Tito Urretavizcaya, el piloto que llegó al TC por un periodista y ganó por un tren

Roberto "Tito" Urretavizcaya, en su época de gloria en el TC
Roberto "Tito" Urretavizcaya, en su época de gloria en el TC - Créditos: @@tomyurreta

“La verdad es que nunca me fijé en las estadísticas. Jamás me preocupó pelear un campeonato. Lo que más atesoro es haber cosechado tanta cantidad de amigos, eso es lo que me llevo del Turismo Carretera”, repetía Roberto Tito Urretavizcaya, cuando en 2011 decidió dejar el buzo, el casco y los guantes, aunque jamás pudo desprenderse de la pasión que le generaban los fierros. Después del retiro acompañó a su hijo Tomás en la actividad y siguió ligado a la categoría como dirigente de la Asociación Corredores de Turismo Carretera; también fue conductor del Auto de Seguridad.

Siempre de trato afectuoso y con una sonrisa franca, sin ser una estrella, un multicampeón, resultó un personaje popular y considerado en el ambiente. Toda una señal de la calidad de persona de quien arribó al TC de casualidad y ganó su primera carrera de manera insólita, en San Lorenzo. Monarca en la Fórmula Renault, en 1982, también compitió en Turismo Nacional, Club Argentino de Pilotos, TC2000, Top Race y Turismo 4000 Argentino. Tito, el Vasco, Urreta, murió este martes, a los 65 años, en la clínica Centro Médico, de Junín, donde estaba internado desde el 15 de marzo pasado, tras sufrir un gravísimo accidente con una moto en un camino rural que une Chacabuco con Bragado.

Como en Punta Indio, en la segunda fecha del año, el Falcon de Urretavizcaya llegó a lo más alto del TC
Con Ford, Tito Urretavizcaya logró seis de los diez triunfos en Turismo Carretera

Conoció la ruta y también el radical cambio que ensayó el TC, cuando la categoría decidió –tras las muertes de Roberto Mouras y Osvaldo Pato Morresi- abandonar la tradición y correr en autódromos. Se estrenó en el TC el 7 de septiembre de 1986, en el circuito semipermanente El Panorámico, de Junín, con un Chevrolet del equipo Supertap. También fue esa ciudad bonaerense la elegida para ponerle punto final a la carrera deportiva, el 7 de agosto de 2011, con un Ford del Savino Sport, en el autódromo Eusebio Marcilla. La estadística señalará que participó de 352 carreras –récord para la categoría hasta 2017, cuando lo superó Omar Gurí Martínez-, cosechó 10 victorias –seis con Ford y cuatro con Chevrolet-, 26 podios, seis poles y 12 récords de vuelta.

Urretavizcaya sufrió un accidente en Chacabuco, por el que falleció el martes en Junín
Urretavizcaya sufrió un accidente en Chacabuco, por el que falleció el martes en Junín

Dodge fue la tercera marca que tuvo a Urretavizcaya en la butaca de piloto y con Torino desanduvo una función histórica: aceleró el auto que la ACTC llevó en 2011 a la Antártida, como parte de los festejos por los 75 años de la categoría. La pista de aterrizaje de la Base Marambio, el espacio elegido para que Tito ensayará las tiraditas de 1200 metros sobre el hielo y a una temperatura de 20 grados bajo cero. “Subieron como acompañantes 42 de los 44 residentes que estaban en la Base. El auto patinaba mucho, era con caja de quinta velocidad y lo máximo que le pude sacar fueron poco más de 200km/h. Para no tener problemas con el arranque, por la bajísima temperatura, Gardelito Fernández [preparador de motores] lo encendió dentro del avión Hércules de la Fuerza Aérea apenas llegamos y lo bajamos a las dos horas”, recordaba Urreta, aquella experiencia inolvidable.

Roberto Tito Urretavizcaya, una leyenda que corrió 352 carreras en Turismo Carretera; el Vasco conoció la época alocada de la ruta y de los autódromos
Roberto Tito Urretavizcaya, una leyenda que corrió 352 carreras en Turismo Carretera; el Vasco conoció la época alocada de la ruta y de los autódromos - Créditos: @@tomyurreta

El campo y los fierros siempre caminaron de la mano. Tito nació el 9 de septiembre de 1957 y a los 12 años ya se adueñaba del volante del tractor. El karting fue el primer sueño y con una peña de amigos –muy común en las ciudades del interior- empezaron a organizar carreras callejeras. “Con la plata que juntamos compramos un segundo karting y lo sorteamos para ver quién lo corría, y salí yo”, le relató a SoloTC, en 2014. Las motos fueron otra pasión y a ellas se subió con 17 años. “Corría con una Zanella 135cc y gané, por lo menos, la mitad de las carreras”, apuntaba, quien vendió un Citröen para comprar un Fiat Iava e incursionar en el Turismo Nacional, a fines de los años 70.

El ascenso de Urretavizcaya era lento pero mantenido, y la escuadra de Hugo Cuervo, en Lincoln, lo sumó a uno de sus autos para la Fórmula Renault, con la que en 1982 logró su único título nacional. El TC era el sueño, pero encontrar el camino para arribar a la popular categoría era un desafío. En particular porque recién estaba volviendo a la actividad, después de un año y medio sin competir.

Participó de una carrera de pilotos invitados en el Campeonato Argentino de Pilotos y terminó tercero, con un Nissan 300. En una entrevista con Carburando, el periodista Enrique Moltoni consultó al aire a Julio Nicieza –dueño del legendario equipo Supertap- por qué no lo llamaba a Tito para ocupar el auto que liberaba Morresi, en 1986. “Al otro día me llamaron por teléfono y así empezó mi historia con el TC. Si no me hubiera nombrado Moltoni, me quedaba trabajando en el campo y hoy no tendría el nombre que me dio el Turismo Carretera”, le comentó el Vasco a SoloTC.

Un debut cinematográfico, al igual que el primer triunfo. Ganó en 1989 una carrera que correspondía al campeonato de 1988 y la victoria la decidió el paso de un tren. El levantamiento militar en Villa Martelli, liderado por el coronel Mohamed Alí Seineldín, modificó el calendario y la última fecha de la temporada pasó a disputarse el 8 de enero de 1989. El título estaba prácticamente definido a manos de Oscar Castellano, con Oscar Angeletti como rival. El formato de la carrera incluyó dos series de cinco giros y dos finales, a 17 vueltas cada una: la sumatoria de tiempo de las dos finales determinaría al ganador. El calor agobiante y la rápida resolución del título –Pincho Castellano lo aseguró en la serie- motivó que el público invadiera sectores del trazado, demorando la largada del último episodio.

Las roturas del pavimento también aletargaban el inicio de la segunda final y el campeón decidió no correr. “El circuito está muy roto. No estoy dispuesto a golpear el auto como en la primera parte”, manifestó el piloto de Lobería. El retraso ponía en riesgo la carrera, porque dos formaciones ferroviarias –un carguero y otra de pasajeros- cruzarían el circuito, con destino a Rosario. Con 10 vueltas de las 17 pactadas sucedió lo inevitable, ante la demora: un integrante de la organización salió disparado hacia las vías con un trapo para señalizarle al maquinista que detuviera la marcha, pero el tren de pasajeros cruzó la ruta. Primero salieron las banderas rojas –algunos autos habían superado el paso a nivel, pero otros quedaron bloqueados-, aunque rápidamente se dio por finalizada la Vuelta de San Lorenzo.

Tito Urretavizcaya junto a su hijo Tomás, con el que compartió cuatro carreras en Turismo Carretera y al que acompañaba de joven en las competencias zonales
Tito Urretavizcaya junto a su hijo Tomás, con el que compartió cuatro carreras en Turismo Carretera y al que acompañaba de joven en las competencias zonales

Urretavizcaya aventajaba a Mouras por seis segundos, con siete giros por delante. No hubo tiempo para más. “La victoria pasó un poco desapercibida por lo del tren y porque se consagró campeón Castellano. Todos hablaban del Pincho, las tapas de las revistas se las llevó él y a mí me quedó un recuadrito de recuerdo”, rememoraba Tito aquel primer y caótico triunfo en el TC. Luego le seguirían éxitos en Olavarría, Balcarce, Bolívar, Nueve de Julio -la primera que terminó con Auto de Seguridad en la historia del TC-, Trelew, Punta Indio, Rafaela y Mar de Ajó.

Cuando no estaba en actividad y su hijo Tomás participaba de las carreras zonales, se lo veía en circuitos de tierra como El Costanero, de Arrecifes, o el Enrique Tití Sticconi, de Pergamino. Y con Tomás compartió cuatro fechas de TC. “Me divertía muchísimo. Corría contra él. En la segunda carrera, en Balcarce, tenía un jet y cuando salimos de la Curva 1 él venía adelante. Pensó que no lo pasaba más, y antes de llegar arriba del puente lo pasé. Saqué la mano por la ventanilla y le hice la seña del 1. El enojo que tenía”, relataba siempre risueño Tito, que se bajó del auto para darle la oportunidad a Tomás: “Se me hacía difícil conseguir presupuesto para los dos y por eso prefiero darle lo que juntamos a él, que es joven y tiene todo por delante”.

El automovilismo nacional está de luto y el TC llora a un piloto que sin títulos se convirtió en una leyenda.