Tour de Francia femenino: en el camino hacia la igualdad en el ciclismo, la prueba volvió después de 33 años, con una líder singular

La llegada de la quinta etapa, con Lorena Wiebes al frente, delante de Marianne Vos, que mantiene la camiseta amarilla que se calzó tras la segunda jornada del Tour de Francia Femenino.
La llegada de la quinta etapa, con Lorena Wiebes al frente, delante de Marianne Vos, que mantiene la camiseta amarilla que se calzó tras la segunda jornada del Tour de Francia Femenino. - Créditos: @JEFF PACHOUD

MEAUX, Francia.– Después de ganar la segunda etapa del Tour de Francia Femenino, la ciclista neerlandesa Marianne Vos se puso por primera vez el maillot amarillo de líder de la carrera y explicó que, en realidad, este momento tan especial no era algo que siempre había sido un sueño para ella.

De niña, Vos había asistido al Tour de Francia todos los veranos y había acampado con su familia a lo largo del recorrido durante las tres semanas, gritando ánimos mientras los ciclistas atravesaban a toda velocidad las carreteras llanas, subían los puertos de montaña llenos de curvas y bajaban en picada. Allí fue donde Vos, medalla de oro olímpica y ganadora de numerosos campeonatos mundiales, se enamoró del ciclismo. Pero la carrera era sólo para hombres, así que nunca fue su objetivo ganarla.

Marianne Vos se puso el maillot amarillo por primera vez en la segunda etapa del Tour de Francia femenino y lo mantiene
Marianne Vos se puso el maillot amarillo por primera vez en la segunda etapa del Tour de Francia femenino y lo mantiene - Créditos: @JEFF PACHOUD

Sin embargo, con el tiempo, cuando se convirtió en una de las ciclistas femeninas más destacadas de la historia, se dio cuenta: ¿Por qué los hombres deben recibir toda la atención de los medios de comunicación, la adulación de los aficionados y el dinero que sólo puede aportar el Tour de Francia? Esta constatación fue, en parte, el motivo por el que esa competencia para las mujeres se reactivó esta semana tras 33 años de ausencia. Vos fue una de las principales impulsoras de la recuperación de la carrera femenina, que se celebró una vez en 1955, y luego de 1984 a 1989, antes de que desapareciera de nuevo durante una generación.

No fue hasta el domingo, a la sombra de la Torre Eiffel y bajo un sol abrasador de verano, que las mujeres (144 corredoras de 24 equipos) volvieron a subirse a sus bicicletas en una carrera asociada al Tour, la más prestigiosa del ciclismo.

“Por supuesto, se puede decir que tal vez ha tardado demasiado, pero sí, estoy feliz de que esté aquí”, dijo Vos, que mantuvo el maillot amarillo el martes después de terminar segunda en la tercera etapa. Fue su segundo puesto en tres días. “Creo que es el momento adecuado”. Para algunas ciclistas y defensoras de los derechos de las mujeres como Vos, el momento ha sido el adecuado desde hace al menos una década.

Lorena Wiebes, que venció en dos etapas del Tour de Francia femenino, celebra en la llegada delante de Marianne Vos, que lidera la carrera
Lorena Wiebes, que venció en dos etapas del Tour de Francia femenino, celebra en la llegada delante de Marianne Vos, que lidera la carrera - Créditos: @JEFF PACHOUD

En 2013, Vos y otras tres ciclistas –la estadounidense Kathryn Bertine, defensora del ciclismo femenino de Bronxville (Nueva York); la ex campeona británica de contrarreloj Emma Pooley, y la británica Chrissie Wellington, cuatro veces campeona de Ironman– estaban tan seguras de que era el momento adecuado para un Tour femenino que formaron un grupo llamado Le Tour Entier (en francés, El Tour Entero) para conseguir el apoyo del público para celebrarlo. Sus esfuerzos por convencer a la Amaury Sport Organisation (ASO), la empresa que gestiona el Tour, funcionaron, pero solamente hasta cierto punto.

ASO aceptó recibir una carrera en 2014 que claramente no era “The Whole Tour”, teniendo en cuenta que la primera edición de la carrera era aproximadamente un 2% más larga que la carrera masculina. La prueba, llamada La Course de Le Tour de France, era una competencia en un circuito de un día celebrada el último día del Tour masculino, en París. Vos ganó ese día y luego volvió a imponerse en 2019.

“Se suponía que ASO agregaría de tres a cinco días de carrera a esa prueba de un día hasta que la carrera femenina alcanzara la paridad con la carrera masculina de 21 días”, expuso Bertine en una entrevista telefónica el lunes, pero eso nunca sucedió. La Course fue sustituida este año por el Tour de France Femmes, de ocho días, más largo que La Course, pero no tanto como el Tour masculino.

El pelotón recorre el camino en el regreso del Tour de Francia femenino al calendario deportivo; Marianne Vos, que lleva el maillot amarillo, es una de las impulsoras
El pelotón recorre el camino en el regreso del Tour de Francia femenino al calendario deportivo; Marianne Vos, que lleva el maillot amarillo, es una de las impulsoras - Créditos: @JEFF PACHOUD

“Creo que la presión social ejercida sobre ASO fue la razón por la que finalmente, después de ocho años, decidieron aumentar la carrera femenina”, dijo Bertine, que realizó un documental llamado “Half the Road” que analizaba las desigualdades de género en el ciclismo. “Mi mayor temor es que esta carrera siga siendo de ocho días durante otros ocho años, porque es aterrador ver el historial de la ASO en esto. Son dinosaurios que se resistieron a esto durante mucho, mucho tiempo”.

Bertine lamentó que el ciclismo femenino retrocediera poco después de la celebración del Tour femenino en 1984. Seis equipos corrieron ese Tour al mismo tiempo que los hombres, con las mujeres saliendo 35-45 millas al frente cada día. Las mujeres corrieron 18 de las 21 etapas, incluyendo la escalada del intimidante Alpe d’Huez, y todas menos una terminaron. Marianne Martin, de Boulder (Colorado), se convirtió en la primera ciclista estadounidense –femenina o masculina– en ganar el Tour de Francia.

El domingo pasado en París, con un vestido amarillo sin mangas del mismo color que el maillot de líder del Tour, Martin, de 64 años, estuvo en la salida del Tour de Francia Femenino para animar a las corredoras. Recordó haber pasado por delante de miles de aficionados en aquella cita de 1984, unas horas antes de que la carrera masculina llegara a la ciudad, y sentir la emoción que los hombres han experimentado anualmente desde que la carrera comenzó en 1903.

El final de la quinta etapa

“La gente gritando. Banderas ondeando. Los cencerros sonando. Nunca había visto nada igual. El domingo, el ambiente era el mismo, y eso era estimulante”, rememeró. Una noche de aquel Tour de 1984, se unió a un equipo masculino para cenar y se dio cuenta de que su hotel era mucho más bonito y su comida mucho mejor que la de las mujeres. Sin embargo, no se inmutó.

“No me importaba porque estábamos en el Tour de Francia y me daban un masaje todos los días y nos daban de comer y nos hacían correr en bicicleta todos los días en Francia”, explicó Martin. “No tenía expectativas de más”.

Recuerda que ganó unos 1.000 dólares y un trofeo. El ganador masculino, el francés Laurent Fignon, ganó más de 100.000 dólares. Este año, además, hay una enorme disparidad entre los premios en metálico de hombres y mujeres.

Las mujeres se llevarán unos 250.000 dólares, y la ganadora de la carrera en general recibirá unos 50.000 dólares. En el caso de los hombres, la bolsa superó los 2 millones de dólares, y el danés Jonas Vingegaard ganó más de 500.000 dólares por quedar primero.

El festejo de Lorena Wiebes al cabo de los 175,6 km de la quinta etapa del Tour de Francia Femenino
El festejo de Lorena Wiebes al cabo de los 175,6 km de la quinta etapa del Tour de Francia Femenino - Créditos: @JEFF PACHOUD

Todavía queda un largo camino por recorrer para que las mujeres alcancen la paridad en este deporte. La Federación Internacional de ciclismo, por ejemplo, limita la distancia que pueden recorrer en un día, que es mucho menor que la máxima de los hombres. (El recorrido olímpico de las mujeres, en otro ejemplo, es 60 millas más corto que el de los hombres). El salario mínimo de los hombres en el WorldTour es más alto que el de las mujeres, y los presupuestos de los equipos femeninos suelen ser una miseria comparados con los de los hombres.

Linda Jackson, propietaria del equipo ciclista femenino EF Education-TIBCO-SVB, señaló que “el camino hacia la cima del deporte –y hacia la igualdad– requerirá tanto tiempo como un plan calculado para el éxito, especialmente cuando se construye algo sostenible”. Ex banquera de inversiones, fundó su equipo en 2004, con el objetivo de competir algún día en Europa. Su equipo lo hace ahora en el WorldTour femenino y también en el Tour de Francia Femenino este año.

“Hay muchos indicios de que el deporte está en alza para las mujeres”, sostuvo, y puso ejemplos: “Más carreras, más cobertura televisiva y salarios mínimos más altos que ayudan a las ciclistas a centrarse únicamente en su entrenamiento, lo que significa un mayor nivel de competición”.

También fue crucial que Zwift, una empresa de tecnología de fitness, firmara un contrato de cuatro años como patrocinador principal del Tour de Francia Femenino. En 2020, se emparejó con ASO para organizar la carrera en forma virtual durante la pandemia, y los números de audiencia de los eventos femeninos fueron tan altos que esa compañía finalmente se comprometió a ayudar a ASO a revivir el Tour femenino.

La alegría de Marianne Vos, que está corriendo el Tour de Francia femenino que soñaba y es la puntera de la prueba tras cinco jornadas
La alegría de Marianne Vos, que está corriendo el Tour de Francia femenino que soñaba y es la puntera de la prueba tras cinco jornadas - Créditos: @JEFF PACHOUD

“ASO, en concreto, no lo hace porque, ‘la igualdad para las mujeres, ¿no sería bueno tenerla?’ Lo hacen porque ven el creciente impulso de este deporte”, aseguró Jackson. Y añadió: “No van a tener un Tour femenino en 20 años si pierden dinero durante tres o cuatro años. ASO tiene que llegar a un punto de equilibrio como mínimo”.

La exposición mediática es el componente más importante para el éxito de la carrera, según Jackson, y con dos horas y media de cobertura televisiva en directo al día en este Tour femenino, “esta carrera tiene el potencial de cambiar nuestro deporte para siempre”. Kathrin Hammes, que corre para el equipo de Jackson, expresó: “La gente presta atención cuando oye hablar del Tour de Francia. Es la única carrera que todo el mundo conoce”.

Muchas de las mujeres que corren el Tour dijeron que un evento de ocho días es un buen comienzo, pero que ya esperan más. La ciclista neerlandesa Annemiek van Vleuten, una de las favoritas de la carrera, aseveró que está preparada para un reto de tres semanas, igual que la prueba que afrontan los hombres. Añadió que estaría “superemocionada” por una subida épica como la del Alpe d’Huez, porque sería otro hito para el ciclismo femenino.

Por ahora, a las corredoras les quedan varios días antes de llegar a las etapas finales, que se desarrollarán en los Montes Vosgos y terminarán con una dolorosa subida a la Super Planche des Belles Filles, una cumbre que a veces se incluye en el Tour masculino. Y a Vos –que ha hecho casi todo lo que hay que hacer en el ciclismo– le quedan unos días para poder mirar atrás y apreciar su papel como corredora y defensora que ayudó a hacer realidad todo el evento.

Tal vez recuerde a las chicas jóvenes que gritaban su nombre mientras se alineaban a lo largo del recorrido y veían al pelotón partir en la segunda etapa. O al grupo de hombres de una sociedad de fabricación de queso brie que llevaban capas amarillas cremosas y sombreros de copa plana a juego que le pidieron un selfie.

Pero al principio de la carrera, Vos dijo que no podía pensar en nada más que en los muchos kilómetros que tenía por delante. “Estoy muy agradecida a todos los que han puesto su energía en hacer posible esta carrera”, indicó. “Pero también estoy centrada en la carrera ahora. Dejaré que lo asimile y pensaré en lo que ha pasado quizás al final, después de la temporada, o incluso en un par de años”.

Al salir de la carrera, comentó: “Todo lo que sé ahora es que el Tour de Francia es más grande que el deporte”.