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Un verano cruel y un futuro incierto

Tokio, 5 ago (EFE).- El verano de 2021 pintaba prometedor para la selección femenina de baloncesto española. Un Eurobasket en casa, en Valencia, y unos Juegos Olímpicos coincidían en apenas dos meses, un impulso ilusionante tras un verano en blanco por la pandemia. Derrotadas en ambos en cuartos de final, el futuro de una selección en reconstrucción es incierto, ya que quedó fuera del Mundial 2022.

En el Eurobasket, el infortunio se presentó a las puertas de la selección justo antes de iniciar el torneo en forma de positivos por covid de Tamara Abalde y Alba Torrens. El golpe se notó en la derrota ante Bielorrusia, pero el equipo español recuperó sensaciones, hasta que llegaron los cuartos contra Serbia. Aquel partido golpeó mucho al equipo español, que perdió después ante Rusia un duelo que les dejó fuera del Mundial 2022 de Australia.

Los Juegos Olímpicos de Tokio se antojaban como una oportunidad de reivindicación. "Pocas veces puedes resarcirte de un golpe duro y ahora podemos", dijo el seleccionador español Lucas Mondelo en una entrevista con la Agencia EFE nada más llegar a Tokio.

Con esa nueva oportunidad, ahora sí con Torrens y Abalde, con la ilusión del recuerdo de la plata en Río 2016 y del último gran torneo de la capitana Laia Palau -la jugadora de baloncesto más longeva de la historia de los Juegos Olímpicos-, la selección se dirigió a Tokio.

El inicio fue dubitativo ante un rival, Corea del Sur, del que las españolas ya estaban avisadas de su peligro, y más a las 10.00 horas, un horario extraño para el equipo español. Las jugadoras solventaron el brete ganando 69-73 con más oficio que brillantez.

A partir de entonces fue todo una línea ascendente. Contra Serbia, en un partido simbólico por el duelo de cuartos perdido anteriormente, España supo resistir, remontar y acabar logrando una victoria de valor y encima aumentar el margen en los instantes finales (85-70), con la joven Maite Cazorla emergiendo como pieza clave con su acierto desde la línea de tres puntos.

Ante Canadá, la selección hizo probablemente su partido más completo (66-76), un duelo que llamaba a la esperanza en un futuro prometedor en las eliminatorias: primera de grupo, lo que le permitía evitar a Estados Unidos.

Sin embargo, el sorteo no fue todo lo benévolo que podría haber sido: las españolas fueron emparejadas con Francia, un rival físico, herido por las múltiples finales europeas perdida con las españolas, y que claramente había ido de menos a más tras perder con Japón, ganándole bien a Nigeria y planteando batalla a Estados Unidos.

El potencial físico de las galas preocupaba a la escuadra española, que no se encontró en el partido. Empezó bien, pero entre el poderío interior de las francesas y una Marine Johannes en trance anotador (acabó con 18 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias), tuvieron que apretar al final para llegar a un final a cara o cruz, en el que no entraron muchas bandejas fáciles y tampoco los triples a la desesperada. Otra vez fuera en los cuartos de final.

"Ha sido un verano cruel, hemos perdido en cuartos de final, contra un equipo que sabemos que nos ha ganado muchas veces, pero al que hemos ganado pocas pero importantes, y no ha sido ese día", resumió Laia Palau, para quien esta derrota encerraba un doble pesar: la eliminación y el final de su último torneo con la selección.

No quiso anunciarlo públicamente, pero este era su último verano con la selección. "Todos sabemos lo que va a pasar, pero no quiero que se hable esto hoy", dijo la base del Uni Girona, sobre la que también gravita la duda sobre si habrá sido su último partido como jugadora profesional.

El resto de sus compañeras enfocaron en ella su pesar. "Lo siento por Laia, porque queríamos ganar una medalla por ella", dijo Astou Ndour. "Si al final decide no volver, no hay que recordar este momento, sino muchísimos otros", defendió Alba Torrens.

UN GRUPO EN FORMACIÓN SIN UN GRAN TORNEO LA PRÓXIMA TEMPORADA

En el lado positivo de la balanza, el presidente de la Federación, Jorge Garbajosa, enfatizó que las jugadoras más jóvenes, llamadas a ser el futuro del equipo, como Raquel Carrera, Maite Cazorla o María Conde, han tenido en este verano una experiencia profesional muy valiosa de cara al futuro.

"Han roto el caparazón de la primera competición internacional con galones. El primer torneo internacional es durísimo y ellas ya lo han pasado", resaltó Garbajosa.

"Son gente joven, pero están preparadas, tienen carácter ganador, el desparpajo de líder y creo que hay España para rato y el futuro lo tenemos asegurado", añadió Cristina Ouviña.

Incluso el seleccionador Lucas Mondelo dio a entender en la rueda de prensa tras el partido que veía el cambio generacional completado con éxito. "Es una pena, y una esperanza, el equipo ha competido muy bien los Juegos Olímpicos y está enseñando que está preparado para volver otra vez en el Europeo de 2023 a por medallas", dijo el técnico.

La mención al Europeo de 2023 es obligatoria, porque España perdió en el Eurobasket de Valencia el acceso al Mundial de Australia 2022. Estará ausente de una competición veraniega por primera vez desde Londres 2012. Un golpe duro para un equipo en recomposición generacional.

La Federación ya trabaja en alguna opción alternativa, aseguró Garbajosa. "Ojalá pudiéramos estar en el Mundial, nos hubiera encantado merecerlo en la cancha, no lo hemos conseguido, pero hay alternativas y estamos trabajando en ello y a principios de año podremos contarlo", dijo el presidente de la FEB, de forma velada. Un incierto futuro para la selección, que próximamente dirá adiós oficialmente a Laia Palau, su gran capitana, tras un verano cruel.

Miguel Ángel Moreno

(c) Agencia EFE