Anuncios

Toropí Trail Run: una carrera diferente, en un ámbito prehistórico y dónde florecen los sueños de los atletas del futuro

Corriendo a través del Toropí: una experiencia única
Corriendo a través del Toropí: una experiencia única - Créditos: @Matias Vogt

Una llanura tajeada que muere en la orilla del Paraná. Allí, hace decenas de miles de años, megamamíferos dejaron sus huellas que se descubren, hoy, en la reserva paleontológica Toropí, de Bella Vista, Corrientes. Por esa tierra prehistórica y salvaje se corrió la Toropí Trail Run. Una carrera que atravesó la naturaleza, y donde dejó su marca el futuro. Jóvenes corredores se destacaron entre cientos de participantes. Varios ganaron las distancias más importantes, otros lucharon entre los primeros, alguno tuvo que abandonar al sorprenderse con la primera gran lesión de su, corta, vida. Pero todos enseñaron cómo, en un mundo cada vez más virtual, se puede ser joven y deportista.

La reserva paleontológica Toropí es un lugar distinto a cualquier otro. Aún desconociendo que allí surgen huesos a simple vista, de un terreno que se llega a remontar a tres millones de años de antigüedad; incluso sin saber que decenas de especies prehistóricas surgieron de esa tierra. Se percibe que ese paisaje resguarda tesoros del pasado. En esa geografía brutal se corrió el año pasado, casi emergiendo de la pandemia, por primera vez la Toropí Trail Run. Allí volvió este año LA NACION para cubrir la segunda edición de esta carrera, que convoca a gran parte de deportistas del norte de la provincia de Corrientes, pero también aventureros de Santa Cruz o Misiones. Y allí surgieron historias para contar.

La largada del Toropí Trail, un momento único
La largada del Toropí Trail, un momento único - Créditos: @Matias Vogt

Quisiera ser gendarme, porque ahí puedo seguir corriendo, y me gusta el trabajo que hacen contra el narcotráfico”, cuenta Carlos Daniel Correa, 19 años, de Bella Vista, sentado al costado del arco de llegada. El sol pega suave en la mañana del domingo. Hará media hora que cruzó ese arco siendo el primero en cubrir la mayor distancia que ofrecía la carrera, 21 km. “Felicitaciones ‘Nano’, ¡un carrerón!”, pasa un amigo y le dice mientras lo palmea. Para todos es “Nano”, incluso para su hermano Cristian, dos años mayor, que lo vino a alentar.

Empecé a correr a los 6 años”, cuenta “Nano”. “Ahora entreno con las indicaciones de Matías [Robledo, 5 veces campeón argentino de 100 metros], corro de lunes a sábado y los martes y jueves sumo otro turno de gimnasio”. El año pasado terminó la secundaria y ahora está haciendo el ingreso a Gendarmería. Es el único de su grupo de amigos que entrena. “Algunos me dicen ‘way, te la pasás corriendo…’, pero al que no me entiende le digo que corra y ahí va a entender”.

Carlos "Nano" Correa, de 19 años, uno de los corredores
Carlos "Nano" Correa, de 19 años, uno de los corredores - Créditos: @Matias Vogt

“Nano” entiende que para seguir ganando carreras (viene primero en el campeonato correntino) tiene que seguir entrenando. Y que para entrar en Gendarmería, tiene que seguir estudiando. “Para hacer ambas cosas dejo de lado tiempo con mi familia”, explica, pero asegura que vale la pena.

Escuela de corredores

Priscila Romero nació hace apenas 14 años en Goya, a casi 100 kilómetros de Toropí. Se despertó a las seis de la mañana de un domingo fresco para poder estar puntual a las 9 bajo el arco de largada, lista para enfrentar 7 kilómetros. Apenas largó cruzó arroyos, trepó pequeños acantilados, atravesó dunas, se enterró en el barro y traspasó llanuras de pajonales, para llegar primera de todas las damas, en la distancia más corta de la carrera, siendo la más chica de todas.

Empecé a correr con 11 años y me gusta entrenar todos los días”, declara Priscila luchando contra la timidez. Ella es alumna del profesor Germán Sánchez, que junto con otros siete chicos de la escuela municipal de atletismo de Goya, viajaron hasta Toropí para competir. “Es difícil que la hagas hablar a Priscila”, confiesa Germán, “pero a pesar de su edad, es de las más disciplinadas”.

Priscila Romero y Gonzalo Guzmán junto a su entrenador, Germán Sánchez
Priscila Romero y Gonzalo Guzmán junto a su entrenador, Germán Sánchez - Créditos: @Matias Vogt

El primer año del profesor Sánchez en la escuelita fue a pulmón, sin sueldo, sin apoyo. Pero el grupo fue creciendo y ahora depende del municipio, con casi 70 chicos de entre 7 y 18 años que no solo corren, sino también lanzan y saltan, todas las disciplinas del atletismo. Así ve Germán la transformación de los chicos en el deporte: “Con el paso de los entrenamientos los chicos se vuelven más constantes y comprometidos. Y también los tenemos cortitos, el que no quiere venir que no venga, trabajamos para los que se lo toman en serio”.

Uno de esos que se lo toman en serio, es Gonzalo Guzmán. Tiene 17 años y vive desde los 3 con sus abuelos, María y Oscar. En la fecha anterior del circuito correntino ya había salido segundo en los 7 km. Ahora regresaba a Toropí Trail Run para participar en la misma distancia y con muchas expectativas. “Mi abuela me cocina sano toda la semana previa a la carrera: lentejas, bife, zapallo”, detalla Gonzalo. Largó la distancia, se enfrentó a los mismos obstáculos del terreno que Priscila, pero en el kilómetro 4, cuando estaba muy cerca del puntero, se dobló un tobillo.

Mientras que Priscila Romero fue la corredora más joven en terminar la carrera, una torcedura del tobillo le impidió a Gonzalo Guzmán hacerlo
Mientras que Priscila Romero fue la corredora más joven en terminar la carrera, una torcedura del tobillo le impidió a Gonzalo Guzmán hacerlo - Créditos: @Matias Vogt

Intenté seguir pero no pude, pensé que iba a poder, lo intenté…”, relata Gonzalo mirando el piso, sobre ese momento “Se me vino a la mente todo lo que me mato entrenando, todos los días, aunque llueva… y me viene a pasar esto”, agregó, apesadumbrado.

Lo fueron a buscar en una camioneta al circuito y lo llevaron al lugar de la llegada. “Donde sepan que me lesioné, mis abuelos no me van a dejar correr hasta que no esté bien”, calcula Gonzalo, y cuenta que María y Oscar ponen sus trofeos en el mueble del living, donde más se ven. “A mí me da felicidad que ellos lo disfruten”.

Ezequiel Vivaldo, de 15 años, junto a su mamá Alicia
Ezequiel Vivaldo, de 15 años, junto a su mamá Alicia - Créditos: @Matias Vogt

El que sí pudo terminar, incluso siguiendo de cerca los pasos de Gonzalo, fue Ezequiel Vivaldo. Es uno de los pioneros de la escuelita de atletismo de Goya, empezó con 11 años, hoy tiene 15. “Germán fue a mi colegio a invitarnos y fui el único de mi aula que fue al entrenamiento”, recuerda esos inicios Ezequiel. Terminó cuarto en los 7 kilómetros y al lado del arco de llegada, desde que largó, lo estaba esperando Alicia, su mamá: “Tiene mucho entusiasmo, siempre hizo deporte, pero el atletismo lo practica con más disciplina. Yo solo le pido que disfrute más allá del resultado”.

La transformación a través del deporte

“Mis amigos salieron todos anoche, pero ellos entienden que tenés que ser responsable. Hay que dejar la joda y enfocarte en lo que te gusta”, el que habla es Gustavo Cisterna, de 19 años y ganador de los 12 km, otra de las tres distancias que ofreció competencia. Al igual que “Nano”, el ganador de los 21 km, él también se entrena con Matías Robledo. Es que todo el running team de este pentacampeón nacional de 100 metros, fueron los organizadores de la Toropí Trail Run. La gran mayoría del equipo estuvo trabajando en el evento y solo compitieron los que tenían más chances de pelear un podio.

Gustavo Cisterna y Nano Correa, ganadores de los 12 y 21km respectivamente, comparten el mismo entrenador: Matías Robledo
Gustavo Cisterna y Nano Correa, ganadores de los 12 y 21km respectivamente, comparten el mismo entrenador: Matías Robledo - Créditos: @Matias Vogt

“Yo también fui un chico que practicó atletismo”, explica Robledo “y entiendo cómo te transforma el deporte en esa edad tan formativa, donde tu vida va tomando el camino que, tal vez, te marque para siempre”. Matías nació en Bella Vista y triunfó en el atletismo nacional. Hoy no sólo lleva adelante el running team y la carrera, sino también la escuelita de atletismo de su ciudad.

La intendente de esa localidad, Noelia Buzzi, también estuvo acompañando la carrera: “Es un evento de significancia para nosotros, por la cantidad de gente que participa y porque refuerza nuestro producto turístico estrella, que es la reserva del Toropí”. Y en esa ciudad, Bella Vista, todas las noches sale a correr un chico, Gustavo, el que ganó los 12 kilómetros.

Reserva arqueológica de Toropí
Reserva arqueológica de Toropí

Mamá me espera para cenar. Antes cenábamos más temprano. Pero mis papás son gente de antes, de estar todos juntos para comer”, cuenta Gustavo. También cuenta que le gustaría estudiar mecánica naval, que se cursa en la escuela Manuel Belgrano y que no quiere dejar de correr en Buenos Aires, que quisiera combinar el estudio y el entrenamiento.

La reserva de Toropí: belleza pura
La reserva de Toropí: belleza pura

Él y más de cuatrocientas personas corrieron a través de la reserva paleontológica por los circuitos salvajes de la Toropí Trail Run. Él y un puñado de jóvenes marcaron su huella firme, lanzados hacia el futuro, aprendiendo en cada entrenamiento los frutos de la constancia, la planificación de metas, el esfuerzo que nadie ve. Al menos así lo ve Gonzalo, futuro mecánico naval: “Hoy correr es mi pasión, me gusta, es algo sano, y mis papás están orgullosos”.

La reserva paleontológica Toropí, en Paraná, la sede de la carrera
La reserva paleontológica Toropí, en Paraná, la sede de la carrera - Créditos: @Matias Vogt