Tokio 2020: los Juegos de la salud mental y la salud digital

Simone Biles, una de las primeras deportistas de estos juegos en hablar de su salud mental debido una crisis de confianza y a la presión
Simone Biles, una de las primeras deportistas de estos juegos en hablar de su salud mental debido una crisis de confianza y a la presión

Tokio 2020 representa los Juegos Olímpicos de la salud mental y la salud digital. Los episodios relacionados con las presiones extremas corporizadas principalmente en Simone Biles y Naomi Osaka, aunque también habría que hacerle algo de lugar en esa montaña rusa a Novak Djokovic, tienen en las redes sociales un nuevo campo de batalla . Una disputa con reglas desiguales, donde los atletas se encuentran con el costado menos luminoso del contacto directo con sus fanáticos. Una prueba frente a rivales anónimos, sin mejores marcas conocidas. Todos y nadie a la vez.

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La salud mental y la salud digital se mezclan y definen esta época del deporte. Antes de las redes sociales, los deportistas tenían detractores; ahora tienen odiadores.“Haters”, como cuadra en el lenguaje de cualquier Sub 30 sumergido en la dinámica de la comunicación en plataformas. Cambian las palabras, pero no su sentido. Y fundamentalmente lo que cambia es el modo directo en el que afectan esos comentarios. Esos dardos envenenados llegaban menos si se apagaba la tele, la radio y no se leían los diarios. La vida de las personas ahora se condensa en el teléfono móvil. Los ataques estallan en la cara.

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Instagram y Facebook tomaron la iniciativa a sabiendas de que aquello que sirve para consolidar la marca personal, ser embajadores de patrocinadores y consolidar la era del atleta como creador de contenidos, también es el vagón del tren fantasma al que se suben los odiadores. Tokyo Athletes es un perfil oficial de Instagram lanzado semanas antes de los Juegos, donde los atletas reciben asesoramiento sobre cómo filtrar los mensajes directos, ocultar términos y emojis agresivos, bloquear comentarios y material sensible, además de reportar las agresiones que se reciben. Sobre 11 mil atletas en los Juegos, la cuenta tiene apenas 450 seguidores.

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Son herramientas para permitir y denegar accesos, que le dan cierto poder al atleta para controlar su espacio virtual. Una parte del famoso entrenamiento invisible que abrazan los deportistas, es decir, todo aquello que va más allá de la táctica, las pasadas, los lanzamientos y el gimnasio, ahora también debe contemplar cómo manejar el mundo privado que el deportista vuelve público desde su perfil digital. Una nueva sabiduría que deben incorporar. Es un asunto delicado, injusto por donde se lo mire, pero integra un aspecto clave de la salud mental que emergió en los Juegos como un grito de auxilio largamente contenido.

Skateboarding: un fenómeno que sumó 700 mil seguidores en 48 horas

En tanto, el Comité Olímpico Internacional celebra su propia salud digital. Según un primer corte de datos de consumo de la primera semana, 100 millones de usuarios únicos se conectaron con las plataformas oficiales de Tokio 2020. La aplicación de los Juegos fue una de las tendencias principales en Estados Unidos, India y Japón. En TikTok los desafíos relacionados con el hashtag “Olympic Spirit” acumulan más de 3 mil millones de visualizaciones de videos. En 48 horas de acción del skateboarding, 700 mil usuarios nuevos se sumaron a la cuenta oficial de los Juegos Olímpicos con perfiles variados de edad. Finalmente, la aplicación que invita a aplaudir de modo remoto a los atletas de los 205 Comités Olímpicos Nacionales sumó 150 millones de interacciones .

Aplausos y agresiones a un toque de dedos. Una lejanía que se vuelve invasiva y dañina cuando el amor se convierte en odio. Las organizaciones deportivas y los deportistas chocan con este fenómeno desde diferentes lugares y fortalezas. Los atletas deben confrontar con un elemento extra: las agresiones y la energía que consume esa disputa en redes. Y también con una distracción evidente de la que no escapa ninguno de nosotros.