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Top 12 de la URBA. Público aglomerado y barbijos a medias, a pesar del esfuerzo (y el temor) de los clubes

El vibrante triunfo sobre SIC en el Top 12 de la URBA es celebrado por una multitud de jugadores e hinchas de Newman aglutinados, con la tribuna principal casi vacía.
LANACION/Rodrigo Nespolo

Ganarle a San Isidro Club en el último minuto dando vuelta el resultado, arrebatándole la punta del campeonato y demoliendo el invicto del campeón es una situación difícil de contener emocionalmente. Por eso gran parte del público de Newman invadió la cancha para celebrar con sus jugadores, a los saltos y con cantos. Pero, claro, aún es tiempo de pandemia.

Fueron unos pocos minutos de aglomeración masiva en el campo, lejos de ser la “bomba biológica” que resultó aquel Atalanta-Valencia de Champions League de principios de 2020. Pero aún es tiempo de pandemia. Y aunque alguna alta autoridad nacional arguya que el incumplimiento de normas sanitarias es incorrecto sólo si existe contagio, todavía hay que mantener los cuidados. Aun al aire libre.

Esa imagen impactó en el final de una semana en que la Unión de Rugby de Buenos Aires, advertida por la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide), reforzó el pedido a sus clubes de que se cumpliera el protocolo por el que se había autorizado la vuelta del rugby local: uso de tapabocas, distanciamiento social, no utilización de vestuarios, inexistencia de terceros tiempos y exclusividad de socios del club local. El organismo había observado con preocupación que en el rugby de Buenos Aires había gente amuchada y sin barbijo. ¿Bajo pena de qué? Riesgo de suspensión del Top 12. Directamente.

Mucha concurrencia en poco espacio y barbijos mal puestos o directamente ausentes en Belgrano vs. Alumni.
LANACION/Santiago Filipuzzi


Mucha concurrencia en poco espacio y barbijos mal puestos o directamente ausentes en Belgrano vs. Alumni. (LANACION/Santiago Filipuzzi/)

A los clubes los aterra la idea de que se corte el juego. Los chicos ya no toleran no poder retozar por las canchas. Y demasiados se han borrado de divisiones menores de algunas entidades. La cuarentena dejó secuelas en más de un sentido. Entonces, los dirigentes intentan hacer buena letra. En esta sexta fecha del certamen, el partido en observación era Newman vs. SIC, por lo deportivo (4º contra 1º) y por la vidriera que era: el único televisado. Vidriera deportiva y vidriera sanitaria. Los responsables del rugby de Newman se movieron: comunicaron formal (newsletter, anuncios en el colegio) e informalmente (mensajería instantánea) un instructivo, compraron y distribuyeron tapabocas, recorrieron desde temprano los costados de la cancha con chicos para difundir el mensaje entre las camadas.

¿Resultado? A vuelo de pájaro, un 60%, a lo sumo, de la gente con el barbijo bien puesto, un 20% con el elemento mal puesto (bajo la papada) y un 20% sin él. Varios saludos de gente dándose la mano, alguno abrazando a otro con un leve choque de cabezas. Y espectadores aglutinados en poco espacio.

Las gradas, en obediencia a una medida de Aprevide, estuvieron precintadas, o sea, inaccesibles. Por ende, con menos superficie disponible para ubicarse, los varios cientos de espectadores que hubo en Benavídez se agolparon al borde del campo, junto al alambrado. La tribuna para 800 personas ocupada con 500 en una jornada anterior (el ingreso fue con número en mano, como en una farmacia), distribuidas según marcas en los tablones para mantener la distancia, no tuvo más que vacío.

Al estar vedadas las tribunas, la concurrencia de Newman vs. SIC se amontonó a los costados del campo; en una fecha anterior la dirigencia del club de Benavídez había dispuesto el ingreso de 500 personas en las gradas donde caben 800, para que hubiera cierta distancia.
LANACION/Rodrigo Nespolo


Al estar vedadas las tribunas, la concurrencia de Newman vs. SIC se amontonó a los costados del campo; en una fecha anterior la dirigencia del club de Benavídez había dispuesto el ingreso de 500 personas en las gradas donde caben 800, para que hubiera cierta distancia. (LANACION/Rodrigo Nespolo/)

Los cuidados incluyeron un sector específico, la terraza de los vestuarios, para mayores de 60 años, integrantes del grupo de riesgo ante el coronavirus. Y los visitantes (suplentes y cuerpo técnico de la primera y otras divisiones de SIC) se agruparon en los bancos de cemento, en una suerte de burbuja por clubes. Pero en una parcialidad y en la otra hubo mucho rostro descubierto, mucho cuerpo a cuerpo.

Sería durísimo que se volviera a cortar el torneo... Si el riesgo es volver a foja cero, dejar de jugar, que se la banque la gente. Me encanta que haya público pero si desde arriba bajan línea y la situación está complicada, tendremos que adaptarnos”, comentó a LA NACION Gonzalo Gutiérrez Taboada, el apertura de Newman. Su colega de SIC, Joaquín Lamas, destacó: “Tenemos los cuidados necesarios. No tengo temor de que se suspenda. Ahora vuelve también el fútbol... La gente de Newman estuvo bastante bien, fuera de las tribunas... Creo que esto va para mejor y va a liberarse todo”.

Lo que preocupa a Aprevide: poca separación interpersonal y vías respiratorias descubiertas.
LANACION/Rodrigo Nespolo


Lo que preocupa a Aprevide: poca separación interpersonal y vías respiratorias descubiertas. (LANACION/Rodrigo Nespolo/)

La dirigencia zanjera no quiso expresarse sobre el tema, pero la satisfacción de Lamas fue compartida por dirigentes de Newman. “Hay gente que cree que la pandemia terminó, pero estamos tratando de corregir cosas en cada partido, para que el rugby no se corte, por la salud mental de los chicos. Creo que hoy salió bien”, analizó Francisco Irarrazaval, miembro de la subcomisión de rugby. Joaquín Ibáñez, secretario del club, manifestó: “Queremos principalmente que los chicos jueguen al rugby; vamos a cumplir todo lo que sea necesario. Nos pareció que hoy se cumplió”. Y añadió: “Ésta es la sexta fecha y, cumpliendo los protocolos, no ha habido contagios. No ha habido clubes que debieran suspender partidos porque se hayan contagiado jugadores o público. Cumpliendo el protocolo, podemos seguir sin ningún riesgo”.

Las normas, perfectibles, están. La comunicación existe y las medidas están vigentes. La última parte de la tarea, como siempre en cuestiones de responsabilidad social, corresponde al individuo.