uno con Olimpo (en 2013 a la A).

Pablo Miranda
Pablo Miranda


Pablo Miranda

El summun de su trayectoria, sin embargo, fue en Godoy Cruz. Y el mejor momento de aquella aventura se dio en febrero de 2011: con apenas cuatro días de diferencia, fue figura en la Bombonera (dos asistencias en la victoria por 4-1) y titular en el debut del Tomba en la Copa Libertadores (triunfo 2-1 sobre Liga de Quito).

“Fue una semana soñada. Lo de la Bombonera fue tremendo. Durante el partido jugué muy concentrado y cuando salí, que íbamos ganando 3-1, me di cuenta del clima que había: temblaba todo y parecía que se venía abajo el estadio. Si bien teníamos el trámite controlado, la gente me hizo sentir que nos iban a empatar; era algo impresionante, una locura. De los jugadores me llamaron la atención Riquelme y Palermo. A Román era imposible sacarle la pelota; entendía todo y jugaba como todos soñamos hacerlo. Y de Palermo me sorprendió su inteligencia para generarse situaciones de gol; estaba siempre bien ubicado y perfilado para definir”, narra Miranda con ojos grandes, todavía sorprendido. Y enseguida continúa el relato: “Lo de la Copa fue otro sueño: nos tocó jugar el primer partido de Godoy Cruz en la Libertadores en Mendoza, con estadio repleto y le ganamos a un campeón de América como es Liga de Quito. Algo impensado para mí, que un tiempito antes jugaba en Primera C”.

Pablo Miranda
Twitter @a_bellorini


Pablo Miranda (Twitter @a_bellorini/)

Esa etapa histórica del Tomba se explica desde los nombres propios: entre otros, Sebastián Torrico, Leonardo Sigali, Nicolás Sánchez, Diego Villar, Carlos Sánchez, Ariel Rojas y Rubén Ramírez . Un equipazo. “Yo sentía que siempre éramos mejores que los rivales”, confiesa Miranda, actualmente en Villa San Carlos.

El Pájaro siempre voló por territorio argentino. Además de los clubes mencionados, también jugó en Brown de Adrogué, Platense y Desamparados de San Juan.

“Ya en la Primera C de hace quince años su presencia provocaba una mueca de alegría. En esa tierra indómita de pelotazos, pierna noble pero fuerte y lucha hasta dejar la última gota, él marcaba diferencia”, explica Ezequiel Del Bueno, periodista de Revista Ascenso, y agrega: “Hace casi veinte años que lo conozco y jamás logré entender cómo un tipo que juega tan bien a la pelota es tan humilde. Ante tanto tipo que se agranda por nada, a él es imposible sacarle una nota altisonante”.

Miranda lo explica con la sencillez que lo caracteriza. La serenidad es su sello. “Muchos se sorprenden de que sigo siendo igual, pero yo soy así. Lo único que ya no hago es ir a jugar al fútbol a la plaza después de entrenar y no voy porque no me da el físico”, dice mientras sonríe. Una pausa como esas que hace en la cancha y define (en este caso la idea): “Mi vida siempre fue igual y con los mismos amigos de mi barrio”.

Más allá del orgullo que le genera lo hecho hasta ahora, Miranda va por más. Es humilde, pero ambicioso. Ganador. Poco le importa que está a diez tantos de ser el goleador histórico de Villa San Carlos. Él sueña con otro ascenso: “No sé ni cuántos goles tengo y no es algo que esté buscando. Prefiero subir a la B Nacional porque soy hincha y porque me encantaría jugar en esa categoría con mi club, algo que todavía no se me dio”.

Hace unos días Lucas Licht firmó con Villa San Carlos. El exjugador de Gimnasia, el que marcó a Lionel Messi y fue dirigido por Diego Maradona, se dará el gusto de jugar con un futbolista único: Pablo Miranda. El Pájaro que voló por todo el fútbol argentino.