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Tiroteos, racismo y China: un país llamado NBA

Steve Kerr, director técnico de Golden State Warriors y su mensaje luego de la masacre de Uvalde, Texas.
Sebastián Domenech

Si explota una nueva masacre en Estados Unidos, los jugadores de Golden State Warriors, que este jueves inician su sexta final de NBA en ocho años, podrían debatirlo en pleno vestuario. Por eso, Stephen Curry, principal estrella del equipo, tuiteó la explosiva conferencia de prensa del técnico Steve Kerr tras la matanza en la escuela de Texas del jueves pasado. “Mirá esto igual que el partido de esta noche”, pidió Curry a sus seguidores, apenas unas horas antes del cuarto partido de semifinales contra Dallas Mavericks. Kerr mismo apoyó a sus jugadores cuando en 2017 rechazaron celebrar el título con la tradicional visita del equipo campeón a la Casa Blanca en tiempos de Donald Trump . Lejos de afectar la concentración, esos debates, dice Kerr unen a los Warriors, favoritos ahora ante Boston Celtics. Kerr lo cuenta en un libro del ex jugador Etan Thomas (“We Matter: Athletes and Activism”). El equipo suele discutir temas sociales y políticos. Eso sí, hay un tema del que los Warriors no hablarán públicamente: China.

Solo un jugador de la NBA sigue acusando a China como “violador de derechos humanos”. Es Enes Kanter Freedom. Boston Celtics lo dejó libre hace dos meses y quedó afuera de la final. La TV estatal china había suspendido en 2019 sus partidos de la NBA después de que Daryl Morey (luego cesado como gerente general de Houston Rockets) pidió la independencia de Hong Kong. El vínculo se retomó recién hace dos meses y la NBA estimó pérdidas de 400 millones de dólares. El otro canal de trasmisión (digitalmente a través de Tecent) mantuvo la programación, pero, a partir de octubre excluyó de su grilla los partidos de los Celtics. Lo hizo luego de que Kanter pidió la “liberación de Tíbet” y calificó de “dictador brutal” al presidente chino Xi Jinping. Kanter, vetado también en Turquía por sus críticas al presidente Recip Erdogan (“el Hitler de nuestro siglo”), es suizo de padres turcos, musulmán devoto, pivote de 2,08m y lleva once temporadas en la NBA . Cambió su apellido Kanter por el de “Freedom” (Libertad) cuando en noviembre pasado recibió la nacionalidad estadounidense. Yao Ming, legendaria estrella china de la NBA, lo invitó a que conociera a su país. Freedom le pidió que la visita incluyera al Tíbet y a “los campos de trabajo” de la minoría musulmana uigur en Xinjian. Y le dijo a Yao Ming que dejara de ser “un títere del Partido Comunista Chino”.

Distinguido con el Premio Vaclav Havel, recibido por distintos Parlamentos y hasta candidateado al Premio Nobel de la Paz, Enes Freedom atacó a LeBron James en charla con Tucker Carlson, programa favorito en Fox News de la derecha conservadora. “Cállense la boca”, dijo Freedom, “y dejen de criticar a la nación más grande del mundo”. La NBA lo dejó sin club. Se convirtió en “el Colin Kaepernik de los republicanos” (por el jugador de fútbol americano echado de la NFL tras sus protestas por el maltrato a la población negra). La siguiente aparición pública más resonante de Freedom fue en febrero pasado, invitado a un almuerzo en el Capitolio. Recibió dos ovaciones de pie. Sus anfitriones eran senadores republicanos. Los mismos a los que Steve Kerr, técnico de los Warriors, acusó en su conferencia tras la masacre de Texas, porque bloquean una ley que permitiría un mayor control en la venta de armas. Las matanzas de Texas y la anterior en el supermercado de Búfalo fueron provocadas por jóvenes de 18 años. Kerr no habla conmovido solo porque su padre fue asesinado a balazos en Beirut en 1984. Dice “basta” porque 321 personas son baleadas por día en Estados Unidos, incluyendo 42 asesinatos y 65 suicidios. Porque 2022 (cifras del New York Times) lleva al menos 213 tiroteos masivos. Porque los niños van a la escuela con mochila antibalas. Y porque algunos creen que la solución es armar a los docentes.

Enes Kanter quedó libre de Boston Celtics hace un par de meses; el basquetbolista se cambió su apellido a "Freedom" (Libertad) y se convirtió en “el Colin Kaepernik de los republicanos”
Enes Kanter quedó libre de Boston Celtics hace un par de meses; el basquetbolista se cambió su apellido a "Freedom" (Libertad) y se convirtió en “el Colin Kaepernik de los republicanos”


Enes Kanter quedó libre de Boston Celtics hace un par de meses; el basquetbolista se cambió su apellido a "Freedom" (Libertad) y se convirtió en “el Colin Kaepernik de los republicanos”

Boston Celtics, el otro finalista, es un equipo menos politizado. La ciudad, encuestas incluidas, tiene fama histórica de estar entre las más racistas de Estados Unidos . Por un lado, está la foto Premio Pulitzer de 1976: un racista blanco golpeando con un palo a un ciudadano negro y muchos otros apedreando autobuses escolares porque llevaban niños negros a las escuelas. Está también la historia del mítico Bill Russell, fichado en 1956 y que le dio once títulos a los Celtics, pero cuya casa fue incendiada por los racistas, que pintaron paredes con la letra N (“nigger”), rompieron trofeos y defecaron en su cama. Pero Boston Celtics es la primera franquicia que fichó a un jugador afroamericano (Chuck Cooper en 1950). A la primera gran estrella negra (Russell en 1956). La primera que alineó un quinteto inicial totalmente negro (1964). Y la primera también con técnico negro (el propio Russell en 1966). En un homenaje a Russell de 1972 estaban todos. Desde Muhammad Ali a Aretha Franklin. Y Barack Obama fue a ver antes la inauguración de su estatua en 2013. Kerr ya la conoce. Sabe que Russell fue líder dentro y fuera de la cancha. En 2017, Russell, que tenía 83 años (hoy tiene 88), abrió una cuenta en Twitter y publicó una primera fotografía. Estaba arrodillado como Kaepernick. “Orgulloso”, escribió, “de mantenerme firme contra la injusticia social”.