Anuncios

Torneo 2021. River desbordó a Aldosivi y encontró el punto de partida como para relanzarse

La palomita de Enzo Pérez que reportó el 2-0 frente a Aldosivi; River mejoró mucho y se aproximó a la delantera del Torneo 2021.
LA NACION/Mauro Alfieri

Herido y con la sangre en el ojo. Así jugó River. Con sed de revancha rápida. Con ganas de recuperarse y mostrar una imagen muy distinta a la que había dejado en Brasil y en La Plata en sus últimas actuaciones. Con la necesidad de conseguir un triunfo revitalizador para empezar a enderezar su rumbo en el Torneo 2021. Y lo logró con creces. Le ganó por 2-0 a Aldosivi y quedó a dos unidades de la cima, pero fundamentalmente ejecutó su plan de juego a la perfección, superó ampliamente a su rival y levantó niveles individuales que venían en caída. Una noche que debe aprovechar como punto inicial para crecer.

En búsqueda de esas famosas respuestas futbolísticas que necesitaba, Marcelo Gallardo volvió a cambiar nombres y esquema para jugar con Aldosivi. River dejó atrás el 4-1-3-2 ante las ausencias por lesiones musculares de Nicolás De La Cruz y Jorge Carrascal y volvió a la línea de tres marcadores centrales con un 3-4-3 en el que Robert Rojas retornó al equipo después de más de un mes de ausencia por una pubialgia. Y la decisión tenía una clara búsqueda que le salió bien: forzar las pérdidas de un rival que se posiciona 4-3-3, jugar lo más directamente posible y atacar con espacios.

Compacto de River 2 vs. Aldosivi 0

El gol a los 14 minutos fue la síntesis de lo que intentó el equipo: salida rápida con los centrales libres, velocidad de pelota sin demasiada participación de los dos mediocampistas y búsqueda vertical con la proyección constante de sus carrileros Alex Vigo y Milton Casco, ubicados en la misma línea que Enzo Pérez y Bruno Zuculini. Así, River construyó el 1-0 con cinco toques y una gran conexión entre Casco y el pivote Braian Romero, que asistió a Julián Álvarez para un preciso remate cruzado. Con los tres delanteros exigiendo constantemente, exprimir los espacios que dejaba el equipo dirigido por Fernando Gago fue la otra premisa para imponerse en el Monumental.

Los tres defensores centrales tuvieron libertad y precisión para soltarse y hacer el primer pase. Romero por el centro y Álvarez y Suárez por los costados fueron los primeros defensores, con una marcada presión alta para impedir la salida limpia de su rival. De esa manera, River dejó al fondo de Aldosivi sin receptores en el mediocampo y lo complicó en sucesivas ocasiones, hasta que una jugada cambió el transcurso del partido: la expulsión a Fabricio Coloccini a los 29 minutos por evitar un gol de Romero tras una gran combinación de presión, recuperación y habilitación de Álvarez, el punto más alto del equipo.

Matías Suárez ataca delante de Fabricio Coloccini; el defensor de Aldosivi fue expulsado tempranamente y condicionó el potencial del equipo visitante.
LA NACION/Mauro Alfieri


Matías Suárez ataca delante de Fabricio Coloccini; el defensor de Aldosivi fue expulsado tempranamente y condicionó el potencial del equipo visitante. (LA NACION/Mauro Alfieri/)

Pero Álvarez pateó mal en el penal, sin potencia ni dirección adecuada, y el arquero José Devecchi lo contuvo el disparo. Esa liviana ejecución se dio en medio de una sucesión de ocasiones desperdiciadas que expusieron una realidad: pese al contexto positivo que le permite fijar un punto de partida para recuperarse, River queda con una pequeña sensación negativa, haber podido ganar por varios goles y no hacerlo.

El fondo del Tiburón le dio muchas ventajas al conjunto millonario y el local tuvo al menos otras cinco situaciones claras de gol en la primera parte. Esa marcada falta de eficacia es uno de sus problemas más grandes de este año. River suele generar las oportunidades, pero tiene muy escasa contundencia como para dominar el partido desde el resultado con comodidad. Y ese es un punto que debe afinar en el corto plazo.

Marcelo Gallardo volvió a modificar protagonistas y el esquema; le salió bien, porque River se recuperó ampliamente en el juego.
LA NACION/Mauro Alfieri


Marcelo Gallardo volvió a modificar protagonistas y el esquema; le salió bien, porque River se recuperó ampliamente en el juego. (LA NACION/Mauro Alfieri/)

Sin ir más lejos, la tónica en el segundo tiempo no cambió. El equipo de Gallardo nunca bajó su intensidad, Devecchi se sostuvo como figura y los millonarios se impacientaron por no concretar. Hasta que, a los 14 minutos, Zuculini se lució con una recuperación, Casco desbordó y apareció una palomita salvadora de Enzo Pérez, que marcó el 2-0 y, en su festejo, automáticamente pateó una pelota, de bronca. Un desahogo absoluto que le permitió controlar el partido hasta el final con un jugador más durante 60 minutos y regular cargas físicas con los cambios.

Gallardo cambió y su equipo tuvo uno de sus mejores rendimientos del semestre. Marcó una clara diferencia contra un endeble Aldosivi y se acercó a la punta de la liga. Ahora viajará a Junín para enfrentarse con Sarmiento el lunes, con seis bajas por la ventana FIFA y otros cinco jugadores lesionados. Será una prueba como para aprovechar el envión de la victoria de este jueves y sacarle el máximo provecho posible para potenciar su juego y su mentalidad. River reaccionó. Ahora necesita sostenerlo.